México es un país en el que la tercera parte de su población aún tiene menos de 18 años: 40 millones de niñas, niños y adolescentes. Sin embargo, más de la mitad de ellos no están en posibilidad de ir a la escuela, ser atendidos en su salud, tener una vivienda digna con servicios de agua potable, energía eléctrica y drenaje, o tener los alimentos suficiente y nutritivos. La razón: no alcanza el dinero en su hogar.  La pobreza infantil sólo disminuirá si se incrementa el ingreso en los hogares concluye el análisis presentado por Unicef y Coneval.

El 27 de abril, Unicef y Coneval presentaron su análisis sobre pobreza y derechos sociales de niñas, niños y adolescentes en México en el periodo 2010 a 2014. Dos años después, son los datos más recientes con los que se cuenta: 

21.4 millones de niños de 0 a 17 años o sea 1 de cada 2 en están en situación de pobreza sin las condiciones mínimas para garantizar el acceso a uno o más de sus derechos: educación, acceso a la salud, a la seguridad social, a una vivienda de calidad con servicios básicos y a la alimentación.  La razón principal es la insuficiencia del ingreso en el hogar para satisfacer las necesidades básicas.

En 2014, 1 de cada 2 niñas, niños y adolescentes en México era pobre y 1 de cada 9 se encontraba en pobreza extrema. Esto significa, que a los 21.4 millones de niñas y niños en pobreza, hay 4.6 millones más que se encuentran en pobreza extrema, porque carecen de más de tres de los derechos humanos básicos como es el tener los alimentos necesarios con los nutrientes esenciales.

Después de este análisis, Unicef y Coneval concluyen es que a pesar de los “programas de combate a la pobreza” que implementan los gobiernos desde hace varias décadas, no habrá reducciones significativas en los niveles de pobreza, si no hay una “mejora tangible” en el ingreso de los hogares en que viven. 

El estudio destaca la necesidad de que la inversión en la infancia sea suficiente, oportuna, eficaz, equitativa y pertinente para atender los desafíos de cada etapa del ciclo de vida.

“La primera infancia es una etapa crítica para el desarrollo individual y social, y en México ésta recibe una menor proporción de recursos”, destacó Isabel Crowley, Representante de Unicef en México.

“La pobreza en la infancia requiere atención inmediata para evitar que se reproduzca en la siguiente generación y que se vuelva permanente”, añadió. «La incidencia de la pobreza y pobreza extrema es más alta entre las niñas y los niños menores de 5 años, un periodo en el que las carencias dejan huella para el resto de sus vidas» concluyó Crowley. 

El Fondo de la Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) tiene 61 años en México, trabajando en la promoción y protección de los derechos de la infancia.

El Coneval es un organismo con autonomía técnica y de gestión que norma y coordina la evaluación de la Política Nacional de Desarrollo Social y de las políticas, los programas y las acciones que ejecuten las dependencias públicas.