Foto: César Martínez López
Para el siguiente año se destinarán alrededor de 27 mil 169.9 millones de pesos (mdp) para el cuidado de personas que requieren atención por su edad o condición social, física, psicológica y emocional, pero este gasto atiende principalmente a la niñez y no considera otras aristas de las tareas de cuidado.
Una proyección realizada por el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) con datos del proyecto de presupuesto aprobado en noviembre, indica que el gasto público para cuidados equivale a 0.4 por ciento del total presupuesto y 76 por ciento se dedica exclusivamente a la niñez.
La investigadora del CIEP, Sunny Villa Juárez, expuso en entrevista con Cimacnoticias que para crear un Sistema Nacional de Cuidados, como se planea desde el Congreso de la Unión, es necesario reconocer a todas las poblaciones que requieren cuidados y considerar presupuesto suficiente para su atención.
Por otro lado, las economistas Lucía Pérez Fragoso, Alma Rosa Colin y Lisette González, autoras del “Diagnóstico de Corresponsabilidad del Estado Mexicano en el Trabajo del Cuidado”, aseguran en su investigación que en México 34.6 por ciento de la población es dependiente de cuidados, es decir, por lo menos una de cada 3 personas requiere de ellos.
Cuidar, pero con menos recursos
Desde antes de noviembre de 2020, cuando la Cámara de Diputados reformó los artículos 4 y 73 de la Constitución para elevar a rango constitucional el derecho al cuidado y a cuidar, feministas, legisladoras y funcionarias del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), analizan cómo diseñar un Sistema Nacional de Cuidados.
La tarea no es fácil. Para implementar esta política es necesario que el Senado apruebe la reforma constitucional y así tener luz verde para echar a andar un sistema que permita que el Estado, las empresas, y la comunidad, se involucren en el cuidado de las personas que requieren atención y que procure que las mujeres dejen de ser las únicas responsables de estas tareas.
Tampoco es sencillo porque para crear este sistema se requiere de recursos públicos y por ahora el gobierno federal ha priorizado el financiamiento de los programas sociales emblemáticos, lo que ha provocado la desaparición de programas que proporcionaban cuidados, pero que no están en la lista de prioridades del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Por ejemplo, el CIEP analizó los recursos destinados al cuidado entre 2017 y 2021 y encontró que en este periodo hubo doce programas para proporcionar cuidados, pero hasta 2022 desaparecieron tres: Fortalecimiento a la educación temprana y el desarrollo infantil, Escuelas de Tiempo Completo y Estancias Infantiles para Apoyar a Madres Trabajadoras.
Estos programas estaban dedicados a la atención de la infancia y permitían que las mujeres realizaran otras tareas. “Una de las prioridades tendría que ser cubrir este trabajo de cuidados que hacen las mujeres y que es orientado al cuidado de la niñez. Si tú no tienes dónde dejar a tu hijo simplemente no vas a poder hacer otras cosas”, expuso Villa Juárez.
El “Programa de Estancias Infantiles”, que financiaba espacios donde se cuidaba y atendía a menores de edad mientras sus madres trabajaban, se eliminó en 2019 y se transformó en el “Programa de Apoyo para el Bienestar de las Niñas y Niños, Hijos de Madres Trabajadoras”, por medio del cual se entrega mil 600 pesos bimestrales directamente a madres, padres o tutores por cada niña o niño que tengan de entre uno y 4 años de edad, o hasta 6 años en caso de que tenga una discapacidad.
En el caso de “Escuelas de Tiempo Completo”, en 2020 Hacienda eliminó el programa al no incluirlo en el presupuesto para 2021. Con los recursos de este programa se daban cursos de capacitación al personal educativo, material didáctico para escuelas, recursos para el acondicionamiento de espacios escolares y alimentación para alumnado y docentes.
