El impacto psicológico es diferente de acuerdo al grupo social al que se refiera. El 40 por ciento de los mexicanos están empleados de manera informal y dependen de sus ingresos diarios para poder subsistir. Esas personas tendrán el riesgo adicional de desigualdad, con preocupaciones por sus niveles altos de endeudamiento, tienen poca información y no han dimensionado la problemática de salud pública. Tendrán ansiedad, depresión y consumo de sustancias.
El periodo de mantenerse en casa para evitar el contagio por Covid-19 trae consigo impactos psicológicos importantes. De acuerdo con la doctora Carolina Santillán Torres Torija, supervisora académica de la estrategia Crisis, Emergencia y Atención al suicidio de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala de la UNAM, señaló que cuarentena es cuando una persona ya ha estado en potencial riesgo con otra que ya está infectada y se le ha indicado que necesita aislarse.
Por otro lado, el aislamiento es el privilegio y derecho de hacerlo voluntariamente, se lleva a cabo por aquellos que no han estado en contacto con alguien ya portador del Covid-19. Esta situación va cambiar conforme pasen los días, ya que los primeros casos eran importados y ahora al presentarse el contagio comunitario el riesgo aumenta.
La investigadora de la FES Iztacala refirió que el impacto psicológico es diferente de acuerdo al grupo social al que se refiera. El 40 por ciento de los mexicanos están empleados de manera informal y dependen de sus ingresos diarios para poder subsistir. Esas personas tendrán el riesgo adicional de desigualdad, con preocupaciones por sus niveles altos de endeudamiento, tienen poca información y no han dimensionado la problemática de salud pública. Tendrán ansiedad, depresión y consumo de sustancias.
La especialista señaló que las que cuentan con una situación privilegiada van a enfrentarse a situaciones económicas complicadas: aburrimiento, frustración, enojo y cuestiones relacionadas con depresión.
Por otro lado, las personas que se encuentran en cuarentena por haber convivido con alguien contagiado tendrán el riesgo adicional de presentar estrés postraumático, especialmente si son papás con hijos pequeños o mujeres embarazadas.
Mencionó que los profesionales de la salud tienen un impacto adicional porque tienen el estrés de su familia, cansancio. Los niños pueden desarrollar miedo, nerviosismo, tristeza, mientras que otras personas pueden sentir culpa o vergüenza por temor de contagio. “El impacto puede llevar a ingerir alcohol y otras sustancias, habrá un aumento de la depresión y la violencia intrafamiliar”.
Para mitigar esta situación, además de los apoyos que el gobierno pudiera ofrecer, debieran sumarse los bancos, la industria privada, créditos automotrices, de vivienda y que empresarios no retiren a sus trabajadores de sus empleos. Es un problema que necesita de muchos actores y en lo individual apoyar en lo que se pueda, “los que puedan dar apoyo psicológico o económico lo hagan, pero si no, tampoco hay que estigmatizar a aquellas personas que salen por necesidad, esta pandemia lo menos que debe hacer es dividirnos”.
Exhortó a estar atentos entre todos y monitorear señales tempranas de nuestros familiares y/o vecinos como problemas para dormir, disminución del apetito, irritabilidad, llanto, tristeza y animarlos a que reciban ayuda profesional a la distancia.
Aconsejó mantener el estilo de vida, hacer mínimo treinta minutos de ejercicio, tener contacto social a distancia y dosificar la información a la que se tiene acceso y preferir fuentes verificadas y oficiales.
Este material se comparte con autorización de UNAM Global