El gran proyecto del movimiento popular que en 1993 echó al presidente boliviano Gonzalo Sánchez de Lozada del poder para recuperar la riqueza del país para los bolivianos e instaurar en Estado pluricultural, que reconociera las autonomías indígenas, «quedó absolutamente destruido y negado en los hechos y lo peor, encubierto por una retórica progresista» durante los gobiernos del presidente Evo Morales, afirmó la socióloga e historiadora boliviana Silvia Rivera Cusicanqui.
Entrevistada en el marco del Primer Congreso Internacional de Comunalidad que se llevó a cabo del 26 al 29 de octubre en Puebla, organizado por el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades de la Benemerita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), indicó que el grupo del presidente Morales «se están aferrando con uñas y dientes al Estado porque ya hay intereses económicos muy fuertes vinculados tanto a capitales extranjeros, especialmente chinos -ya no tanto brasileños por la crisis- y sobre todo capitales locales».
Se ha creado en Bolivia, desde el Estado «una nueva oligarquía, una nueva burguesía» que bajo el lema del desarrollo busca imponer proyectos que benefician a transnacionales «ya sin consultar a nadie sobre nada; se ha eliminado la consulta previa, la Constitución Política se viola a cada rato, e incluso ahora se la reforma mediante la mayoría parlamentaria para que sea posible modificar un artículo que, claro, se someterá a referéndum, pero como el ejecutivo controla el órgano electoral, el Poder Judicial, y todo, entonces ya hay que temer una deriva autoritaria y una deriva de monopolio del poder, de partido único de terror».
Autora de más de una decena de libros, entre ellos «Mito y desarrollo en Bolivia, el giro colonial del gobierno del MAS», publicado en marzo de este año, Rivera señaló que en el país sudamericano se ha creado entre los liderazgos de algunas organizaciones sociales «una sociedad de cómplices que silencian cualquier denuncia y además silencian a sus propias bases. Entonces la gente de base ha sido fragmentada y desarticulada de un modo bastante brutal y el que se atreve a protestar recibe un palo muy fuerte», como fue la represión contra los guaraníes de Takovo Mora, que se oponen a proyectos petroleros en sus tierras comunales (http://www.boliviarural.org/noticias/noticias-2015/4093-violento-asalto-policial-a-comunidad-guarani-que-se-opone-a-obras-petroleras.html).
En seguida la entrevista a Rivera Cusicanqui:
RR–¿Qué está pasando en el gobierno de Evo Morales en Bolivia?
SRC–Está pasando que cada vez en forma más desembozada y cínica está mostrando su verdadera cara, que la mostró muy poco a poco pero después de las últimas elecciones y pese a que en las sub nacionales hubo una baja de sus triunfos, ahora ya tiene asegurados cuatro años, están haciendo todo lo posible, creo que incluso hasta fraude, para garantizar la reelección indefinida, se están aferrando con uñas y dientes al Estado porque ya hay intereses económicos muy fuertes vinculados tanto a capitales extranjeros, especialmente chinos -ya no tanto brasileños por la crisis- y sobre todo capitales locales. Es decir, desde el Estado se ha creado una nueva burguesía, una nueva oligarquía, que está comprando mucho, por ejemplo los ferrocarriles, y no es nacional, o sea el personaje que ha hecho estas compras es un señor (Carlos) Gil venezolano, primero compró (el diario) La Razón, (la televisora) PAT, luego Gravetal (la principal aceitera y comercializadora de soya del país) y finalmente ferrocarriles y están en plan de hacer el tren bioceánico, ya está totalmente articulado con el proyecto del IIRSA (Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana, que apoya el Banco Interamericano de Desarrollo) y bajo el lema del desarrollo… no se puede combatir, es una idea tan asumida por la gente que el desarrollo es lo más importante, es estar metiéndole con todo, ya sin consultar a nadie sobre nada; se ha eliminado la consulta previa, la Constitución Política se viola a cada rato, e incluso ahora se la reforma mediante la mayoría parlamentaria para que sea posible modificar un artículo que, claro, se someterá a referéndum, pero como el ejecutivo controla el órgano electoral, el Poder Judicial, y todo, entonces ya hay que temer una deriva autoritaria y una deriva de monopolio del poder, de partido único de terror.
RR–¿Pero qué pasa entonces con los movimientos sociales?
