Foto: La población de Rafah se ha quintuplicado desde que comenzó la campaña israelí.
La historia se repite en Gaza con menos de seis meses de diferencia. Después de demandar una evacuación imposible de cientos de miles de palestinos hacinados en la frontera sur de Gaza con Egipto, las fuerzas israelíes han iniciado una ofensiva sobre Rafah, la última ciudad de la Franja que Tel Aviv todavía no controla.
Entre bombardeos y ataques a viviendas, los tanques israelíes avanzaron por la noche y se han apoderado del cruce fronterizo de Rafah, utilizado, según el ejército israelí con “fines terroristas”. Las primeras imágenes difundidas del ataque confirman bombardeos contra instalaciones civiles. Fuentes palestinas cifran en 20 las personas muertas, ocho de ellos menores, por los primeros bombardeos. El ejército se ha apoderado no solo del paso fronterizo entre Gaza y Egipto sino también el lado palestino de la frontera entre Gaza e Israel, ambos situados a pocos kilómetros de distancia.
Mientras, el ejército de Israel continúa presionando a las organizaciones internacionales y a los más de un millón de palestinos que ya han sido desplazados de otras regiones de la Franja para que abandonen la zona de operaciones. Según Al Jazeera, los palestinos desplazados están siendo empujados hacia al-Mawasi, en la costa.
Se trata, por ahora, de una ofensiva limitada, pero que ha cerrado la única vía que les quedaba a los palestinos para salir o entrar a Gaza, que ahora queda en manos israelíes, según está cadena qatarí. Desde el 7 de octubre, entre 80.000 y 100.000 palestinos consiguieron salir de la Franja a través de este punto. Los ataques también han detenido el flujo de la ayuda humanitaria, entre advertencia de la ONU que un ataque generalizado a Rafah podría causar una nueva catástrofe humanitaria.
Benjamin Netanyahu sigue manteniendo que el control israelí sobre Rafah y sobre toda la Franja es la única forma de evitar que Hamás se reconstruya
Con esta acción, el Gobierno ultraderechista de Benjamin Netanyahu da la espalda a las demandas de la comunidad internacional, incluidos algunos de sus principales aliados, que llevaban más de un mes presionando para que Israel no ataque Rafah.
La ofensiva de las fuerzas israelíes se produce en el contexto de las negociaciones de Egipto, en las que Hamás ha aceptado finalmente la propuesta de alto el fuego lanzada por los mediadores internacionales —Egipto, Qatar y Estados Unidos—, un acuerdo que ha sido rápidamente rechazado por Tel Aviv, por estar “lejos de las demandas esenciales de Israel”. Ante las presiones del propio presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que este mismo lunes pedía a Netanyahu un alto el fuego, como la mejor opción para conseguir la liberación de los rehenes, el líder ultraderechista sigue manteniendo que el control israelí sobre Rafah y sobre toda la Franja es la única forma de evitar que Hamás se reconstruya. El propio Netanyahu afirmó la pasada noche que esta operación es solo el principio de una invasión generalizada de esta ciudad.
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