“En Oaxaca no estamos en guerra, de forma tal que no pueden entrar intimidando a los niños y niñas que acuden a las escuelas y que los vuelvan parte de la represión, repudiamos esta farsa”, explica Rubén Ginez, secretario general de la Sección 22 del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación (CNTE), ante las desapariciones forzadas de los maestros y miembros del comité estatal del sindicato Othón Nazariega Segura, Efraín Picazo Pérez, Juan Carlos Orozco Matus y Roberto Jiménez.
Los profesores fueron detenidos esta madrugada en sendos domicilios, por sujetos que portaban armas pero no iban uniformados. Posteriormente, fueron llevados a la Ciudad de México en un avión oficial de la Policía Federal, donde fueron presentados enmanillados y custodiados por policías encapuchados y vestidos con equipo táctico. Todos ellos están acusados de daños a la propiedad y la Procuraduría General de la República (PGR) les vincula con varios delitos federales.
“Exigimos su presentación inmediata ya que no sabemos nada de ellos”, explica Ginez, quien declara que ni sus familiares ni el cuerpo jurídico del sindicato tiene conocimiento de su situación o ubicación. El sindicalista explica que saben de otras 25 órdenes de aprehensión sólo en el estado de Oaxaca, pero que estas se podrían ampliar a estados como Michoacán, Chiapas, Guerrero, Veracruz o el Distrito Federal. “Oaxaca es un bastión importante con 82 mil afiliados y no vamos a seguir permitiendo esta situación”, sentencia. No obstante, relata que el hostigamiento hacia los maestros en pie de lucha contra la reciente reforma educativa del gobierno de Enrique Peña Nieto, se está extendiendo por todo el país.
Aún así, Ginez comenta que la preocupación actual es respecto a los cuatro compañeros desaparecidos. Si estos fueron efectivamente encarcelados, el estado de Oaxaca tendría en su haber a 9 docentes entre rejas, “más los desaparecidos, muertos y otros aprisionados en varios estados de la República”.
Poco después de la aprehensión de los maestros, se produjo un desalojo violento contra centenares de afiliados a la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación, que desde hacía tres días mantenían un cerco pacífico en el Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (Ieepo). Más de mil granaderos participaron en la expulsión, muchos de ellos venidos especialmente esa noche en un avión Boeing 747 que aterrizó en el aeropuerto de Oaxaca.
“Nosotros no estamos en contra de la evaluación ni contra la transformación educativa, pero insistimos que hay que reformar desde las bases. Tenemos una propuesta avalada por la sociedad mexicana en muchas entidades y esta si está legitimada, no como esta reforma sin fundamento”, reclama el secretario general oaxaqueño, quien no descarta volver a reunirse con la Secretaria de Educación Pública para abrir una mesa de diálogo.
Los maestros tendrán mañana reuniones estatales de la Coordinadora en varias sedes del país para diseñar un plan nacional, donde aseguran que se articularán con más de 25 organizaciones para conformar una plataforma única. Una de las propuestas políticas más potentes que van a debatir es la creación de un frente único nacional que proponga una huelga para paralizar el país, y conseguir que el presidente Peña Nieto renuncie la silla presidencial. Ginez explica que incluso ya cuentan con un órgano internacional en Brasil, Venezuela y Cuba.
Finalmente, el docente concluye que hace más de 35 años que sufren este tipo de represión y que su resistencia y lucha para democratizar el sindicato, – uno de los mayores de América Latina-, sigue más vigente que nunca.