Nadie lo imaginaba, pero en el verano del año 2021 una pequeña localidad de Matamoros, Tamaulipas, llamada La Bartolina, se hizo visible en la geografía nacional porque un informe de la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB) hizo público que ahí se habían encontrado cerca de 500 kilogramos de restos humanos. En el informe presentado por la titular de la CNB, Karla Quintana Osuna, enfatizó que el hallazgo se había sumado desde el 2017, cuando identificaron que en esta localidad había un “sitio de exterminio” y “de cremación clandestina muy grande”[1] .
El hallazgo, por supuesto, no lo hicieron las autoridades. De acuerdo con el periodista Pablo Ferri, fue, irónicamente, una madre buscadora de San Fernando a quien años antes le desaparecieron a sus hijos [2] . Para algunos nativos de Matamoros, más bien se trató de un grupo de madres buscadoras en estos lares, quienes conocieron a un hombre detenido en una cárcel y éste les habló de La Bartolina porque “tenía mucho remordimiento de algo en lo que él participó”. Se trataba de uno de esos hombres del mundo criminal, que la antropóloga Natalia Mendoza ha llamado “los arrepentidos” [3] .
La Bartolina es una localidad que está justo en la esquina noreste de la frontera entre México y Estados Unidos. El hallazgo de restos humanos aquí se sumó a aquellos encontrados en fosas clandestinas situadas en otros lugares de Tamaulipas, como en San Fernando en 2010 y 2011 [4] , y en la región de El Mante-Gómez Farías en 2019 [5] , que conforman tan sólo algunas de las 440 fosas clandestinas registradas en la entidad entre los años 2006 y 2019, de acuerdo con datos de la CNB a enero de 2020. Por lo tanto, la divulgación de la existencia de una zona o “sitio de exterminio” y “de cremación clandestina” situada en una localidad como La Bartolina, de inmediato cobró interés mediático y de parte de colectivos de familiares de personas desaparecidas.
Por supuesto, ir a La Bartolina así como así a preguntar por personas desaparecidas o buscar a seres queridos, aunque estuvieran muertos, era como caminar sobre fuego. Después de todo, Matamoros es la casa del Cártel del Golfo desde hace muchos años [6] . Quizás por esa razón, cuando Alejandro Encinas, el Subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración, así como otras autoridades, hicieron acto de presencia en La Bartolina, llevaban chalecos antibalas e iban escoltadas por agentes de la Fiscalía General de la República y de la Guardia Nacional [7] . Algunos colectivos de familiares de desaparecidos no tenían tantos privilegios, así que optaron por una alternativa.
En redes sociales comenzó a circular una carta, firmada por la Unión de Colectivos de Madres Buscadoras en Tamaulipas, en la que se dirigen al líder de un grupo criminal en Matamoros para pedirle una tregua de paz y permiso para buscar los restos de sus familiares en el predio [8] . La carta enfatizaba el que no se buscaba culpables, resaltaba “acciones humanitarias” del grupo criminal durante la pandemia y pedía una respuesta a través de una manta u otro medio. Paradójicamente, también en redes sociales, la Red de Desaparecidos en Tamaulipas emitió un comunicado en el que señaló desconocer el origen de dicha Unión de Colectivos, y se deslindó de esta y de su mensaje en la carta.
El hecho es que, a partir de todos estos sucesos, La Bartolina cobró visibilidad geográfica, mediática y necrológica. Parece ser que en el nombre lleva la penitencia: después de todo, bartolina significa calabozo, celda o habitación de cárcel; incluso en países de Centroamérica significa “calabozo estrecho, incómodo, profundo y seguro, generalmente empleado para el castigo del reo” [9] . Etimológicamente, calabozo deriva del latín calare (hender, herir) y fodere (hacer una fosa). La Bartolina le hizo honor a la adjetivación que tanto algunas autoridades como medios de comunicación le adjudicaron: “sitio de exterminio” y de “cremación clandestina”. Un calabozo perfecto para desaparecer personas en una frontera en constante tensión debido a la violencia.
Sin embargo, pocos saben que La Bartolina es un ejido que, hasta el año 2020, apenas sobrepasaba los 230 habitantes. Se trata de una comunidad conformada por familias campesinas y avecindadas, quienes se dedican tanto a la agricultura como a la pesca debido a que colinda con una laguna llamada Mar Negro, pegada al Golfo de México. También se trata de una comunidad que fue fundada en 1937, en plena administración del general Lázaro Cárdenas del Río, pero que apenas hasta los años setenta tuvo electricidad y hasta los años noventa contó con agua potable. En síntesis, una comunidad marginada, de familias trabajadoras que sobreviven, pero que cuando se dio a conocer el hallazgo de los restos humanos, la mediatización para los habitantes funcionó como un tipo de “propaganda negra”. La Bartolina, al igual que San Fernando, fue estereotipada como un territorio con una marca de violencia y terror.
