El sector apícola enfrenta importantes retos productivos, causados por la presencia de los humanos en los ecosistemas, uso de pesticidas y el cambio climático. El desarrollo verde del que tanto se ha hablado, lo único que ha logrado son políticas que amenazan los bienes naturales comunes que resguardamos en las regiones indígenas, donde el territorio es un elemento que tiene vida y no una cosa.
Desde lo comunitario existen un sin fin de experiencias que han dado vida y fuerza a la lucha por la reivindicación de los derechos como pueblos indígenas y afromexicanos. Hemos encontrado en experiencias como la apicultura una forma de vida y razón de ser, representa además una actividad fundamental en la vida de quienes entregamos nuestro esfuerzo, trabajo y dedicación, como es mi caso, que desde hace 40 años la practico como una forma de vivir y resistir desde la organización, como en una colmena.
Soy originario de San Juan Cacahuatepec, en la costa chica de Oaxaca, me dedico al campo y a las abejas, soy defensor comunitario y defensor del río Verde. En la región de la Costa soy conocido como Don Neri. La apicultura representa una actividad muy importante de vida, porque si se acabaran las abejas, se acabaría la vida, porque no habría polinización de cultivos y no habría alimentos para la sociedad.
Hoy en día enfrentamos el resquebrajamiento de la autonomía y la dependencia alimentaria, cuando vemos que para alimentarnos es necesario adquirir los ingredientes de lo que consumimos, entre más ingredientes tengamos que adquirir fuera de nuestras localidades, mayor será la dependencia. Por ello, una de las estrategias que hacemos visibles desde la experiencia comunitaria, es la autosuficiencia alimentaria y la apicultura que practicamos en mi familia ha logrado fortalecerla.
Para muchas comunidades y familias la apicultura es una alternativa muy importante, en las comunidades que resisten la invasión y saqueo de nuestras tierras representa una manera de hilar la vida en comunidad. Para mí la apicultura es resistencia “resistir en la vida y en el trabajo del campo”, además de la apicultura siembro maíz, ajonjolí y calabaza, granos que me permiten sostener a mi familia. Junto a mi esposa, mis hijos, hijas, yernos, nueras, nietos y nietas nos apoyamos en las actividades del campo, hemos ido construyendo una red de apoyo para salir adelante, y tener un “trabajo propio”.
Del trabajo con las abejas por más de cuarenta años, he aprendido la forma de organización, es un trabajo interesante, la forma como se organiza una colmena, esta misma práctica la he llevado en todas las esferas de mi vida, así como en la defensa del río Verde, donde busca el gobierno y empresas privadas construir hidroeléctricas y arrebatar la vida de los pueblos afromexicanos e indígenas de la costa y de las personas que integran el grupo eclesial de base, al cual pertenezco como catequista.
Una preocupación latente que mantengo junto con mi familia, es que las abejas continúen polinizando los cultivos para la producción de semillas, porque anterior al uso de pesticidas las abejas producían miel en cantidad, menos colmenas más miel, sin muchas plagas y porque si se extinguen las abejas, se terminan las cosechas y por lo tanto se acabaría la humanidad. Mantener la producción de semillas y de alimentos en mi comunidad, es una tarea que me he puesto junto con mi familia, por ello mi experiencia en la apicultura me llevó a iniciar una empresa familiar, que después me llevó a consolidarla, actualmente trabajo con 100 colmenas propias y soy miembro de una organización denominada “Miel en la costa chica S.P.R. de R.L”., ubicada en Mancuernas, Pinotepa Nacional.
Esta experiencia me ha llevado desde hace cinco años a producir miel de manera orgánica que se exporta a Europa, principalmente a Alemania, pues mi producto alcanza los niveles de calidad e inocuidad adecuados. La producción de miel orgánica es una alternativa y aporte fundamental a la forma de vida económica familiar y comunitaria que mi comunidad y yo buscamos. Por ello, es importante pensar en alternativas frente a lo que hoy nos arrasa y amenaza la vida, como es la pandemia. Las alternativas sustentan esta relación armónica que hombres y mujeres tejemos con la naturaleza y es la fuerza que late desde el corazón de la comunidad.
*Red de Defensoras y Defensores Comunitarios de los Pueblos de Oaxaca- REDECOM
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