SRC –Mira, los movimientos llamados movimientos sociales se han transformado en organizaciones cuya principal finalidad, o sea estoy hablando del liderazgo, es neutralizar las demandas y desmovilizar. Entonces Evo creo dos mecanismos por lo menos, uno que es la redistribución directa a través de bonos que son pequeños montos, muy insignificantes, pero que de algún modo convoca la lealtad de mucha gente: tercera edad, niños, madres, etcétera, que son además bastante condicionados en el sentido por ejemplo que las madres sólo pueden recibir el SUMI (Seguro Universal Materno Infantil) si se someten a partos en hospitales o sea, se niega absolutamente toda posibilidad de una medicina alternativa, pero aparte de eso hay el otro elemento que es mucho más delicado y además mucho más difícil de sacar a la luz y de crítica y es que hay una permisividad hacia lo ilegal, entonces si no hay suficientes pegas (plazas) en el Estado, también ese es un mecanismo de redistribución: se ha triplicado la burocracia a cambio de lealtades políticas. El otro, que es la distribución de bonos y un tercer elemento que es mucho más delicado y peligroso, que es la corrupción del liderazgo, ahí el líder que recibe fondos como en el caso del Fondo Indígena, son fondos millonarios que van a cuentas privadas o «Evo cumple»; no sé de los cuantos proyectos de «Evo cumple», muy pocos, se han realizado, todos los demás son proyectos fantasmas, pero entonces estamos hablando de un montón de personas que han formado prácticamente, yo creo, una sociedad de cómplices que silencian cualquier denuncia y además silencian a sus propias bases. Entonces la gente de base ha sido fragmentada y desarticulada de un modo bastante brutal y el que se atreve a protestar recibe un palo muy fuerte. Eso pasó en Mallku Qota (donde había un proyecto de la transnacional South American Silver) la judicialización, el encarcelamiento o el inicio de procesos judiciales contra personas que han resistido, por ejemplo el caso de una empresa minera, en Mallku Qota había una gran inversión minera, a la cual se opusieron las comunidades y esto era antes de la promulgación de la Ley Minera y desde entonces están sometidos a juicio los dirigentes como Cancio Rojas.
El otro caso está la TCO (Tierra Comunitaria de Origen) Takovo Mora, (donde Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) Chaco, alianza de la petrolera estatal YPFB con capitales transnacionales), que era una oposición guaraní a una petrolera en demanda de la consulta previa y no hubo tal consulta previa pero si se mandó con todo la represión (el pasado 18 de agosto). Tú puedes ver en el internet videos y hay testimonios directos de personas que han estado ahí y que ha sido brutal y además con un gesto muy racista, o sea «indios de mierda» (decían) los militares entrando a las casas, casa por casa, aterrorizando niños, una cosa brutal lo que no hizo el Goni (Gonzalo Sánchez de Lozada, presidente depuesto en 2003 por una insurrección popular) lo está haciendo el Evo.
RR–¿Entonces se impuso finalmente el proyecto petrolero?
SRC –Está como todo, digamos, tiene su tiempo, lo mismo que la carretera del TIPNIS (Territorio Indígena Parque Nacional Isidoro Sécure, a la que se opone buena parte de los indígenas amazónicos pero apoyada por los cocaleros que van invadiendo la zona con sus cultivos de coca), está parada, pero está la espada de Damocles ahí, se o sea, al menor descuido o a la menor fisura que se vea, o se compran algún dirigente o lo que sea, hay varios dirigentes guaraníes mujeres y hombres que han sido prácticamente comprados, y bueno ahí ya se van a meter porque además no se ha suspendido el proyecto, simplemente hay un alegato de que este proyecto está en tierras privadas, cuando en realidad es una TCO, tierra comunitaria de origen… o sea es una cosa ya consolidada como modalidad y dentro de la TCO hay el reconocimiento de un margen de autonomía.
Ahora todo eso de las autonomías indígenas se ha ido al tacho, directamente les ponen todas las trabas imaginables; hay una sola autonomía funcionando… ese es un hecho muy preocupante porque es haber desmantelado poco a poco todas las demandas que llevaron a Eva el gobierno, es decir la idea de que había una agenda social de los movimientos que tenía varias cosas y una de ellas era la de auto representarse sin mediación partidaria y con la mamada de que el MAS (Movimiento al Socialismo, partido en el gobierno) no es un partido sino «una articulación de movimientos sociales», y que es el gobierno del movimiento, es peor que un partido, porque en los partidos hay cierta normativa de democracia, de centralismo democrático o lo que tú quieras, de elecciones internas, aquí no hay nada de eso, es una cúpula de mestizos, incluido el Evo que tienen el poder discrecional sin ningún tipo de mecanismo de consulta. Hay un CONALCAM (Coordinadora Nacional por el Cambio) que es lo que ha sido la destrucción del Pacto de Unidad para formar una entidad que es totalmente fiel y obsecuente al gobierno. La fidelidad es tan grande que cuando hubo el gasolinazo en 2010, hubo organizaciones que contra todo criterio de sus propias bases apoyaron al gobierno. Entonces estoy hablando de mecanismos autoritarios de control de los dirigentes por parte de un grupo de intelectuales del partido que son los que mandan y que organizan todo, y claro la fachada populista es el Evo repartiendo ambulancias y haciendo canchitas de fútbol, obras por todos lados que es evidente que desde la época de (René) Barrientos ningún presidente ha llegado a tantos lugares y esto en lugares donde ha habido tanto abandono, genera lealtad. Entonces eso, hay un proceso de fragmentación, hay un descontento solapado, escondido y una sensación de impotencia. Lo que pasa por ejemplo en Chuquisaca, el que era candidato a gobernador ha perdido por maniobras, él que tenía el chance de ganar en la segunda vuelta ha sido derrotado por maniobras de la Corte Electoral, lo mismo en Beni; en todos lados es un concejal menos, o sea los pequeños fraudes locales han ido sumando de tal manera que es un triunfo arrollador en apariencia, pero hay malestar. Ahora es un malestar que no se está expresando, yo pienso que se viene una crisis económica y crisis ambiental, o sea cada año hay problemas más serios: inundaciones, sequías, problemas climáticos más fuertes y también el tema económico.
