La foto de Fidel

Gloria Muñoz Ramírez / Especial para La Jornada

Fotos: Luis Jorge Gallegos / Desinformémonos

La Habana, Cuba. Una sola foto de una extensa iconografía de Fidel Castro fue la elegida para su despedida. Se trata de un perfil de cuerpo completo del máximo líder la Revolución tomada por el célebre fotógrafo cubano Alberto Díaz Gutiérrez, mejor conocido como Alberto Korda, autor también de la fotografía más reproducida en toda la historia, la del Ché Guevara mirando fijamente el cortejo fúnebre de las víctimas del atentado terrorista al barco La Coubré, el 5 de marzo de 1960.

Gigantescas reproducciones de un Fidel Castro de 35 años, de perfil con sus casi dos metros de estatura, vestido con el clásico uniforme militar verde olivo y botas medio enlodadas, con mochila y fusil al hombro, viendo al horizonte en una montaña de la Sierra Maestra en 1962, recorre estos días los sitios emblemáticos de toda la isla. Fue la imagen elegida para la Plaza de la Revolución y también para que frente a ella circularan más de un millón de personas que le rindieron tributo durante los dos días de guardia en el Memorial a José Martí. La foto aquí suplió a las cenizas que se mantuvieron resguardadas en el salón Granma del Ministerio de las Fuerzas Armadas, hasta que el miércoles 30 de noviembre, cuando emprendieron su último viaje a Santiago para ser depositadas a un lado del líder de la Independencia José Martí.

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La cámara de Korda capturó ésta y más de 50 mil imágenes de Castro, el Che, Camilo y de todos los protagonistas de la Revolución a partir de 1959. De 1953 a 1968 montó junto a otro fotógrafo un estudio de fotografía desde el que realizaba foto de moda y comercial, pero él a partir de 1959 se dedicó de tiempo completo a fotografiar los primeros años de la Revolución y a ser el fotógrafo “oficial” (aunque sin nombramiento y sin sueldo), del Comandante Fidel Castro.

Como fotógrafo del periódico Revolución, Korda se convirtió en la sombra de Fidel a partir del primer viaje que realizó el comandante a Caracas para agradecerle al almirante Larrazabal el apoyo del ejército venezolano. Después vendrían otros viajes, como la segunda visita a la Unión Soviética, donde capturó a un sonriente Fidel esquiando y posteriormente caído al suelo, sin perder la sonrisa.

Fidel con Hemingway, Fidel pescando con el Ché, Fidel frente al monumento a Abraham Lincoln, Fidel jugando golf, Fidel con lentes jugando ajedrez, Fidel con campesinos, con obreros en las fábricas, en las escuelas saludando a los niños. Son más de 55 mil negativos los que se guardan en varios archivos.

Fidel Castro le sobrevivió a su fotógrafo, quien murió en 2001 de un infarto, “mientras dormía la siesta en un sofá”. Su último gran reportaje fue a la edad de 70 años, cubriendo la histórica visita del Papa Juan Pablo II a la isla, de la que realizó un libro.

“¿Cuando muera Fidel habrá una imagen como la del Ché?”, le pregunta el fotoperiodista Luis Jorge Gallegos a Korda durante la visita papal, mientras se movía con discreción por los actos oficiales. “No lo sé”, responde, “hay muy buenas fotos de Fidel, pero la del Ché tuvo la suerte de ser elegida por el mundo, no por mí”.
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