La desigualdad en plena pandemia COVID-19

Ingrid Palacios

Foto: Bordado. Imagen de la Asociación Mujeres Transformando. El Salvador. (Paz con dignidad)

Durante la emergencia decretada en El Salvador se registró un aumento del 70% en la violencia doméstica y cuatro feminicidios en diferentes puntos del país. Abonado a ello, se han fortalecido los mensajes de odio a través de ataques cibernéticos y de violencia simbólica en los medios televisivos. Ante este panorama se puede concluir que la emergencia decretada se ha convertido en el comodín para vulnerar los Derechos Humanos y un retroceso en el tema de la garantía de los mismos.

La crisis por el COVID-19 tendrá impactos para todas las personas, pero no para todas será el mismo efecto. La violencia machista, patriarcal y capitalista toma mucha más fuerza durante esta pandemia, incluso en este contexto, llega a ser mucho más peligrosa que el mismo virus, y lo hemos observado por las diversas acciones implementadas. Ejemplo de ello es la militarización, el uso de fuerza, el Estado de Excepción, el desacato a las resoluciones emitidas por la Sala de lo Constitucional por parte del Presidente de El Salvador y los diferentes mensajes de odio que denigran a las mujeres y vulneran los Derechos Humanos.

La pandemia mundial permite realizar un análisis sobre el esfuerzo que los diversos Estados hacen para dar una respuesta certera en el ramo de Salud Pública. En un contexto con altas cifras de violencia contra la mujer y la desigualdad laboral, es permitido cuestionarnos ¿cómo puede abonar la militarización, el miedo y la falta de información para paliarlas consecuencias del virus?  

No, no abona en nada. En este contexto nos permite identificar que es necesario la elaboración de propuestas con enfoque de género que respondan a las necesidades reales de las mujeres en El Salvador, que muestren alternativas de empleabilidad para la población, pero esto, aún es una deuda que el Estado salvadoreño tiene con la el 53% de la población- Hasta la fecha, no hay propuestas, las que existen van en detrimento de los mismos derechos fundamentales.

En cuanto al impacto laboral, estamos frente a un panorama desalentador; 79,000 personas en El Salvador están insertas en el rubro textil, y el 70% de estas son mujeres. En medio de la emergencia sanitaria se ha llevado a cabo las reducciones salariales, afectando gravemente los bajos ingresos de las trabajadoras. Muchas de las fábricas de textil durante esta emergencia suspendieron labores, y las mujeres trabajadoras se vieron obligadas a irse a sus casas con un salario inferior al mínimo. Muchas de ellas resignadas a que su contrato laboral sea cancelado. 

Centenares de mujeres de esta industria textil desempeñan sus labores bajo condiciones insalubres y precarias donde predomina la inseguridad laboral, extenuantes jornadas de trabajo, contratos temporales, elevadas metas de producción y bajos salarios, así como el acoso verbal y sexual por parte de sus supervisores o jefes. Además, muchas de estas fábricas se encuentran ubicadas en diferentes partes del país, y como punto estratégico buscan las zonas más pobres para pagar bajos salarios.La necesidad se queda corta en esta crisis sanitaria. Muchas mujeres arriesgan su vida dentro de las maquilas salvadoreñas, ya que al igual que en la zona norte de México donde algunas fábricas abrieron sus líneas de operación ante la demanda de las mascarillas, también abrieron algunas maquilas en El Salvador para continuar con la producción. La mayoría de estas fábricas generan ganancias millonarias diariamente, pero exponen la vida de las trabajadoras, siendo la maquila en sí un foco de infección que abona al desgastaste de la vida de las obreras del textil. Una vez más se demuestra que el capitalismo en cualquier escenario, se ensaña con la vida de las mujeres. 

Resulta de suma importancia que los Estados elaboren políticas públicas y estrategias de lucha común para garantizar la protección durante una crisis (y post crisis) para todos los grupos sociales.  El movimiento feminista está alerta y denuncia constantemente las acciones que están vulnerando los Derechos Humanos durante esta emergencia, ya que las propuestas diseñadas por el Estado salvadoreño son formuladas sin enfoque de género y sin enfoque de Derechos Humanos.

Ante tanta discriminación, seguimos sumado fuerzas y alzamos la voz por todas aquellas que han sido expuestas y no cuentan con ninguna protección social y económica, y sobre todo seguiremos alzando la voz ante cualquier tipo de violencia que se escude detrás del virus COVID -19.

Este material se comparte con autorización de El Salto

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