Más allá de lo anterior, el hallazgo de los restos humanos en La Bartolina puso en evidencia que la desaparición forzada de personas es grave en Tamaulipas y que las fosas clandestinas constituyen un testimonio de la violencia, el terror y el dolor que vivieron algunas personas y que sus familiares aún viven. La cifras, aunque oficiales, son por demás estremecedoras: 5,838 personas desaparecieron en la entidad durante la década que va del año 2006 al 2016, periodo caracterizado por la política de guerra contra el narcotráfico en México, recesiones económicas, transiciones de gobierno y masacres como la de Creel (en 2008), San Fernando (en 2010), Allende y Casino Royale (en 2011) o la de Cadereyta (en 2012).
Sin embargo, en años recientes la desaparición forzada de personas en la entidad ha sido más alarmante. Según un informe también de la CNB, del 1 de diciembre de 2018 al 31 de diciembre de 2019, después de Jalisco, Tamaulipas era la entidad con más personas desaparecidas o no localizadas: 613 en total. En el mismo periodo, Tamaulipas ocupaba el cuarto lugar en desaparición de mujeres con 160 casos. Y también el cuarto lugar en desaparición de niñas, niños y adolescentes: 124 casos. Por supuesto, como han señalado algunas organizaciones, la cifra puede ser mayor.
El hallazgo en La Bartolina fue importante y de cierta forma dio esperanza a los familiares de personas desaparecidas. Sin embargo, desde que las autoridades estuvieron en el lugar, ningún avance se ha informado. Ante esto, alzar la voz es más que necesario. Antígona Gonzáles, el personaje del libro de Sara Uribe, lo resumió muy bien: “Todos aquí iremos desapareciendo si nadie nos busca, si nadie nos nombra” [10] .
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*Este texto es una colaboración entre el LEVIF (https://www.colef.mx/levif/), de El Colegio de la Frontera Norte, y A dónde van los desaparecidos .
El Laboratorio de Estudios sobre Violencia en la Frontera (LEVIF) es un proyecto académico y humanista de El Colegio de la Frontera Norte que tiene como objetivo analizar la violencia criminal en esta región fronteriza, generar eventos y documentos de divulgación científica sobre el tema.
*Oscar Misael Hernández es sociólogo por la Universidad Autónoma de Tamaulipas y doctor en antropología social por El Colegio de Michoacán. Actualmente es profesor en El Colegio de la Frontera Norte y coordinador del LEVIF. E-mail: ohernandez@colef.mx
La opinión vertida en esta columna es responsabilidad de quien la escribe. No necesariamente refleja la posición del LEVIF ni de A dónde van los desaparecidos.
Referencias:
[1] Milenio Digital (12 de julio, 2021). En 5 años hallan 500 kilos de restos humanos cremados en zona de exterminio La Bartolina, Matamoros. Recuperado de
[2] Ferri, Pablo (27 de agosto, 2021). La Bartolina, el horror actualizado en México. Recuperado de https://elpais.com/mexico/2021-08-28/la-bartolina-el-horror-actualizado-en-mexico.html
[3] Mendoza, Natalia (1 de enero, 2021). La verdad de los arrepentidos. Recuperado de https://www.nexos.com.mx/?p=52097
[4] Comunicación Fundación (3 de agosto, 2017). Hallazgo de 47 fosas en San Fernando desde hace seis años sin entrega de expedientes por PGR. Recuperado de https://www.fundacionjusticia.org/hallazgo-47-fosas-clandestinas-en-san-fernando-6-anos-sin-entrega-expedientes-pgr/
[5] Proceso (18 de febrero, 2014). Tamaulipas: la lluvia desentierra los muertos. Recuperado de https://www.proceso.com.mx/reportajes/2014/2/18/tamaulipas-la-lluvia-desentierra-los-muertos-129261.html
[6] Martínez, Sanjuana (8 de mayo, 2011). El cartel del Golfo, junto con sus nuevos socios, es dueño de todo en Matamoros. Recuperado de https://www.jornada.com.mx/2011/05/08/politica/012n1pol
[7] 24 Horas (6 de agosto, 2021). Tras denuncias, autoridades acuden a la zona de exterminio La Bartolina. Recuperado de https://www.24-horas.mx/2021/08/06/tras-denuncias-autoridades-acuden-a-la-zona-de-exterminio-la-bartolina/
[8] La Jornada (2021). Madres piden permiso a cártel para buscar en predio de Tamaulipas. Recuperado de https://www.jornada.com.mx/notas/2021/07/30/estados/madres-piden-permiso-a-cartel-para-buscar-en-predio-de-tamaulipas/
[9]Definiciones (2022). Definición de bartolina. Recuperado de https://www.definiciones-de.com/Definicion/de/bartolina.php
[10] Uribe, Sara (2012). Antígona González. México: Sur+Ediciones.
**Foto de portada: Autoridades laboran en el predio conocido como La Bartolina para la recolección e identificación de restos humanos. Crédito: Especial.
Publicado originalmente en A dónde van los desaparecidos