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«Jóvenes construyendo el futuro», un paliativo al desempleo estructural

Alejandro Aguilar García*

El programa del gobierno federal de “Jóvenes Construyendo el Futuro” de la Secretaría del Trabajo tiene como meta capacitar para el trabajo al segmento de población de entre 18 a 29 años de edad que no estudian ni trabajan. Beneficio que durante un año los jóvenes estarán formándose en alguna competencia y/u oficio, recibiendo así una beca de 3,600 pesos al mes junto con la prestación de seguridad social por parte del gobierno.

Los lineamientos para la operación del Programa Jóvenes Construyendo el Futuro contempla que en el procedimiento de formación de los jóvenes eviten relaciones laborales con el centro de trabajo que se adscriban; los coordinadores del programa han recalcado que estos aprendices «no se deben de ver como mano de obra barata», sin embargo, en lo consiguiente deja el margen para que así se procedan las empresas hacia estos.

Las restricciones del programa señalan que se debe de garantizar que los becarios no sean objeto de subcontratación y observar que la instrucción impartida a los beneficiarios no supla al personal habitual. El fin de esto es delimitar que la interacción de los patrones inscritos al programa con los becarios no se considere de carácter laboral.

En el proceso de capacitación y formación es inevitable imponer tareas que se difuminan entre lo que corresponde a tareas de capacitación o realmente como actividades productivas. En este «lazo» la exigencia a los jóvenes se les puede imponer tareas ajenas a las previstas en su plan de capacitación, en otras palabras, realmente subsiste la presunción de la existencia de una relación laboral, independientemente de la emisión de los lineamientos y del programa gubernamental.

Recordemos que en la figura de «becarios» que manejaban las empresas según el artículo 132 de la LFT, se menciona inclusive los mismos objetivos, formación y capacitación, pero finalmente era fuerza de trabajo a la que poco invertía el patrón. El programa Jóvenes Construyendo el Futuro representa un paso hacia atrás con respecto a la reglamentación laboral. «Cuando tengan a su servicio más de mil trabajadores deberán sostener tres becarios en las condiciones señaladas. El patrón sólo podrá cancelar la beca cuando sea reprobado el becario en el curso de un año o cuando observe mala conducta; pero en esos casos será substituido por otro», esto apunta la LFT.

Cuestión diferente al del programa que indica que el «tutor» tendrá a su cargo 25 becarios durante un año; ante eso no existe ninguna garantía de posterior contratación o trabajo estable para estos jóvenes. Caso contrario en la LFT que menciona que, «los becarios que hayan terminado sus estudios deberán prestar sus servicios al patrón que los hubiese becado, durante un año, por lo menos».

En el programa federal luego de capacitarse en el proceso de producción de bienes y servicios y obtener la buscada «experiencia laboral» y abrir mayores posibilidades de ser contratados, caben una serie de cuestiones: ¿Qué probabilidad tiene el becario cuando termine su capacitación de ser contratado por la empresa en la que sirve o por otra?, ¿Como tal, resuelve el problema del desempleo o al menos logra sentar las bases para disminuir los índices? y, ¿los jóvenes becarios tendrán la experiencia como la exigen las empresas al contratar su personal?

De acuerdo a la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, corte a diciembre del 2018, el segmento de jóvenes de 20 a 29 años de edad desocupados ascendió a 727,860 personas, de los cuales, curiosamente, el 87.18% tiene experiencia laboral, en tanto más del 90 por cierto continúa en busca de un trabajo al menos dentro de territorio nacional.

Desempleo, sesgo en medición y necesidad estructural.

La titular de la oficina Nacional de Empleo de la OIT México, Noémie Feix, ha señalado que se require de una solución integral para resolver el problema del desempleo en México. El programa pretende otorgar el beneficio a 2.3 millones de jóvenes que actualmente no estudian ni trabajan. Según el INEGI la tasa de desocupación en diciembre de 2018 alcanzó un índice del 3.6% (1,828,591 personas) de la Población Económicamente Activa (PEA) a nivel nacional, indicador que no alcanza a contemplar el problema estructural del desempleo.

¿Desocupación o desempleo? La Organización Internacional del Trabajo define a los desempleados no sólo por su misma categoría de «sin trabajo» sino que amplía el criterio a los “corrientemente disponibles para trabajar”, es decir, disponibles para trabajar en empleo asalariado o en empleo independiente durante el período de referencia y “en busca de empleo”,

En la medición del INEGI descarta a la «Población Disponible» como aquella que aunque quiere trabajar no tiene trabajo y no lo busca porque no cree encontrarlo o porque ya se cansó de buscarlo, misma que la categoriza en la Población Económicamente No Activa.

La masa de jóvenes como definidas como la Población Disponible suma una cantidad de 1,228,009 personas. Siguiendo los criterios arriba expuestos la población desempleada alcanza a 1,955,569 jóvenes, lo que representa una tasa de desempleo del 13%.

Algo más, existe una sector más dentro de la Población Económicamente No Activa la cual no «produce» ni mantiene una relación laboral pero si ejerce una actividad económica invisible. 3,893,900 de jóvenes, en su mayoría mujeres, ejecutan «quehaceres domésticos» y por ende no se les considera si están en busca de un trabajo. La realidad nos muestre que muchas mujeres en edad de trabajar buscan otros ingresos mientras realizan las labores cotidianas en su hogar.

Los «NiNis» concepto deleznable, que incluso el Centro de Análisis de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados usó en su documento «Caracterización del segmento de jóvenes queni estudian ni trabajan en México», lo único que hace es encubrir con neologismos vacíos el problema del «ejército industrial de reserva» como un producto natural del sistema de producción capitalista.

Desde luego, el concepto ‘NiNi’ no aborda el fenómeno ya que no alcanza a explicar otras variables de la superpoblación relativa (los que la estructura socioeconómica excluye de empleo: superpoblación flotante, superpoblación agraria y superpoblación estancada.

El problema para conocer el desempleo en México guarda estos sesgos estadísticos, esta gran masa que por la ilusión de ocupar por un periodo de tiempo un oficio no opondrán ningún cuestionamiento o resistencia a lo que dicten los «tutores» de la empresa.

¿Quién o cómo realmente se protege los becarios en caso de una arbitrariedad dentro del lugar de trabajo? Si bien se establece que el becario puede evaluar a su tutor en los hechos se da la misma situación que cualquier otro trabajador al padecer un abuso patronal, simplemente no procede por el miedo a ser separado de su puesto, la cual la patronal reinventa día con día varias modalidades.

“Jóvenes Construyendo el Futuro” no sólo pondrá en charola de plata a miles de jóvenes a la disponibilidad de la patronal, sino que este programa solo es un mero paliativo que no logra ni a cubrir las mismas expectativas que se propone, en cuanto a capacitar a jóvenes que ya cuentan con experiencia laboral paradójicamente, sino que no garantiza un empleo seguro a este sector de la población.

*Sociólogo de la Universidad Veracruzana

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