Ahorita el tema económico está en un estatu quo porque ha habido una política de ahorrar reservas para justamente enfrentar la crisis y ahora, por ejemplo, se va a pagar el doble aguinaldo pese a que la mayoría de entidades han hecho un análisis de que el crecimiento económico está por debajo del 4 por ciento, o sea debajo del 4.5 por ciento fijado en el decreto del doble aguinaldo; entonces hay un montón de pequeñas microempresas, emprendimientos productivos populares, que van a quebrar con eso. Entonces hay una concentración de la riqueza, saqueo, porque la minería no aporta mayor ingreso al Estado, pero sí vía cooperativismo genera una gran cantidad de apoyos, pero además se encubren formas nuevas de explotación laboral de parte de los propios cooperativistas, por ejemplo, que ante la perspectiva de emigrar o quedar sometidos a condiciones laborales totalmente desastrosas impuestas por otros cooperativistas, la gente a veces prefiere quedarse porque son familias donde todos trabajan en pequeñas cosas y juntan apenas un presupuesto de sobrevivencia. Eso es lo que está pasando, está para llorar.
RR–O sea que el gran proyecto del movimiento que sacó al Goni, que trataba de recuperar la riqueza de Bolivia para los bolivianos…
SRC –Quedó absolutamente destruido y negado en los hechos y lo peor, encubierto por una retórica progresista, ese es el detalle más importante porque hay cosas como las represas, la represa del Bala era un proyecto de la dictadura que era una megalomanía total para destruir un espacio de biodiversidad y además destruye muchas comunidades indígenas, para vender energía a Brasil, esa es toda la perspectiva, todos los planes de hidroeléctricas no son para abastecer el mercado interno sino para venderle al Brasil. Entonces de todas maneras es un mercado ultra dependiente.
RR–¿Y ha habido un desarrollo de las empresas nacionales? Estaba lo del salar de Uyuni y las grandes empresas nacionales que creó Morales…
SRC –Ha habido fracaso tras fracaso, son empresas la mayoría deficitarias, Huanuni está en la quiebra, la empresa minera nacionalizada porque tiene un exceso de trabajadores, se triplicó el número de trabajadores y ahora no tienen cómo sostenerla y como estamos de elección en elección, la demagogia del asunto es que no se puede despedir gente, se sigue produciendo con déficit, estamos igual que en las postrimerías del ciclo del 52, con enormes empresas deficitarias y corruptas y además con proyectos que no se realizan, algunos para bien: por ejemplo había el proyecto de una gran fábrica de papel en el Chapare que está parada por corrupción pero si estuviera funcionando ¿con que van a alimentarla? con el desmonte de la Amazonia. Entonces El Mutún fracasó con esta empresa Jindall de la India, ahora están trayendo empresas chinas, en el salar de Uyuni hace tiempo que están en licitación, que no, que se retiran las empresas… al final están con unas empresas chinas donde además familiares del vicepresidente, según dicen, tienen concesiones, entonces hay un deterioro moral profundo y un desarme colectivo, un desarme de la capacidad de resistencia, eso es lo más tremendo y dentro de la fragmentación la resistencia está asentada en pequeños núcleos, yo diría que es una política de subsistencia…
RR–¿Y no hay perspectivas con los partidos de oposición?
SRC –No, es que ya de antes venía una deslegitimación de la mediación partidaria, ya venía desde los 2000 el descreimiento absoluto, entonces hay muy poca posibilidad y además muy instrumental en la relación de dirigentes indígenas como Félix Patzi (líder del Movimiento Tercer Sistema, actual gobernador del departamento de La Paz), que se arriman a un partido de la clase media como es Sol.bo (agrupación Soberanía y Libertad) pero con un sentido absolutamente instrumental, como que se siente el próximo presidente, están utilizando el trampolín del gobierno local o departamental para poder hacer crecer su figura nacional y formar algún otro partido, entonces no hay realmente opciones desde la izquierda y está creciendo la derecha ¿feo, no?