La invasión de los discursos de odio

Sarah Babiker

Foto: Elvira Megías

Domingo 19 de diciembre de 2021. Una conocida cómica negra de origen guineoecuatoriano denuncia en las redes una agresión racista: varios hombres le han gritado una consigna nazi mientras estaba en la calle con una amiga, acercándose intimidatoriamente hacia ella. A su denuncia en twitter le siguen muchas respuestas de solidaridad, pero son muchos también quienes retutitean el mensaje cuestionando su testimonio, apoyando a los agresores o ridiculizando su experiencia: todo ello acompañado de discursos abiertamente racistas. 

Quien denuncia la agresión en twitter es Asaari Bibang, tras reportar los hechos, reflexiona: “Que os pensáis que esto son peleitas y salseos en el hemiciclo, pero lo sufrimos en la calle, en la vida entera”. Desde el Congreso, pasando por los medios de comunicación, tomando las redes sociales y llegando a la calle, los discursos de odio transitan por la sociedad con un empuje que atraviesa la vida de las personas y al que parece difícil poner diques.

Discursos de ida y vuelta

En los últimos dos años se han presentado dos veces más intervenciones sobre migración en el Congreso que en los ocho años precedentes. Este incremento en la preocupación por los flujos migratorios poco tiene que ver con los derechos de las personas migrantes, con cuestiones urgentes como las vías seguras, o políticas de acogida garantistas. El responsable de este gran aumento en el discurso sobre migración en el parlamento es el partido de extrema derecha Vox.

“Las intervenciones de Vox son, a menudo, una simple trasposición de frases de barra de bar en textos parlamentarios”, se afirma en el informe que recoge el mencionado aumento de la conversación sobre migraciones en el hemiciclo: La política del miedo. El trabajo, que se presenta como “Una radiografía de la narrativa sobre migraciones en el Congreso de los diputados”, fue publicado por la Fundación PorCausa el pasado noviembre. En el mismo se apunta a esta hegemonía de Vox en el discurso sobre migraciones, con la formación de extrema derecha empeñada en presentar iniciativas que apuntan a la migración como una amenaza a la identidad nacional, que relacionan a las personas migrantes con la inseguridad y la criminalidad, que hablan en términos de invasión y alertan del efecto llamada, o que estigmatizan a personas migrantes de determinados orígenes.

En los últimos dos años se han presentado dos veces más intervenciones sobre migraciones en el Congreso que en los ocho años precedentes. El responsable de este gran incremento es el partido de extrema derecha Vox

Unas coordenadas que, repetidas una y otra vez, considera Gonzalo Fanjul, responsable del informe, contribuyen a marcar la agenda. “La verdadera victoria de Vox es haber establecido el marco de debate de las migraciones, tanto en el parlamento, como en el resto de la sociedad”, de esta manera, explica “fuerza a los otros partidos a entrar en ese marco del debate y a reaccionar a él”. Hay dos formas de actuar ante este discurso: por un lado la contaminación que se opera en las narrativas de otros partidos como PP y Ciudadanos, por otro lado la contestación a esta retórica: “cuando uno trata de cuestionar todo el tiempo una cosa,  no hace sino reforzar esa cosa”. Ante el ruido planteado desde la derecha, son pocas las narrativas alternativas que se contraponen desde los partidos que en principio confrontan la visión de Vox.

Lo que pasa en el debate político sucede en los medios, que actuan, apunta Fanjul, como una caja de resonancia: “el debate se establece en unos términos que nos obliga a habar de esas cuestiones, que excluye por completo una conversación más amplia sobre las migraciones”, una dinámica que, denuncia “nos hace cavar más hondo constantemente en el mismo agujero”.

Si hay una manera de actuar como caja de resonancia por parte de los medios, esta consiste en tomar declaraciones procedentes de este ruido parlamentario o del espacio político que insiste en criminalizar a las personas migrantes, y reproducirlas entrecomilladas sin más. Una práctica que el informe Inmigracionalismo, 2021, de la Red Acoge, identifica como una constante en los medios de comunicación. Si bien el informe, que aborda el tratamiento mediático de las migraciones, no se centra en los discursos de odio, sí que rastrea de qué manera el discurso en los medios deshumaniza a las personas migrantes.

Imaginarios que nutren prejuicios y estereotipos, “que contribuyen a la polarización social sobre este tema”, explica la coordinadora del informe, y responsable de comunicación de la organización, Laura Traveso. “Al final todo está hilado, si hablas sobre migraciones en los medios de comunicación, esto tiene un impacto social directo sobre las personas migrantes”. Tras analizar 3.650 piezas de 26 medios y trabajar con 14 focus group que han incluido a periodistas y personas migrantes, las conclusiones de la investigación no son muy positivas: Más del 80% de las informaciones analizadas no cuentan con voces de personas migrantes. A esta práctica de invisibilización de las personas, apuntan, se suma la deshumanización “a través del abuso de las cifras, o la preeminencia de la condición de migratoria sobre la humana”. 

