Las fosas oceánicas, el lugar más profundo del mundo, se está convirtiendo en el “sumidero definitivo” para los desechos plásticos, según un estudio de la Universidad de Newcastle que revela la existencia de contaminación de los animales en estas regiones oscuras y remotas del planeta.
Por primera vez, los científicos encontraron una ingesta de microplásticos por parte de los organismos que habitan en la fosa de las Marianas y en otras cinco áreas que presenta una profundidad de más de 6.000 metros, lo que los llevó a concluir que “es muy probable que no queden ecosistemas marinos que no se vean afectados por la contaminación plástica“.
El documento, publicado en la revista Royal Society Open Science y publicado en The Guardian, destaca la amenaza que plantean las sustancias no biodegradables de la ropa, los contenedores y las bolsas plásticas, que se abren camino desde los basurero de nuestros hogares a través de vertederos y ríos hasta los océanos, donde se dispersan y se hunden en el suelo.
Los lugares más profundos en la tierra
El estudio, dirigido por el Dr. Alan Jamieson de la Universidad de Newcastle, el Dr. Will Reid y el Dr. Thom Linley, ha descubierto evidencia de que los plásticos no solo han alcanzado los sitios más profundos de nuestros océanos, sino que están siendo ingeridos por los animales que viven allí.
El equipo estudió el contenido estomacal de 90 animales individuales que viven en las fosas oceánicas que abarcan todo el Océano Pacífico como la fosa de las Marianas, en Japón la fosa Izu-Bonin, y en Perú-Chile las fosas Nuevas Hébridas y Kermadec. Estas fosas que vasn de 7 a mas de 10 kilómetros de profundidad, incluyendo el punto más profundo de 10,890 metros en las Marianas.
Utilizando módulos de aterrizaje de aguas profundas para sacar muestras a la superficie, encontraron que la ingestión de plástico oscilaba entre el 50% en la Fosa de las Nuevas Hébridas y el 100% en la parte inferior de la Fosa de las Marianas. Más del 72% de los individuos examinados (65 de 90) contenían al menos una micropartícula. El número de micropartículas ingeridas por individuo en todas las fosas varió de 1 a 8.
“Si contaminas un río, puede limpiarse con el flujo del agua. Si contamina un litoral, puede ser diluido por las mareas. Pero, en el punto más profundo de los océanos, simplemente se sienta allí. No se puede tirar y no hay animales entrando y saliendo de esas fosas“.
Los efectos sobre las especies de aguas profundas aún no están claros, aunque los científicos especulan que experimentarán los mismos problemas de tracto digestivo bloqueado y movilidad restringida que las criaturas en profundidades más altas. También pueden ser más vulnerables porque las fosas son ecosistemas con escasez de alimentos, lo que incita a los carroñeros y depredadores a engullir todo lo que puedan encontrar.
Jamieson explicó que se están descubriendo algunas especies nuevas que nunca se han visto en un estado no contaminado. “No tenemos una línea de base para medirlos pues no hay datos sobre ellos en su estado prístino (que se mantiene inalterado, puro, tal como era en su forma primera u original)“, dijo, “cuanto más lo piensas, más deprimente es“.
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