Foto: Cuartoscuro
Ciudad de México | Desinformémonos. El hallazgo de 19 cuerpos calcinados en el municipio de Camargo, Tamaulipas, de los cuales al menos 13 eran migrantes guatemaltecos, “recuerda a las masacres ocurridas en San Fernando, Tamaulipas, en 2010, y Cadereyta, Nuevo León, en 2012”, casos por los que las familias de las víctimas “siguen en búsqueda de verdad, justicia y reparación”, señaló el representante en México del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH), Guillermo Fernández-Maldonado.
En un comunicado, el representante lamentó los hechos en Tamaulipas y manifestó su preocupación por la violencia contra los migrantes.
«La falta de alternativas para una migración realmente segura, ordenada y regular orilla a las personas migrantes a recurrir a traficantes de personas o a rutas peligrosas, lo cual aumenta su riesgo de ser víctimas de graves violaciones a sus derechos humanos”, recordó Fernández-Maldonado.
El representante de la ONU-DH enfatizó que la mayoría de las personas salen de sus países “empujadas por circunstancias económicas adversas, por reunificación familiar y/o por situaciones de violencia y persecución. A esto se suma que sus condiciones de vida se han visto profundamente afectadas a raíz de la pandemia por Covid-19 y por el devastador paso de los huracanes Eta y Iota” en Centroamérica.
Ante los hechos, Fernández-Maldonado subrayó que “el Estado tiene la obligación de garantizar la plena identificación de los restos encontrados conforme a métodos científicos y llevar a cabo una restitución digna a sus familias”, así como permitir el acceso de las familias o sus representantes a la información contenida en los expedientes judiciales que se abran por el caso.
“Este es un paso imprescindible para garantizar el derecho a la verdad, la justicia y la reparación de los familiares de las víctimas”, finalizó.