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Israel celebra su plan de asentamientos en Gaza mientras sus aliados desfinancian a la UNRWA

El Salto

Foto: Captura de video del evento Return to Gaza Conference.

Bailan eufóricos entre la multitud: son los ministros de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, y de finanzas, Bezalel Smotrich, dos de los 12 miembros del Gobierno pertenecientes al Likud y otros partidos de extrema derecha que participaron ayer domingo 28 de enero en una conferencia en Jerusalén para lanzar su proyecto de futuro para Gaza cuando den por terminada la limpieza étnica de la Franja: la instalación de colonos por todo el territorio. Lo hicieron a los ojos de todo el mundo, con un mapa que mostraba un puñado de asentamientos salpicando el territorio palestino.

“Tenemos que animar la emigración voluntaria desde Gaza”, afirmaba el ministro Ben Gvir en el evento, que llevaba el explícito nombre de “’Conferencia para la victoria de Israel – los asentamientos traen seguridad: regreso a Gaza y el norte de Samaria”. La líder colona Daniella Weiss argumentó en la misma línea: “Gaza, la puerta sur de Israel, se abrirá, la gente de Gaza se trasladará al resto del mundo”.

Esta mañana del 29 de enero, Hamás ha denunciado en un comunicado que el acto infringe el dictado de la Corte Internacional de Justicia, tildándolo de “conferencia fascista, basada en la idea de limpieza étnica”, con su llamado a la “emigración voluntaria”, y el plan de establecer “21 asentamientos ilegales”.

El jolgorio de los ministros y colonos israelíes se da en un fin de semana en el que el número de palestinos asesinados ha alcanzado los 26.422, según las autoridades palestinas, a los que habría que sumar las miles de personas enterradas bajo los escombros, así como muchas entre las 65.087 personas heridas bajo fuego israelí, quienes no podrán sobrevivir en una situación de colapso del sistema sanitario palestino, que ha sido objeto continuo de ataques por parte de Israel, en un marco de hambruna y expansión de las enfermedades infecciosas. 

Mientras, el gobierno sionista se va acercando a su sueño de expulsar a toda la población de Gaza, tras forzar nuevos desplazamientos con la intensificación de su ofensiva contra Khan Jounis, incidiendo especialmente, una vez más, en su hospital. Por otro lado, el ejército israelí ha ordenado a la población de la zona costera de la Ciudad de Gaza que abandone sus hogares. Así continua el éxodo de palestinos hacia Rafah, donde se hacinan cientos de miles de personas que tienen que sobrevivir sin alimentos y en tiendas inundadas por las fuertes lluvias de los últimos días. Cisjordania sigue siendo otro escenario de la guerra de Israel contra el pueblo palestino: este fin de semana el ejército israelí ha penetrado en Jenin por todas sus entradas, y atacado entre otros puntos el hospital de la ciudad, según informaba esta mañana la agencia de noticias palestina Wafa.

Las dos jornadas posteriores a que se hiciera público el esperado fallo de la Corte Internacional de Justicia —en el que los jueces incluían medidas cautelares para detener el genocidio en Gaza, pero ningún mecanismo concreto para frenar la ofensiva— han sido particularmente mortíferas en la masacre contra el pueblo palestino. La organización Euromed Human Rights Monitor, con sede en Ginebra, ha cifrado en 373 personas palestinas muertas, y 643 heridas bajo fuego israelí.

“Pedimos a la UNRWA y a las Naciones Unidas que lleven a cabo una investigación exhaustiva, rápida y completa de las acusaciones”, ha manifestado el ministro de exteriores austriaco en un comunicado difundido esta mañana. Así, el país se suma a la docena de Estados que han anunciado que detendrán la financiación de la agencia para los refugiados palestinos de la ONU después de que Israel acusara el pasado sábado a 12 de sus trabajadores de tener lazos con Hamás y la Yihad Islámica. 

