Ixtepec, Oaxaca. El único objetivo es limpiar los desechos y cuidar el Guigu Bi’ Cu’, como llaman al Río de los Perros en Ixtepec, Oaxaca; y para eso, los vecinos del Barrio Cheguigo Juárez pusieron en práctica “el tequio”, una forma de organización comunitaria, que les ha distinguido para mejorar sus condiciones de vida.

Con piedras, palos, ramas y hojas secas, los niños y adultos realizaron pequeños muros o topes en el canal de aguas negras que existe desde hace más de una década, para desviar la circulación y mejorar el proceso de filtración cuando desemboque al Río de los Perros.

“Todo comenzó hace cuatro semanas”, explica César Taboada, productor de cine y representante del comité comunitario creado para mejorar las condiciones de vida de este barrio donde viven aproximadamente unas 500 personas, de un total de 24 mil habitantes que son originarios de este municipio oaxaqueño.

El Guigu Bi’ Cu’ representa para los Ixtepecanos o Jeromeños un ente sagrado, y aunque todos los días hay quejas de un tiradero de residuos sólidos y falta de atención, con esta actividad los vecinos insisten en mejorar sus condiciones de vida.

El pasado domingo, los integrantes del comité de organización y limpieza invitaron a un tequio, al que asistió Perseida Toledo, joven binnizá- zapoteca- fundadora de la Colectiva Una Mano para Oaxaca.

“El tequio que todos los domingos hacemos es una actividad que no tiene partidos políticos ni religión y es de autogestión, llega la gente que así lo desee y coopera con alimentos. Hemos avanzado mucho, y esta semana que tuvimos a Perseida, hubo mayor presencia de personas y eso nos motiva a mejorar nuestras técnicas para cuidar nuestro río”, dijo César.

No tener una planta de tratamiento de aguas residuales desde hace 30 años le ha costado la vida al Río de los Perros, debido a que existen cerca de nueve fugas de aguas negras en toda la ciudad, afectando considerablemente el afluente.

“No había conciencia, sólo denuncia, y ahora decidimos actuar con el corazón y las ganas de tener un afluente limpio, y lo estamos logrando entre todos. Esto es totalmente organizado desde la sociedad civil y lo mejor, con nuestros propios recursos”, explicó el representante comunitario.

Las jornadas de limpieza comienzan todos los domingos a las 7 en punto de la mañana y concluyen alrededor de las 11:00. Son cuatro horas de compartir y defender el Río, un espacio natural que ahora cuidan y protegen.

El Tequio en familia

Nanaxhi de Gyves y sus hijos Beeú y Sicabí, de 2 y 7 años de edad, se unieron al tequio y decidieron participar en familia.

“Creemos que la unión hace la fuerza”, refirió Nanaxhi al celebrar esta iniciativa que emana de la sociedad civil con la única finalidad de ayudar al río.

Dijo que con la experiencia de Perseida Toledo, activista y con amplio conocimiento en el manejo de afluentes naturales, se logró un avance muy bueno en el canal contaminado.

“Después de colocar las ramas, los troncos, las piedras y la basura de tal forma que se distribuyera por todo el canal, fuimos viendo cómo las aguas negras iban cambiando de color a cristalinas, eso significa que el agua que cae al río ya no lo contamina y lo mejor, tampoco el subsuelo”, cuenta Nanaxhi.

Refirió que este tequio por el río es una iniciativa ciudadana. Mientras la limpieza se hace y se protege el río, otras mujeres realizan el almuerzo y al finalizar todos conviven, lo cual resalta que no sólo es el tequio la única práctica que realizan, sino también el guendaliza o comunalidad.

Domingo a domingo llegan los hombres y mujeres, y las infancias y adolescencias también se involucran, todas y todos participan, y lo que se busca, coinciden, “es hacer las cosas”, “llevarlas a cabo” y no “sólo decir, decir, sin actuar”. Esos son sus principios rectores que aspiran hacia una conciencia ambiental.