Ciudad de México | Desinformémonos. Amnistía Internacional (AI) declaró en un comunicado que “Honduras se ha convertido en una “zona prohibida’ para cualquier persona que se atreva a elevar su voz por la protección del ambiente”, luego de que asesinaran a dos defensores de los derechos sobre la tierra el pasado martes, “en una imparable ola de ataques mortales”.
El presidente del Movimiento Unificado Campesino, José Ángel Flores, fue asesinado a balazos por un grupo de sujetos no identificados al norte de Honduras la tarde del 18 de octubre, mientras que otro líder de la comunidad en el departamento de Colón, Silmer Dionisio George, en el mismo incidente recibió un disparo que le provocó la muerte momentos después.
La directora para las Américas de AI, Erika Guevara-Rosas, preguntó a través del texto: “¿Cuántos activistas más tienen que ser brutalmente asesinados antes de que las autoridades tomen medidas eficaces para protegerlos, o incluso estén dispuestas a hablar de esta crisis?».
En el caso de José Ángel Flores, el líder había reportado amenazas en su contra por su trabajo en derechos humanos, y en el 2014 se le habían otorgado medidas cautelares de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), quien solicitó al Estado que le proporcionara protección.
“Ambos asesinatos se produjeron en medio de una ola de amenazas contra su comunidad y son el último de una serie de asesinatos de defensores de los derechos humanos, incluido el de la líder indígena Berta Cáceres, que fue muerta a balazos en marzo de este año”, recordó Amnistía.
Amnistía aseguró que la “falta de investigaciones exhaustiva sobre estos sucesos”, así como la “falta de voluntad” de las autoridades para poner en práctica “mecanismos eficaces” de protección, impulsan el aumento de la violencia contra la población que defiende la tierra y los derechos humanos.
Guevara-Rojas señaló que “las autoridades de Honduras deben tomar medidas inmediatas para proteger eficazmente a las personas que trabajan para promover y defender los derechos humanos básicos en el país”, ya que actualmente, los activistas corren “peligro de muerte”.
Por último, Amnistía Internacional indicó que el presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, rechazó la semana pasada una reunión con el Secretario General de Amnistía Internacional, Salil Shetty, para discutir la crisis de derechos humanos del país que incluye la ola creciente de ataques contra activistas de derechos humanos.