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Juguetes ecofeministas: solo es cuestión de reflexionar un poco

Arantxa Arroyo

– “Quiero un juguete para un peque de 3 años
– ¿Es niña o niño?”

Así comienza la conversación multitud de veces entre una persona que trabaja en un establecimiento de juguetes y alguien que va a comprarlos.

Jugamos para adaptarnos a la sociedad en la que vivimos, gracias al juego construimos nuestro imaginario, establecemos “lo normativo”. Y si ese juego viene sesgado por la diferenciación de género estamos arraigando aún más esos estereotipos de los que tanto queremos deshacernos.

Hay mucho sobre lo que reflexionar, pero empecemos dos ejemplos: el estereotipo de “a las mujeres se les da mal el bricolaje”. ¿Cuántas niñas hemos tenido en nuestra infancia un banco de herramientas? Claro, no lo pedíamos. ¿Cómo íbamos a hacerlo si en los catálogos solo veíamos representados a niños? También el estereotipo de “los padres no saben cuidar a sus criaturas como sus madres”: ¿Cuántos niños tuvieron una muñeca a la que cuidar? Y si lo hicieron ¿cuántos comentarios oirían al respecto? (Hablo en pasado, pero desgraciadamente es algo a la orden del día).

Las niñas y niños en primera infancia están construyendo cómo es el mundo al que pertenecen y así sentir que forman parte de un grupo o colectivo, lo que visto desde el punto de vista evolutivo, promoverá su supervivencia.

El problema viene cuando esa idea de colectivo me está limitando, ya que lo que recibo a través de la publicidad, por ejemplo, está promoviendo que me vea en una posición inferior a otro. Aquí encontramos la primera oportunidad de aprendizaje: “Desarrollar el espíritu crítico y visibilizar el poder del consumidor” Si vemos una publicidad que está diferenciada según el género, podemos enseñar a nuestras criaturas a cuestionarlo, y denunciarlo para que esto cambie, puesto que así lo prohíbe el Código de Autorregulación de Publicidad Infantil en sus artículos 33 y 34:

Artículo 33. La publicidad infantil de juguetes no presentará en ningún caso escenas sexuales inapropiadas, ni un lenguaje obsceno, ni escenas que hagan referencia a conductas adictivas, ni que fomenten la discriminación por cualquier motivo: etnia, discapacidad,género,…

Artículo 34. Como regla general, los mensajes publicitarios dejuguetes evitarán mostrar sesgos de género en la presentación que hacen de niños y niñas.

Y si la coeducación es un tema transversal a la hora de ofrecer juguetes a nuestras criaturas llega la otra pesa de la balanza: la sostenibilidad. Cómo encontrar el equilibrio entre lo que regalamos y cuánto regalamos. Para ello, desde hace años se habla de la “Regla de los 4 regalos”, que puede ayudar a sintetizar los regalos con la familia y a la que podemos dar un enfoque más sostenible y coeducativo dependiendo de lo que elijamos.

1. Regalar algo que ponerse: La naturaleza está esperándonos en cualquier época del año. No privemos a las niñas y niños de todo lo que ésta puede enseñarles gracias (que no a pesar) de la lluvia o la nieve. Hoy en día existen multitud de buzos y petos para vestirse y salir y jugar haga el tiempo que haga, ya que, si queremos que nuestras criaturas respeten el entorno, primero tienen que conocerlo.2. Regalar algo que leer: Además de con el juego, las niñas y niños construyen su autoconcepto viéndose reflejados en los personajes de los cuentos que leen. Por este motivo ya podemos encontrar diferentes títulos que promuevan la igualdad y se deshagan de mitos como el del amor romántico que podemos ver en muchos libros. El libro dorado de los niños ayuda a entender la masculinidad libre de estereotipos; y cualquier título de las colecciones “Ande yo valiente” y “Érase dos veces”, de la editorial Cuatro Tuercas, no da puntada sin hilo a lo que una educación basada en el respeto se refiere.

3. Regalar algo que la criatura quiera: Aquí llega el gran problema, ¿de dónde eligen? Anuncios de televisión, catálogos en los buzones que en la mayoría de los casos dejan muy poco espacio a juguetes con un enfoque más sostenible. Por suerte en diferentes blogs de crianza como Aprendiendo con Montessori se pueden encontrar alternativas donde poder elegir juegos y juguetes hechos por artesanos.

4. Regalar algo que necesite: ¿Y qué puede necesitar más una criatura que tiempo y presencia de sus figuras de apego? Por ello en este punto siempre propongo “Regalar experiencias”. Cuando las criaturas son muy pequeñas esa experiencia ha de ser lo más inmediata en el tiempo posible, ya que éste es un concepto muy abstracto todavía. Sin embargo, cuanto más mayores, podemos optar por experiencias culturales y poner en valor el mundo del arte (bien sea teatro, música, artes plásticas,…) o un talonario de experiencias en el que incluir pequeñas actividades como pintacaras, taller de cocina en compañía, salida en búsqueda de piedras, etc. y que llenan de magia las pequeñas cosas.

Pero, ¿y si necesitamos conciliar el entorno y tiene que haber un regalo material? Los juegos de mesa siempre son una gran opción. Tenemos propuestas para empezar a jugar desde los dos años, en los que muchos de ellos son cooperativos y permiten adaptarse a las reglas del juego trabajando en equipo. Un juego de mesa enseña a respetar el espacio individual con el colectivo, trabaja la paciencia al esperar el turno de juego, desarrolla la lateralidad y es un punto de partida para empezar multitud de aprendizajes transversales a través de la temática del juego. Y si queremos mostrar un consumo responsable, podemos encontrar juegos como los de la marca Habaen los que las piezas de madera proceden de gestiones forestales sostenibles.

¿Y antes de los dos años? Materiales no estructurados, como cestos con canutos de cartón del papel higiénico, corchos de champán o troncos de madera, que sin un fin concreto permitan el juego libre y desarrollen la creatividad. Un aprendizaje más de entender cómo podemos reutilizar diferentes materiales que podíamos pensar desechables.

Por último, si hay que considerar un material por excelencia a la hora de adquirir un elemento de juego es la madera. Al tratarse de una etapa evolutiva en la que las experiencias sensoriales son claves en su desarrollo, la madera sin tratar (además de no venir pintada por ningún color que pueda hacer diferenciación de género) es un material cambiante con el entorno. Si se chupa la textura cambia al humedecerse y si se toca la veta de la madera se notan las diferentes texturas. Hoy en día podemos encontrar multitud de personas que realizan artesanía en madera y que afortunadamente no se plantean la pregunta con la que empezaba el texto. Solo fabrican juguetes para jugar.

*Maestra de educación infantil, guía montessori y especialista en ludotecas. CEO de Magea Escuela Activa

Este material se comparte con autorización de El Salto

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