El primer país en anunciar su decisión de interrumpir la financiación de la agencia fue Estados Unidos, seguido de otros prominentes aliados de Israel como Reino Unido, Australia, Canadá, Alemania, Finlandia y Japón. Mientras la Corte Internacional de Justicia ha dado un mes a Israel para informar de que está tomando acciones para frenar el genocidio, la sola acusación israelí contra la UNWRA, basada en supuestas pruebas e informaciones recabadas por el propio Israel, ha bastado para tomar una decisión fulminante contra esta agencia de la ONU. En la mañana del 29 de enero el gobierno español ha asegurado por su parte que no interrumpirá la financiación de la agencia.

“Los palestinos de Gaza no necesitaban este castigo colectivo adicional. Esto nos mancha a todos”, reaccionaba el sábado el Secretario General de la UNWRA, Philippe Lazzarini. En un comunicado de respuesta al anuncio del cese de financiación, Lazzarini recordaba que dos millones de personas dependen de la ayuda de esta Agencia. La UNRWA, acrónimo de United Nations Relief and Works Agency for Palestine Refugees in the Near East, tienen más de 30.000 trabajadores. Más de 150 de sus empleados han sido asesinados por fuego israelí desde el 7 de octubre. La agencia ha estado en el punto de mira de Israel desde hace tiempo, hace una semanas, el 4 de enero, la ex oficial Noga Arbell afirmaba en un debate en el Parlamento israelí: “Será imposible ganar la guerra sin destruir la UNRWA y esa destrucción debe empezar inmediatamente”. 

El principal aliado de Israel sufre tres bajas        

Mientras, Estados Unidos sufría ayer 28 de enero sus primeras bajas. Un ataque por dron contra una de sus bases militares en la frontera entre Siria y Jordania se saldaba con tres soldados muertos y 25 heridos. El grupo Resistencia islámica en Iraq ha reivindicado el ataque. “Mientras aún estamos recopilando información sobre este ataque, sabemos que fue ejecutado por grupos milicianos radicales respaldados por Irán que operan en Siria e Iraq”, comunicaba ayer Joe Biden.

El presidente norteamericano ha anunciado que habrá consecuencias tras el ataque, mientras Irán se ha desmarcado de la ofensiva. El país, central en el llamado eje de resistencia, ha negado en múltiples ocasiones liderar o incluso conocer las iniciativas de otros actores del eje, desde el ataque de Hamás y otros grupos contra Israel el 7 de octubre, a las acciones de los hutíes, insistiendo en que cada actor toma sus propias decisiones. Teherán no quiere una confrontación directa con Estados Unidos, que podría tener consecuencias nefastas para el país.

Estados Unidos sin embargo, no ceja en la escalada belicista, en la que entró a participar directamente interviniendo en el Mar Rojo y Yemen como respuesta a los ataques hutíes contra los barcos relacionados con Israel. La estrategia de bloqueo de la milicia yemení en apoyo al pueblo palestino no ha dejado víctimas mortales, si bien ha supuesto un alto costo económico obligando a las flotas comerciales a alargar por miles de kilómetros sus rutas, aun cuando los hutíes han insistido repetidamente en que su ofensiva solo afecta a barcos relacionados con el estado sionista. Estados Unidos y Reino Unido han lanzado ya decenas de misiles contra uno de los países más pobres del mundo, mientras la Unión Europea ha mandado una misión al Mar Rojo.

La situación se torna explosiva en la región, después de que Israel apostara por la extensión de la guerra atacando a Líbano —incluyendo el atentado que acabó con el líder de Hamás Al-Arouri a principios de año en Beirut— Iraq, Siria y Yemen. Por su parte, Jordania ha denunciado el ataque de la base estadounidense sobre su territorio y estaría colaborando con la potencia para investigar sus circunstancias.

En pleno año electoral no parece que Estados Unidos esté reflexionando sobre el coste de su apoyo incondicional a Israel, ni siquiera tras el fallo del CIJ. La otrora promesa del Partido Demócrata Alexandra Ocasio-Cortez rechazaba este fin de semana calificar de genocidio la ofensiva israelí contra Gaza en una entrevista televisiva que ha despertado fuertes críticas. Mientras, la ex-presidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi, relacionaba las masivas manifestaciones en Estados Unidos exigiendo un alto al fuego que han tenido lugar este fin de semana con esfuerzos rusos para interferir en la política del país, calificándolas de “mensaje del señor Putin”. 

Este material se comparte con autorización de El Salto

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