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José, una historia más de la «cacería» de migrantes del INM

Redacción Desinformémonos

Ciudad de México.  José, es la historia de un migrante hondureño, que se suma a las miles que ocurren en México: la “caza” inhumana de migrantes en las rutas que vienen de la frontera sur por parte de los agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) en las que, las empresas de autotransportes se hacen cómplices de las cientos de detenciones que en sus autobuses se cometen a diario.

José dio su testimonio a La Jornada de Oriente  y a la Comisión de Derechos Humanos de Puebla de cómo fue bajado del autobús en el que viajaba de Puebla a la Ciudad de México por agentes del INM y de cómo al tratar de protegerse, fue golpeado y torturado durante tres días, para finalmente ser entregado al centro de detención en Puebla, bajo amenazas para que no dijera la verdad de lo ocurrido y después de una espera de más de 24 horas, fuera atendido de los golpes y heridas que le hicieron los agentes, en una clínica del Seguro Popular.  Finalmente, la representante del INM en Puebla le extendió una visa humanitaria por seis meses, que José sabe que no es garantía de nada.

El INM ha tratado de desmentir los hechos y envió una carta que publica también La Jornada de Oriente.  Sobre la misma, el medio poblano precisa:

“El migrante fue claro y puntual al denunciar a los agentes del Instituto Nacional de Migración como los responsables de las lesiones que presentó, versión que es creíble pues no es el primer centroamericano que señala a estos servidores públicos como agresores. Por eso en múltiples ocasiones, organizaciones defensoras de migrantes han establecido que México otorga un peor trato a los extranjeros indocumentados que la misma Border Patrol de Estados Unidos.

Que el agraviado haya agradecido a la estación migratoria de Puebla los servicios médicos prestados, no quiere decir que no haya sido víctima de los agentes del INM.

La Comisión de Derechos Humanos de Puebla visitó al migrante hondureño y les narró los mismos hechos que esa casa editorial reprodujo, por lo que ya investiga los hechos violatorios de derechos humanos.

Si realmente el INM quiere salvaguardar los derechos de los migrantes centroamericanos, tiene que investigar las denuncias contra sus agentes, en lugar de encubrirlos”.

A continuación el testimonio que José dio a La Jornada de Oriente: “Narró que salió de Puebla la noche del pasado martes y que abordó un autobús con dirección a la Ciudad de México a las 21:20 horas. Al llegar a la caseta de cobro de San Marcos Huixtoco, en Chalco Estado de México, agentes de migración abordaron el camión para buscar centroamericanos.

Luego de detenerse frente al asiento de José le preguntaron de dónde era, él mintió sin éxito. Lo obligaron a descender del autobús y le hicieron una seña al conductor para que se fuera, a partir de ahí iniciaron las 72 horas más largas en la vida del migrante que vio frustrado su sueño por los agentes poblanos.

Eran casi las 11 de la noche del martes y cinco agentes migratorios empezaron a interrogarlo, José intentaba evadir las respuestas hasta que por forcejeos y amenazas encontraron su cartera y ahí el acta de nacimiento y la cédula de identidad de Honduras.

Al corroborar que el migrante había mentido los agentes se ensañaron con él, lo golpearon hasta tumbarlo, en el suelo le tiraron patadas en todo el cuerpo, principalmente en el estómago hasta dejarle los intestinos inflamados.

Luego de casi una hora de la golpiza, lo treparon a una camioneta del Instituto a golpes con las empuñaduras de las largas lámparas que utilizan para la inspección de los vehículos.

Tirado en el piso del vehículo oficial los agentes continuaron con su tarea hasta dejarlo inconsciente, José calcula que pasaron unos 10 minutos y cuando despertó dijeron “no está muerto” y siguió la tortura.

Al darse cuenta que valía más la pena estar inconsciente,  José se hizo el desfallecido y escuchó como el equipo de cinco agentes migratorios decidía qué hacer con él. “Mejor que esté muerto y así tenemos dos opciones: lo tiramos en el Bordo (Xochiaca) o lo vamos a dejar a la embajada de su país”, escuchó el centroamericano y lo reprodujo en la entrevista.

José despertó y fue llevado a lo que él considera que es un centro de detención del INM en la Ciudad de México, por las lesiones que llevaba  no fue recibido y fue llevado a la Cruz Roja para que fuera atendido.

Luego de ser revisado durante la madrugada los agentes de migración determinaron que era mejor que fuera enviado a Puebla, de dónde eran tres de los cinco agentes.

En la carretera a Puebla los agentes lo amenazaron con matarlo, de acuerdo con su narración hasta hacían bromas con su muerte al decir “tómate una selfie con el migrante que morirá”, según recordó José.

Tras las horas de angustia llegaron al medio día del miércoles al centro de detención en Puebla, ahí los tres agentes entregaron al centroamericano a quién le advirtieron que tenía que decir que había sido golpeado y asaltado.

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