Alrededor de 200 mujeres marcharon este 24 de noviembre en el Estado de México contra la violencia de género, contra los feminicidios, las desapariciones de mujeres y el sexismo, en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres conmemorado el 25 de noviembre.
Durante la movilización, las mujeres que integran distintos colectivos feministas gritaron consignas contra la violencia y, en el camellón de la avenida Chimalhuacán, frente a la presidencia municipal de Nezahualcóyotl, instalaron «la antimonumenta» para recordar a las víctimas del machismo en la entidad y exigir justicia.
«Hace cuatro años se asesinaba a siete mujeres diarias, ahora hablamos de 11 al día y sólo 10 por ciento se denuncian. La magnitud es muy grave y las medidas quedan cortas para combatir este problema. Los gobiernos necesitan incorporar a expertos y la sociedad civil unir esfuerzos; de lo contrario, este problema no va a disminuir”, aseguró María de la Luz Estrada, coordinadora del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio.
Fue un día de marcha. Del calor del día, a los gritos y cantos. De las largas caminatas, al ritmo de los tambores que exigen en medio de consignas, que la violencia y el terror contra las mujeres por fin acabe. Ciudad Nezahualcóyotl y sus habitantes se niegan a creer que la violencia contra las mujeres existe, y si lo reconocen, lo justifican diciendo que ellas “se lo merecen.”
Las altas cruces de tres metros que existen en el bordo Xochiaca y las tres cruces del mismo tamaño frente al mismísimo Ayuntamiento son prueba irrefutable de que desde hace años algo grave sucede para que el mismo paisaje se esté modificando frente a sus oficinas.
Este domingo, mientras familiares de víctimas de feminicidio y colectivas se concentraban en la esquina de las calles de Sor Juana y Avenida Chimalhualcá para marchar y concentrarse frente al Ayuntamiento, no muy lejos a allí, en el Bordo, los testimonios de madres con hijas asesinadas y desaparecidas son desgarradores. El eco de su voz parece traerlo el viento hasta donde las mujeres se organizan para cavar un pozo e iniciar el anclaje de la primer Antimonumenta en el Estado de México.
Los ecos del Bordo de Xochiaca
“Diana tenía 24 años cuando fue asesinada por el simple hecho de ser mujer. A los asesinos les bastaron unas cuantas horas para terminar con su vida y dejar su cuerpo tirado muy cerca de la casa. Con esta brutalidad, los asesinos mandaron un mensaje impunidad y las autoridades no han hecho nada para solucionar y dar con los responsables, por eso nos pueden asesinar, nos pueden desaparecer y al final no habrá castigo para ellos».
El viento sopla, lleva las palabras hasta donde las colectivas terminan de nivelar. Doña Irinea, madre de Mariana Lima Buendía, mujer asesinada por su propio marido, prepara junto con su hijo el cemento y la grava. Le echan agua para preparar la mezcla que servirá para fijar la Antimonumenta. Mientras, las acciones de coordinación jalan cuerdas desde los cuatro puntos del andamio para sostener la estructura. Al micrófono pasan mujeres que van relatando sus experiencias de violencia, miedo e inseguridad al salir a las calles. Hay mucha rabia de sentir tanta impotencia.
Por fin, después de tres horas de trabajo continuo, las colectivas acompañadas de La brigada Marabunta logran embonar la Antimonumenta en la placa de soporte, y hay gritos y aplausos de júbilo. Ponen los tornillos, los aprietan y, así, el símbolo de lucha y denuncia ha quedado instalado.
Doña Irinea reparte una postal y lee: “En el año 2006 la violencia contra las mujeres en el Estado de México se acrecentó, muchas mujeres fueron asesinadas y sus madres supieron del dolor de haber perdido a sus hijas, pero no de cómo lograr justicia. En junio del 2010, mi hija Mariana fue asesinada. Desde entonces iniciamos una lucha con el apoyo del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio; cinco años después La Suprema Corte de Justicia de la Nación emitió la Sentencia Mariana Lima Buendía, siendo el primer pronunciamiento de este tribunal relacionado con el feminicidio; esta decisión reconoce la obligatoriedad de buscar y juzgar con perspectiva de género, así como com la debida diligencia. De otra forma jamás se hubiese acreditado que se trató de un feminicidio. La sentencia es histórica y sienta un precedente para todas las investigaciones.”
Al término de la lectura, las familias se acercan y quitan el embalaje de alfombra que cubre la Antimonumenta y empiezan a leerse las frases grabadas y cortadas en laser en las placas: Ni una más, memoria, verdad y justicia; y de la otra cara: No + feminicidios, Investigación con Perspectiva de Género. La diferencia que hay entre la Antimonumenta de Bellas Artes de la Ciudad de México y la que está en Nezahualcoyotl es que ésta se integra a la cruces con su color rosa preponderante y su costado y las frases van en morado.
La primera denuncia en el centro del poder político y esta última grita en uno de los epicentros del terror, dolor y la rabia permanente de las mujeres. Aquí los ecos de los gritos desesperados y desgarradores no tienen tiempo. Aquí, como dijo una madre que exige justicia por su hija, “no queremos que las violencias se queden el olvido y esta Antimonumenta se los recordará permanentemente y para siempre”.