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La búsqueda de desaparecidos no tiene fronteras: VI Brigada Nacional de Búsqueda de Desaparecidos

Jaime Quintana Guerrero

Ciudad de México | Desinformémonos. “La búsqueda de desaparecidos no tiene fronteras. Muchos familiares vienen con la esperanza de que aquí puedan encontrar a sus seres queridos”, dijeron integrantes del grupo coordinador de la Brigada Nacional de Búsqueda de Desaparecidos, cuya sexta edición inició el pasado 9 de octubre en el estado de Morelos.

“Venimos a fortalecer la búsqueda de los familiares junto con los colectivos de Morelos. Es la primera vez que venimos a este estado”, señalan en entrevista colectiva Angélica Rodríguez Monroy, del colectivo “Regresando a Casa Morelos”; Montserrat Castillo, de “Familiares en Búsqueda María Herrera”; y Tranquilina Hernández, del colectivo morelense “Unión de Familias Resilientes Buscando a Sus Corazones Desaparecidos”.

La VI Brigada Nacional de Búsqueda, que concluirá el próximo 24 de octubre, recorrerá los municipios morelenses de Temixco, Xochitepec, Tetecala, Totolapan, Yautepec, Cuautla, Amacuzac, Yecapixtla, Tlaltizapan de Zapata, Mazatepec, Jiutepec, Puente de Ixtla, Cuernavaca, Ayala, Yautepec, Jojutla y Huitzilac. 

Las coordinadoras de la Brigada precisaron que son 130 familiares los que cada semana se reunirán para realizar diversas actividades, teniendo como uno de los ejes de búsqueda la visita a los Centros de Reinserción Social (Ceresos). Sin embargo, hasta el momento sólo se les ha permitido a tres familiares visitar los Ceresos, lo que, aseguran, “no es viable” para las labores de búsqueda. 

“Los de la Brigada vienen con la esperanza de ayudar a los que estamos viviendo en Morelos y localizar a nuestros seres queridos. La búsqueda de desaparecidos no tiene fronteras. Muchos vienen con la esperanza de que aquí puedan encontrar a sus seres queridos. Por eso tres personas para ingresar a los Ceresos no es viable, esa es una de las dificultades”, indicaron las coordinadoras. 

Agregaron que uno de los principales problemas que enfrenta la Brigada es la resistencia que han mostrado las autoridades locales para que los y las buscadoras realicen su trabajo, ya que para ellas “todo está bien, no pasa nada en el estado”. 

A los obstáculos de las autoridades se suma, además, el contexto de la pandemia por Covid-19, que ha dificultado los encuentros con la sociedad local para las actividades de búsqueda.

“Ha sido un reto generar las condiciones de seguridad sanitaria y física para realizar esta brigada”, explicaron las organizadoras. “Estamos acostumbrados a enfrentarnos a contextos un tanto adversos, pero estamos cuidando todos los protocolos para el acercamiento con la población. En algunos caso será a distancia, pero en otros al aire libre”, precisaron. 

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Una respuesta colectiva a la búsqueda de desaparecidos 

Después de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa el 26 de septiembre de 2014, la Red de Enlaces Nacionales (REN) se acercó a los familiares de los estudiantes en Guerrero para contribuir y profundizar los conocimientos de búsqueda. Dos años más tarde, el espacio de articulación que es la Red organizó la Brigada Nacional de Búsqueda, que se convirtió en un modelo para las personas que buscan a sus familiares, pero también para la construcción de paz y reconstrucción del tejido social. 

La Brigada surgió en respuesta a las familias de desaparecidos que integran la red nacional, hoy compuesta por alrededor de 164 colectivos de 27 estados de la república mexicana. En ella participan, además, activistas y personas solidarias, organizaciones de derechos humanos y organismos internacionales que sus suman a la búsqueda de personas a nivel local. 

“Se busca fortalecer las búsquedas en campo y en vida con seis ejes de intervención, que están divididos en dos sentidos. El primera es el de ayuda humanitaria, que tiene el eje de ayuda en campo. Lo que buscamos son básicamente fosas y restos de los seres queridos desaparecidos que puedan estar en el territorio nacional. También está el eje de identificación, que nos ayuda a darle seguimiento a estos hallazgos, y el eje de búsqueda en vida, que trabaja en los Ceresos, en el Semefo (Servicio Médico Forense), en plazas públicas y en todos lados”, dicen las mujeres que organizan la Brigada.  

Ellas explican que, además, la Brigada “tiene el componente de la construcción de paz y la reconstrucción del tejido social, a través de actividades como la sensibilización en escuelas, iglesias y con funcionarios públicos y fuerzas policiales”. 

Otros de los objetivos de la Brigada Nacional de Búsqueda es acercar a los familiares a un entorno seguro, así como cobijar sus búsquedas y su caminar. Esto significa el encuentro con la sociedad local, lo que se dificulta en el contexto de la pandemia por COVID-19.

¿Qué hemos aprendido? 

En seis años de búsqueda, las organizadoras señalan los aprendizajes y obstáculos a los que se han enfrentado para realizar sus actividades. En primer lugar está “la poca participación de las autoridades, pero también mucho temor  de las víctimas”.

Angélica, Monstserrat y Tranquilina señalan que en la Brigada Nacional que se realizó en Veracruz tenían que esperar la respuesta de las autoridades para salir a buscar a sus desaparecidos. “Nosotros mandamos los oficios, con el número de familias que participarían, pero pasó así como pasa aquí en Morelos, que sólo dejan entrar a tres personas a los Ceresos. Son este tipo de cosas que ponen piedras en el camino”, lamentan. 

A lo largo de sus actividades de Búsqueda, los colectivos han encontrado en Veracruz “muchos, miles de restos quemados”, pues en ese estado “se manejan mucho las cocinas, que es donde queman a nuestros seres queridos. Hemos aprendido a no soltar el punto hasta que lleguen las autoridades y cumplan los protocolos”. 

En la primera búsqueda, los colectivos hallaron restos quemados en Veracruz, pero al día siguiente los periódicos dijeron que era madera quemada. “Nos quería volver a desaparecer a nuestros seres queridos. Pero hemos aprendido a no soltar”, aseguran las organizadoras de la Brigada. 

Las buscadoras que integran la Brigada constantemente se preparan para realizar sus actividades de búsqueda. Han tomado cursos e incluso, aseguran, “nos hemos convertido en forenses, en peritos. Hemos aprendido a ver la tierra y saber cuándo existe una fosa y distinguir un hueso del otro”.  

Esta VI edición de la Brigada Nacional de Búsqueda es una oportunidad para “destapar” lo que ocurre en Morelos y denunciar la existencia de fosas, redes de trata de personas y los índices de desaparición. Pero para lograrlo, aseguran las mujeres de los colectivos morelenses, es necesario aprender a trabajar todos por la búsqueda de sus seres queridos.

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