En su momento la Secretaría de Educación Pública (SEP) aseguró que los objetivos de este programa, es decir el cuidado y la educación de estudiantes de preescolar, primaria y secundaria, se quedarían en el programa “La Escuela es Nuestra”. Sin embargo, para la economista Villa Juárez, hasta ahora los servicios que ofrecían los programas eliminados no se han podido compensar a través de los que sí existen.
“No podemos sustituir el mismo servicio haciendo cosas distintas. (Por ejemplo) La Escuela es Nuestra proporciona dinero a las escuelas y al Comité de padres de familia, que deciden qué es lo que tienen que hacer, pero no asegura que exista lo suficiente para pagarle a los maestros un tiempo completo (de hasta ocho horas). Son programas distintos que no atienden las mismas necesidades”, explicó.
Además, un documento del CIEP, presentado en noviembre pasado a la Comisión de Hacienda y Crédito Público de la Cámara de Diputados, muestra que los recursos para políticas de cuidado han ido a la baja al paso de los años. En 2017 se tenían doce programas para este fin, con un monto de 38 mil 926 mdp, pero en 2020 sólo fueron 32 mil 11 mdp.
El punto más bajo fue 2021 cuando se contó con 24 mil 931 mdp para los programas destinados a tareas de cuidado relacionadas con educación, salud y asistencia social.
Atención a la niñez, ¿y los otros grupos?
Si bien para 2022 el presupuesto para los programas dedicados al cuidado se incrementa en 9 por ciento con respecto a este año (2021), porque se proyectan 27 mil 169 mdp, esta cifra está por debajo de lo que se tenía en 2017, e incluso en 2014 cuando se identificaron 45 mil 397 mdp para programas destinados al cuidado.
Además, de acuerdo con el CIEP, el incremento en el gasto para 2022 se debe principalmente al aumento de los recursos para programas a cargo de la SEP, los cuales tienen el objetivo de contribuir a que los menores de tres años cursen el nivel de educación inicial con transferencias monetarias y entrega de materiales educativos.
Actualmente el CIEP considera que hay nueve programas que podrían formar parte de una política nacional de cuidados, cinco de estos son operados por la Secretaría del Bienestar: “Apoyo al Bienestar de las Niñas y Niños”, “Hijos de Madres Trabajadoras”, “Refugios para víctimas de violencia”, “Seguro de Vida para Jefas de Familia”, “Servicios a grupos con necesidades especiales”, y “Bienestar de la Personas en Situación de Emergencia Social y Natural”.
Otros dos programas están a cargo de la SEP: “Expansión de la Educación Inicial” y “Educación Inicial Básica Comunitaria”; uno lo opera el IMSS: Servicio de Guarderías y otro está en el ISSSTE: Servicio de Estancias de Bienestar y Desarrollo Infantil. Cabe decir que estos servicios de estancias infantiles, a diferencia de las que desaparecieron, son para personas que tienen empleo formal y cuentan con seguridad social.
Sunny Villa Juárez destacó que los programas para el cuidado de la niñez se reducen a los sistemas de guardería que están en el IMSS y en el ISSSTE, los cuales dejan fuera a gran cantidad de población porque están atados a la condición laboral de padres y madres de familia. “Sabemos que menos del menos del 50 por ciento de la población tiene acceso a la seguridad social”, dijo.
Por otro lado, consideró que el cuidado no se puede reducir sólo a atender a la niñez, hay que tomar en cuenta que existen personas enfermas, adultas mayores o que viven con una discapacidad y que también requieren cuidados. Y aunque se puede pensar que el programa de pensiones (transferencias a personas adultas mayores) se destinan al cuidado, no hay certeza de que se utilice para ese fin.
A la fecha las mujeres destinan 50.1 horas semanales a las tareas de cuidado y trabajo del hogar no remunerado, mientras que los hombres dedican 17.5 horas. En este contexto, la investigadora consideró que las políticas públicas en la materia se deben diseñar con base en evidencia y tomando en cuenta aspectos fiscales, porque hacer un sistema nacional de cuidados no servirá de mucho si no cuenta con presupuesto.
Este material se comparte con autorización de CIMAC Noticias