El caso de la infancia migrante

Según reporta el informe Inmigracionalismo, ha habido un incremento significativo en el espacio que los medios dedican a la infancia migrante no acompañada (en el citado informe sobre el congreso, estos menores son el quinto tema más mencionado cuando se habla de migración en el hemiciclo). Se podría pensar que toda esta atención por parte de los medios de comunicación o los y las diputadas responda a una preocupación por los niños y niñas, o la vulnerabilidad de este colectivo. Nada más lejos de la realidad, cuando los medios se centran en este colectivo es para relacionarlo con la delincuencia y la inseguridad. “La infancia migrante ha pasado a ser una de las principales temáticas dentro de migración y el tratamiento que hemos detectado no ha tenido enfoque de infancia, de derechos. Eso es bastante preocupante”, apunta Traveso.  

El Barómetro de la desinformación y los discursos de odio frente al migrante, presentado el pasado julio por Oxfam Intermón, señalaba cómo entre las narrativas de odio con más permeabilidad social se encontraba el argumento de que la infancia migrante recibiría muchos recursos económicos por parte del Estado. La idea de un exceso de recursos económicos destinados a las personas migrantes, así como la asociación de este colectivo con la criminalidad o la violencia, tendrían gran penetración en la sociedad. El mismo informe señala que cuanto más se repiten determinadas ideas más se asumen como veraces. 

La idea de un exceso de recursos económicos destinados a las personas migrantes, así como la asociación de este colectivo con la criminalidad o la violencia, tendrían gran penetración en la sociedad

En el boletín de octubre y noviembre del Observatorio Español sobre racismo y xenofobia (OBERAXE), se recogen los resultados sobre el monitoreo que esta entidad hace periódicamente sobre los discursos del odio en las redes sociales. Unos resultados que “muestran que la agenda mediática sigue dirigiendo hacia dónde se inclina el discurso de odio en las plataformas estudiadas”. Los datos marcan esa continuidad entre lo que se enuncia desde algunas formaciones políticas, lo que se lee, ve y escucha en los medios, y lo que se difunde en las redes sociales: “la mayoría de las ofensas apuntan hacia los magrebíes (36,9%) y a inmigrantes en general (27,8%). En este periodo, se ha detectado un incremento considerable de contenido discriminatorio dirigido hacia menores extranjeros no acompañados (menas) (15,5%)”, revela el informe. 

Sobre la impunidad

“Los privilegios desde los que se emiten esos discursos del odio es lo que permite que posteriormente campen con una gran impunidad, desde luego pensar en los discursos de odio y qué los sostiene tiene que ver con qué estructuras de poder son las que dominan nuestra sociedad”, opina el periodista y activista antirracista Moha Gerehou. Para Gerehou, ponerle apellido a los discursos de odio, permite poner el foco en las estructuras de poder que los sustentan: “Esto nos da las claves y las pistas de por qué su impunidad a lo largo del tiempo”. 

El discurso tantas veces repetido desde ciertos partidos, medios y perfiles de las redes sociales, de atreverse a decir la verdad, de ser valientes en cuanto a políticamente incorrectos, choca con una realidad en la que lo que se enuncia no tiene ningún costo

El discurso tantas veces repetido desde ciertos partidos,  medios y perfiles de las redes sociales, de atreverse a decir la verdad, de ser valientes en cuanto a políticamente incorrectos, choca con una realidad en la que lo que se enuncia no tiene ningún costo: “lo que no podemos hacer es buscar una especie de consenso contra unos discursos y poderes reaccionarios que no quieren, que no están buscando un consenso ni nada por el estilo sino que lo que están buscando es que nada cambie”, apunta Gerehou, o, como decía Audre Lorde, recuerda “no se puede combatir al amo con las herramientas del amo”.

“Al final la mejor forma de desactivar los discursos es avanzar en derechos”, resuelve este periodista ante debates que considera que “nos hacen perder un tiempo super valioso que no tenemos”. Propuestas que se salen de ahí, como la cuenta @nolesdescasito o, fuera de la virtualidad, el recién creado Espacio Afro, son ejemplos de otros horizontes. Y es que hay cierto consenso respecto a la necesidad de defender otras narrativas fuera de marcos de debate trucados por el odio, y del ruido en torno a las migraciones que aspira a ser hegemónico. En este sentido, otro informe de PorCausa de reciente publicación, indaga en la propuesta de nuevas narrativas que superen el discurso de la otredad o los peligros de la retórica humanitaria, apelando a lo que llaman “narrativas del amor”.

Narrativas alternativas en las que prime el enfoque de derechos, y se destierren conceptos como “ilegal” y otras palabras estigmatizadoras, es también la apuesta de las personas periodistas y migrantes consultadas para inmigracionalismo, que destacan la importancia de la prensa local para habilitar otros relatos, y la necesidad de que personas de origen migrante ocupen el espacio que les corresponde, tanto como fuentes periodísticas como dentro de las redacciones. 

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