Durango, Dgo., 15 de julio. Las lluvias que cayeron en algunas zonas de la entidad desde el primer día de julio han dado un respiro al sediento campo duranguense, sobre todo en la zona centro y en la parte de la sierra, donde han sido constantes, pero en el área frijolera han sido escasas y aún nos queda de aquí a noviembre para decir que se acabó la sequía
, dijo el presidente municipal de Santa Clara, Noe Guangorena. Optimista, sin embargo, planteó que con lo que ha llovido ya da para sembrar una área bastante grande; ahorita andamos detrás de la semilla. Ya nos llegó una parte que están subsidiando los gobiernos federal y estatal y llegó algo de forraje, pero es un problema la falta de semilla
, subrayó. De todos modos ya hay humedad, ahora hay que esperar que sigan constantes las lluvias para que pueda haber cosecha. No obstante, la emergencia no ha pasado porque hasta principios de este mes alrededor de 400 mil personas –25 por ciento de la población del estado– distribuidas en 950 poblaciones en los 39 municipios de la entidad se veían afectadas por problemas de abasto de agua. Especialmente en la zona serrana, en varios municipios enclavados en la Sierra Madre Occidental se agotaron los manantiales y en unas 10 comunidades de Tamazula, San Dimas, Topia, Canelas, Otaez, parte de Guanaceví, Santiago Papasquiaro y Mezquital, la gente tuvo que abandonar su pueblo por la falta de agua. Pueblo Nuevo es el caso más crítico. En ese municipio, la ciudad de El Salto –ubicada a 100 kilómetros de la capital, con una población de 40 mil habitantes–, prácticamente se quedó sin agua. En esos lugares se distribuye el agua en pipas, a la espera de que las lluvias permitan la recuperación de los manantiales, informó el director de la Comisión de aguas del estado de Durango, Miguel Calderón. Para ello cuentan con 27 pipas que opera la Comisión Nacional del Agua (Conagua), que abastecen a 60 mil habitantes en 162 localidad; para el resto de las comunidades hay otras 40 pipas, prácticamente una por municipio. De hecho se abastece en algunos casos a la población hasta cada semana; se ubicaron, con apoyo de la Secretaría de Desarrollo Social, 980 tanques de almacenamiento de 10 mil litros, la pipa llena el tanque y la gente recoge el líquido por su cuenta: con cubetas o bidones. Algunos cuentan con pequeños tanques que utilizan para llevar agua a los animales y también están auxiliando para llevarla a las pequeñas comunidades, añadió. Informó que este programa de abastecimiento de agua seguirá vigente hasta diciembre. Esperamos que de estas 950 comunidades muchas puedan tener agua conforme vayan recuperándose los manantiales y los pequeños pozos que tienen. Regularmente estamos hablando de unas 140 comunidades que quedan en situación de desabasto, y conforme se vayan recuperando se irán retirando las pipas para ir abatiendo costos, porque esta agua es de la más cara que existe
. El costo en la zona de los valles es de entre mil 800 a 2 mil pesos por viaje de 10 mil litros y en la zona serrana hasta 3 mil el mismo viaje por la dificultad del terreno. Estamos hablando de prácticamente 180 pesos el metro cúbico en lo planito y de 300 pesos en la sierra, y ahorita el promedio nacional del agua que nos llega a nuestros hogares es de cinco pesos po metro cúbico.
Respecto del presupuesto, siempre anda mal
, indicó el funcionario, y explicó que con la reasignación de programas normales del estado se tienen cubiertas alrededor de 400 comunidades y se atiende a otras 161 con recursos del Fondo Nacional de Desastres Naturales (Fonden). Nos quedarían alrededor de unas 556 comunidades que no están en ningún programa. No tenemos recursos, no sabemos cómo los vamos a atender porque están con problemas de suministro de agua y no hay un programa que pueda atenderlas de manera emergente.
tendría que llevar un proceso de potabilización, que regularmente son costosos y muy probablemente la población no puede pagarlos; por otro lado, son aguas de las propias minas…, dijo. Añadió que en el caso de la Parrilla, municipio de Nombre de Dios, utilizaron agua de los tiros de una mina abandonada para abastecer a la población; posteriormente se perforó un pozo y por fortuna se encontró agua y ya se descartó. Algo similar ocurrió en el municipio de Coneto de Comonfort. También en Guanacevi y Mapimí les piden que revisen unos tiros de minas para ver si el agua es apta para consumo humano. Incluso hasta para riego les han solicitado que la analicen y están en ese proceso. Enfatizó, sin embargo, que aunque los mineros tienen sus concesiones de agua y están de manera lícita, en todo caso tendría que ser la Conagua la que inicie un proceso de expropiación de esas aguas para poder utilizarlas con otro fin, siempre y cuando se justifique que se requiere para consumo humano. Posteriormente, en Velardeña, municipio de Cuencamé, a unos 160 kilómetros de Durango, donde desde la Colonia ha habido explotación minera, Gabriel Hugo Durán, integrante del Comité de Agua de la población que consta de unos 3 mil habitantes, informó que siempre han padecido por falta del líquido. Cuentan con un pozo del que reciben agua una hora a la semana. En Velardeña operan las minas Williams, Labri, y en lo que fue una mina de la American Smelting Company, Industrias Peñoles está construyendo el proyecto Roble, moderna instalación con una inversión de 200 millones de dólares para producir zinc, plomo, cobre y plata. Se espera que inicie operaciones en octubre con una capacidad para procesar 6 mil toneladas diarias de mineral. Ahí el pueblo tiene un conflicto con Peñoles, ya que la empresa pretende que pase por en medio del pueblo –afectando el bulevar de ingreso a la población, adornado con unas sedientas palmeras– una línea de transmisión para la mina, de 115 mil voltios, a lo que 80 por ciento de la población se opone, según una consulta realizada casa por casa el primer fin de semana de julio. La gente teme los efectos que cause en la salud humana el campo magnético de esas líneas, que pasarían a 10 metros de un jardin de niños y de las primeras casas del poblado. Así se lo informaron al gerente de la planta, Hugo Palacios. Y el 16 de julio tendrían una reunión con él porque la empresa insiste en el trazo propuesto, ya que argumenta que cambiarlo retrasaría varios meses la entrada en operación de la planta, explicó Durán. Peñoles perforó un pozo de casi un kilómetro de profundidad a la entrada del pueblo, que tiene mucha agua y es potable. Incluso el Comité de Agua de Velardeña solicitó a la empresa que ceda a la población el uso de una parte del líquido del pozo. Peñoles ha hecho varias propuestas para convencer a la gente de que acepte el paso de su línea por el bulevar: dejar ese pozo para uso de la población, instalar los cables del alumbrado público del boulevard en forma subterránea y poner arbotantes bonitos.
Vamos a ver qué pasa, afirmó Durán.