A pesar de los intentos de los dirigentes del MAS de bloquear la marcha indígena, la población de Caranavi, que no olvida que el gobierno mató a dos de sus hijos, recibió calurosamente a los miembros de la IX marcha que busca impedir el proyecto del gobierno de construir una carretera que parta su territorio en dos. El gobierno de Evo Morales ha intentado por todos los medios detener la IX marcha indígena, la estrategia por un lado, ha sido la cooptación, a través del corporativismo estatal prebendalizando a algunas dirigencias indígenas, entrometiéndose en éstas y promoviendo el paralelismo en función de crear una organización para estatal (al mejor estilo emenerrista de 1952), por otro lado, como complemento a esto, ha movilizado y azuzado a sus dirigentes adictos para oponerse a la marcha en pleno camino, como sucedió en el pueblo de San Ignacio donde varios sectores de la población, movilizados por dirigentes y autoridades estatales oficialistas, abuchearon a los marchistas indígenas y no les permitieron ingresar al pueblo, incluso cuando algunos de ellos viven en ese pueblo. Algo similar planeaba el gobierno en Caranavi. Un medio de prensa publicó que el parlamentario masista afroboliviano, Jorge Medina Barra, quien paradójicamente fue el impulsor de la “Ley contra el racismo y toda forma de discrminación”, fue a Caranavi a promover en la población y los dirigentes el rechazo a los marchistas indígenas lanzando toda una batería de acusaciones que forman parte del repertorio que el Ejecutivo de Morales utiliza contra la dirigencia indígena. La consecuencia inmediata de estas acciones fue un llamamiento del alcalde (del MAS) de Caranavi a repetir lo sucedido en San Ignacio que, en complicidad con dirigentes colonizadores (llamados eufemísticamente interculturales), armaron un bloqueo en las puertas del pueblo para impedir la entrada a los indígenas. Estos venían enfrentando fuertes lluvias en su caminata y necesitaban aprovisionarse de alimentos y abrigo, en particular las mujeres y los niños. Pero los planes del MAS de Evo fracasaron, porque la población fue a enfrentar al grupo de colonizadores que bloqueaban el paso de los marchistas. Una gran parte de la población de Caranavi salió al punto de bloqueo y “desalojó” a los bloqueadores luego de un enfrentamiento verbal y casi físico y permitió el ingreso de los indígenas a quienes recibieron con aplausos y disposición a brindarles todo tipo de apoyo. El pueblo de Caranavi, otrora bastión del MAS, no olvida que ahí murieron dos jóvenes y quedaron otros gravemente heridos cuando enfrentaron a la policía del gobierno bajo órdenes del ministro fascista Sacha Llorenti. Los responsables de estos crímenes no han sido procesados, al contrario, los mandos policiales de esta acción fueron promovidos por el gobierno. ¿Quién enfrenta pueblo contra pueblo o indios contra indios? Quienes apoyan al gobierno intentan hacer creer que una gran conspiración de las fuerzas conservadoras son las que manipulan a todos los sectores que enfrentan hoy al Estado, que esta conspiración trata de derrocar al “indio” presidente, éste es el argumento favorito del gobierno para condenar todo tipo de demanda del movimiento popular. Si bien es cierto que los sectores de oposición tienen contradicciones con el gobierno y no dejan de hacer su trabajo, también es cierto que esta oposición (conservadora) ha perdido perspectiva y capacidad de articulación orgánica frente a quienes hoy están en el gobierno (reformistas), por ello es imposible creer el argumento del oficialismo y sus acólitos de que “todo está digitado por la derecha”. Pero los sectores populares ya no se engañan con la demagogia reformista y han empezado a luchar porque sus intereses se ven afectados, en esa dinámica de la lucha de clases el gobierno moviliza a sectores prebendalizados para enfrentar pueblo contra pueblo y utiliza el argumento de la manipulación de la derecha para deslegitimar toda manifestación en su contra y justificar su brutal accionar con total impunidad como la represión y masacre.