Familias y vecinos enterraron ayer a cinco jóvenes asesinados por la policía este fin de semana en un suburbio de Río de Janeiro, lo que provocó indignación entre los habitantes ante lo que consideran una “ejecución”.
«Me arrancaron un pedazo que nunca voy a poder recomponer», sostuvo en lágrimas la madre de Wesley Castro Rodrigues, de 25 años, quien murió acribillado junto con otros cuatro amigos en el auto donde viajaban el sábado por la noche.
«Tenemos pruebas de que se trató de una ejecución. Los jóvenes salieron de una comunidad donde no fueron abordados, simplemente les dispararon 50 tiros. Eso es una ejecución», afirmó el líder de la comunidad de Irajá, Joseandro José.
Los agentes involucrados en el homicidio dispararon varias veces contra el automóvil para luego alterar la escena para culpar a las víctimas, informaron las autoridades, quienes aseguran que cuatro de los oficiales ya fueron detenidos.
Río de Paz, organización no gubernamental del país, realizó durante el entierro una protesta pacífica portando una bandera brasileña con 50 agujeros, en representación de los tiros con los que los jóvenes perdieron la vida.
El suceso «es sintomático de una cultura de guerra, presente en las fuerzas policiales brasileñas, que de tan obcecadas que están por matar a los delincuentes, se olvidan de la vida de los civiles inocentes», denunció la ONG.
La edad de los jóvenes era de entre 16 y 25 años, vivían en una barrio pobre de la zona norte de Río de Janeiro, donde ahora se celebrarán los Juegos Olímpicos 2016.
Con información de agencias