Más de 70 comunidades de jornaleros y jornaleras de la Montaña de Guerrero se movilizaron para denunciar la explotación laboral que viven en los campos de cultivo. Guerrero hace parte de los 19 estados de México en donde los trabajadores agrícolas viven la explotación laboral.
El sesenta por ciento de los jornaleros agrícolas son indígenas que provienen de los estados más pobres de México. Guerrero hace parte de esta estadística, nueve municipios que conforman la Montaña de Guerrero tienen el mayor índice de expulsión de jornaleros agrícolas al interior de la república: Metlatónoc, Cochoapa el Grande, Tlapa, Copanatoyac, Atlixtac, Xalpatláhuac, Alcozauca y Atlamajalcingo del Monte.
El pasado trece de mayo, jornaleros de la Montaña de Guerrero, se movilizaron para exigir mejores condiciones laborales, salarios justos, condiciones dignas de vida en los campos agrícolas con base en estándares de respeto a sus derechos humanos, así como garantías en el acceso a la salud y seguridad social, mejores condiciones en los traslados a los campos agrícolas, garantías laborales para las mujeres jornaleras establecidas en la Ley Federal del Trabajo, contextos dignos en los alojamientos, garantías de escuelas y guarderías para sus hijos.
Guerrero es parte de los 19 estados en los cuales existen condiciones de explotación laboral en el país, y con altas probabilidades de detonar en un conflicto similar al de San Quintín.
La explotación laboral es un problema de carácter nacional que presenta vacíos en las políticas públicas, en donde no existen controles sobre la contratación de alrededor de dos millones de jornaleros. El tema requiere atención por parte de dependencias como la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS – Alfonso Navarrete Prida), la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL- Rosario Robles Berlanga), así como la de los gobiernos estatales a donde migran cientos de miles de jornaleros y jornaleras.
Cochoapa el Grande, es un ejemplo de lo que se vive en los municipios expulsores de jornaleros de la Montaña de Guerrero. El noventa por ciento de sus habitantes ocupan viviendas sin drenaje, ni servicios sanitarios; el cincuenta por ciento viven sin agua entubada y al menos un 25 por ciento no cuentan con energía eléctrica; el 78 por ciento de las viviendas tienen algún grado de hacinamiento y 32 por ciento de estas, son de piso de tierra.
Los jornaleros agrícolas producen alimento para millones de personas, sin embargo más de una tercera parte de ellos no pueden comer tres veces al día, por lo que sufren de vulnerabilidad alimentaria.
Los campos de cultivo donde trabajan los trabajadores agrícolas, pertenecen a empresas nacionales y extranjeras que obtienen ganancias por casi 400 mil millones de pesos, pero el salario de los jornaleros no sobrepasa los 110 pesos al día, además de no dar garantías laborales de ningún tipo.
Cada vez son más las y los jornaleros que exigen condiciones laborales dignas y cada vez somos más las organizaciones que buscan mejorarlas. Lo que pasa hoy en San Quintín, Baja California, es un espejo de lo está pasando en Guerrero y en 19 estados más del país.
Esta primera movilización en Guerrero no será la última, ¿qué va hacer el Gobierno? ¿Criminalizar o defender los derechos de los trabajadores agrícolas?
