La historia de Colombia nos muestra que miles de personas han tenido que organizarse a lo largo y ancho del país para defender sus territorios. Es una historia marcada por la violencia y los desplazamientos forzados que grupos armados ilegales, empresas privadas e incluso el mismo Estado han generado. Sin embargo, a la par han surgido procesos de resistencia que intentan salvaguardar los territorios, la vida y la dignidad de quienes los habitan, desde el campo hasta los barrios de las grandes ciudades.
La Asamblea Nacional Popular -ANP- desarrollada en Cali del 17 al 19 de julio del presente año fue el escenario de encuentro de miles de personas provenientes de diferentes zonas del territorio nacional. Allí convergieron con el objetivo de discutir y organizar el movimiento social, y así proyectar los pasos a seguir en la constante lucha contra las políticas nocivas del Gobierno de turno que hoy tienen un rechazo generalizado del pueblo colombiano.
Algunos de los colectivos presentes en la ANP provienen de los barrios marginados o zonas periféricas de las ciudades. Se han organizado porque ven en riesgo la convivencia, la dignidad y la vida dentro de sus comunidades por el microtráfico, la presión y vulneración de actores armados, o por la intervención de las instituciones públicas que intentan desalojarlos.
Colombia Informa habló con Julio Riaño, integrante de un proceso organizativo de comunidades llamado Somos Guardianes de la Madre Tierra, espacio de liberación urbana y guardia popular ambiental. Riaño nos cuenta acerca de las actividades que realizan en los territorios, vivencias y problemáticas que han enfrentado. “Estamos organizados por personas y colectivos comprometidos en la defensa de la Madre Tierra o lo que comúnmente se conoce como el ‘medio ambiente’. La mayoría de la organización es de barrio. Estamos apostando a organizar la cuadra, la gente del común que no conoce mucho de procesos y con ellos venimos trabajando en lo que es la recuperación de espacios”.
Colombia Informa: ¿Qué actividades realizan con las comunidades en los territorios donde trabajan?
Julio Riaño: Hacemos mingas cada ocho días para visitar las huertas, conocemos nuevos procesos y los integramos colectivos que realizan el mismo ejercicio pero que no se conocían entre sí para rehabilitar ese tejido comunitario, para tener una geolocalización de todos los que trabajamos hacia el mismo sitio y así conocer cuántos procesos tenemos y cuántos territorios están con nosotros en el avance.
Nos gusta trabajar independiente del Estado ya que estamos en contra de las políticas nocivas del Gobierno en materia ambiental. No podemos ser juez y parte, entonces nuestras mesas de trabajo son autónomas e independientes de las mesas de Gobierno y lo institucional, en su mayoría.
CI: ¿Qué dificultades y/o problemas han enfrentado en esta labor desde que inició el Paro Nacional?
JR: Nosotros ya veníamos en paro desde antes. Colectivos como los de Soacha (Cundinamarca) ya se encontraban en paro. Y en la localidad de Suba (Bogotá) se mantiene un paro desde hace 8 meses en contra de la Alcaldía de Claudia López, el Partido Verde y sus coaliciones. Porque quieren meter 16 toneladas de concreto al humedal principal de la laguna sagrada de Tibabuyes. Eso ha desencadenado una serie de acciones jurídicas y ha visibilizado una gran cantidad de irregularidades que se dieron en la Alcaldía de Peñalosa y que Claudia López usa para encubrir el mal trabajo que ha hecho.
La cuestión de intervenir los humedales como parques de recreación pasiva (Ej: Parque Simón Bolívar) no tiene cabida. O son parques naturales o parques deportivos. En localidades como Kennedy (Bogotá) quieren acabar con el bosque Bavaria y la gente se está ahogando por el humo de las emisiones de combustibles fósiles.
CI: ¿Debido a esto han enfrentado persecuciones o represión por parte de las instituciones?
JR: En este momento el acueducto está haciendo un ataque y un seguimiento a los compañeros del campamento, intentándonos perfilar. Ellos alegan que la toma es ilegal. Pero por la interpretación de la norma sabemos que no lo es. Llevamos tres meses en una pelea jurídica, una querella que no nos han podido ganar y que ellos mismos vienen dilatando.
Las primeras semanas teníamos orden de intervención de la fuerza pública todos los días. Ahora ya no está la orden, pero sí tenemos intervención de grupos armados ilegales como los “Boyacos” y los “Paisas” que son paramilitares presentes en el barrio. Sabemos que la primera línea de acción de los paras son los “jíbaros” y el microtráfico, ellos son los que están atacando los campamentos.
En una persecución de la policía a estos sujetos, uno de los presuntos paramilitares se lanzó al lago y se ahogó. La Alcaldía entonces ha fabricado un falso positivo inculpando a la gente del campamento de la muerte, sabiendo que esa persona venía con otras intenciones y que fue la policía quien lo perseguía. Estamos en ese choque jurídico donde quieren perfilar y hacer falsos positivos judiciales contra integrantes del campamento para deslegitimar la lucha.
CI: ¿Qué medidas de autoprotección han podido tomar frente a los ataques de paramilitares?
JR: Las guardias comunitarias, basadas en la guardia indígena y sus modos de protección. Hacemos cordones de seguridad.
CI: ¿Cómo se proyectan a futuro a partir de las conclusiones de la ANP?
JR: La ANP nos sirvió para conocernos. En Bogotá habíamos lanzado el Paro Distrital Ambiental desde el campamento, esto se convirtió en una explosión de los colectivos a nivel nacional. Comenzamos a pensarnos con fuerza un Paro Nacional Ambiental, pero como sucedió en el marco del Paro Nacional, se vio opacado como un día más de movilización sin el enfoque ambiental.
No es lo que venimos trabajando desde el 2012, que se ha recogido en otros paros y que tuvo mayor fuerza en el Paro Agrario del 2013, donde que también se hablaba de la Madre Tierra y el ambiente. La idea desde ahí es seguir fortaleciendo los procesos y los lazos para empezar a trabajar el próximo Paro Nacional Ambiental indefinido, que se manifieste en contra de la minería y extracciones mineras de gran escala, la aspersión con glifosato y punto por punto construir un gran pliego nacional ambiental. En los anteriores paros no ha habido una concertación nacional y no se ha tenido muy en cuenta a la Madre Tierra, que es la que nos alimenta a todos.