Foto: Un Salto de Vida
“Nos enfrentamos a un monstruo de mil cabezas”, suelta Juanita en la ronda de vecinas y vecinos organizados que van desgranando sus dolores y rabias. Esta mujer de Casablanca, un poblado de unos seis mil habitantes, resume un sentimiento extendido entre los presentes. Alguien agrega que en el corredor industrial, creado hace 55 años, se suman empresas nacionales y multinacionales que han contaminado la cuenca del río Santiago, donde además vierten sus desechos los habitantes de Guadalajara.
De las 750 empresas del corredor, unas 200 representan alto riesgo ambiental, como las grandes farmacéuticas y laboratorios y empresas como IBM, Nestlé, Honda e Hitachi. El corredor industrial creció exponencialmente desde fines de la década de 1960, pero los gobiernos no invirtieron en infraestructura, de modo que buena parte de las empresas que se instalaron en esa región no figuran las más avanzadas en tecnologías y son las más contaminantes.
Como sostiene uno de los varios estudios, “El Salto juega un papel dentro de la metrópoli como el lugar donde se asienta la población segregada del desarrollo urbano, ya que ahí no se ha dotado de la infraestructura suficiente para satisfacer las necesidades de la población”*. El crecimiento exponencial de la industria y de la población, que pasó de nueve mil habitantes en 1980 a probablemente más de 200 mil en la actualidad, es parte de lo que Juanita denomina como la monstruosidad del capitalismo actual.
Lo que pudimos ver en las colonias de El Salto es una enorme precariedad que, según Alan y Sofía, integrantes de Un Salto de Vida, se debe en gran medida a la urbanización precipitada y la crisis ambiental, que llevan a que alrededor del 40% de las viviendas en algunos barrios estén abandonadas.
Pero lo que más impresiona fueel “tour del horror” que nos llevó a recorrer una parte del corredor, surcado por un río increíblemente contaminado. Más que datos, aporto un hecho real vivido en la vivienda donde nos alojaron, en la zona central de la ciudad: a las 4 de la madrugada te despierta un olor nauseabundo que impide dormir y te impone la mascarilla para no sofocarte.
Cuando subes a los cerros que rodean Mezcala, en el lago de Chapala, resalta la mancha marrón que sobrevuela, pegajosa, el corredor industrial.
Ambas formas de contaminación me recuerdan que la OMS asegura que cada año mueren 7 millones de personas por la contaminación del aire** y que la ONU estima que otros 5 millones mueren por la falta de agua potable***. ¿Cuántas mueren en El Salto, donde nos dicen que abundan el cáncer y la insuficiencia renal?
“Tierra, agua y aire limpio para nuestros pueblos”, es uno de los lemas de Un Salto de Vida. Que lleva a meditar sobre el concepto como “conflictos socioambientales” acuñado por los académicos, no alcanza para comprender el desafío de sostener la vida cuando la muerte se convierte en el argumento central del capital.
Lucha por la vida que conoció un ciclo de luchas potente entre 2008 y 2011, y que se fue desgranando (desde asambleas de más de mil personas en la plaza) por un conjunto de políticas que pueden resumirse en la combinación represión estatal, división generada por los partidos, cooptación por las ONGs (en particular IMDEC) y el férreo control del narcotráfico en los municipios de la región.
“El narco controla los municipios”, se escucha una voz masculina en la ronda. En tanto, una de las mujeres agrega que “la gente acude al narco para resolver sus asuntos”, que pueden ir desde un conflicto de parejas hasta préstamos en efectivo. Alguien más recuerda que hace varios años ingresaron hombres armados el municipio de El Salto, desalojaron a todos los directores y colocaron en su lugar a “su gente”. En suma, México es hoy un narco-estado, por más discursos que intenten disimular este horror.
El intercambio entre personas organizadas va rodando hacia los obstáculos para sostener la actividad colectiva. “Hay mucho para hacer y somos muy pocos”, machaca una voz femenina, sector que suma casi dos de cada tres presentes, como sucede en todos los movimientos. Las dificultades no sólo provienen de la violencia extrema (en municipios del corredor industrial se encontraron algunas de las fosas clandestinas más grandes del país), sino por una sensación de caos y confusión que domina en todo el planeta y que ha sido creada por la confluencia de medios del sistema y de gobiernos que hacen un discurso progresista y una política neoliberal.
“Antes estaban claros los enemigos”, reclama una mujer de Santa Cruz de las Flores, haciendo hincapié en las dificultades que tiene la inmensa mayoría de la población para retornar a las calles, en medio del fuego cruzado del narco (que surge desde dentro de nuestras familias, dice otra mujer) y las políticas sociales que no resuelven ningún problema de fondo, pero adormecen a las víctimas del modelo.
- “Desarrollo de el Parque Industrial El Salto, Jalisco*, Juan Jorge Rodríguez Bautista y
María del Rosario Cota Yánez, Cadernos PROLAM/USP, 2006, en https://sistemamid.com/panel/uploads/biblioteca/2015-04-04_10-15-31118772.pdf
** En: https://ourworldindata.org/data-review-air-pollution-deaths
- En: https://www.ihu.unisinos.br/615349-o-lumpesinato-da-agua