Es espectacular como en el 2015 existan representaciones de «el otro» como aquel que me encontré esta noche en el programa Pura Química de ESPN 2, Perú.
En general no hay razón para que una persona con medio cerebro se detenga a ver la programación nocturna de ESPN, que como muchos otros canales en América Latina, pone a miembros de la élite blanca del país a fingir un «comentario libre» insulso, apuntando a la comedia pero resultando inevitablemente estupefaciente y libre de sustancia.
Fué la imagen de Frida Kahlo que me hizo detener cuando cambiaba compulsivamente entre canales, aunque no eran sus famosos retratos. Era una actriz vestida como la pintora mexicana, con un bigote falso, y rodeada de otros actores vestidos supuestamente «como mexicanos» — con bigotes enormes, pecas pintadas, dialectos de barrio, acobijados con coloridos chales tradicionales, llamándose «guey» y disparando pistolas falsas al aire — en el set de Pura Química.
Los tres anfitriones del programa (gente blanca y de la clase alta, como la que domina casi todos los canales nacionales, a pesar que no representan a la población) les hacían preguntas a los «mexicanos» (que detrás de los bigotes falsos y la ignorancia solo-parcialmente-actuada también eran peruanos blancos). Las respuestas de estos siempre eran incorrectas, pero venían empapadas en actitud «de rancho» que las hacía perdonables y amigables. Al fin del skit, por ejemplo, los bigotudos resuelven que 4 por 12 es 472.
Que quede claro: no había un punto del skit más allá de burlarse de los mexicanos, reduciendo a cientos de culturas dentro de ese país a los estereotipos más crudos, trillados, y ofensivos posibles. Hay gente que diría que esto se trata de una broma sin malas intenciones. Pero eso se dice también de representaciones denigrantes contra los pueblos indígenas como «la india María» en México y «la paisana Jacinta» en el Perú, personajes que han sido denunciados por las Naciones Unidas precisamente por que este tipo de imágenes tiene efectos políticos y sociales concretos. Basta recordar que un expresidente hace solo unos años se refirió a personas de la sierra y la selva opuestas a su política como perros del hortelano que tratan de retrasar al país y negarle la modernidad.
Para darles otro ejemplo, les contaré que tengo una amiga que es americana, tiene ojos azules, y en todas partes de Perú le dan cumplidos por esto. Ella se queja, por que es obvio lo que esto sugiere: la gente menosprecia la belleza natural autóctona — parte del legado de la cultura colonial. Pero hoy en día la responsabilidad no sólo es de un sistema que murió hace casi dos siglos; este menosprecio se perpetúa por las representaciones racistas en los medios. Hay una conexión clarísima entre las imágenes que nos rodean y nuestras actitudes.
En fin, ver este tipo de cosas en el año 2015 duele. Nos muestra en que tipo de sociedad vivimos, pero es realmente inaceptable. Todos los participantes deberían disculparse y ESPN debería cancelar esta aberración de programa. Lamentablemente, este tipo de irresponsabilidad en los medios es la norma, y ESPN no es la excepción. ¿Será que algún día veremos a una modelo indígena en un póster de Ripley?
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América es un continente, no un país. Soy ecuatoriana, por tanto soy americana
Sí, bueno. Yo solía pelear ese mismo punto también, pero como va evolucionando mi entendimiento he desarrollado una ambigüedad al respecto. El nombre de tu país es Ecuador, y por eso te autodenominas ecuatoriana. El nombre de EUA incluye la palabra América, entonces es entendible que en muchos sitios se refieran a tales personas como americanos y no «estadounidenses». Y si de verás quieres ponerte en plan técnico, *Las Américas* son dos continentes, y no sólo uno… Pero todo es relativo.
Otra puntualización; no existe la belleza «autóctona», tampoco el fenotipo «autóctono» (ni siquiera «LA belleza). Somos de una diversidad y multiculturalidad inmensa en Estados Unidos, en América Latina y en todo el mundo. Mi tez blanca no me hace menos ecuatoriana; el apellido González y la tez trigueña no hace menos estadounidense a quien ha nacido y vivido allí. La ruptura de esquemas racistas debe empezar por nosotras y nosotros, en una constante autocrítica para evitar maniqueísmos inmovilizadores.