Foto: Doña Magda, de la comunidad mazahua residente en la Ciudad de México, frente a la Glorieta de las Mujeres que Luchan. (Sáshenka Gutiérrez Valerio)
Ciudad de México | Desinformémonos. «Hablar de mujeres que luchan es hablar de mujeres indígenas y de pueblos originarios. No son conceptos que puedan separarse, las mujeres indígenas llevan más de 500 años de resistencia y siguen», respondieron las colectivas de la Glorieta de las Mujeres que Luchan a la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum, quien anunció la retirada de la escultura de madera de la Glorieta con el pretexto de que debía representar a las mujeres indígenas.
Las colectivas recordaron a Sheinbaum que a pesar de que 5 mil mujeres indígenas «supuestamente» fueron consultadas para decidir qué escultura colocar en la ex Glorieta de Colón, «un representativo grupo de mujeres indígenas del país reclamaron no haber sido consultadas y recalcaron que ninguna decisión sobre ellas debe ser tomada sin ellas», por lo que «ante la contundente inconformidad se canceló este proyecto».
Sin embargo, Sheinbaum utilizó como argumento para retirar la escultura de las Mujeres que Luchan el «respaldo» de las 5 mil indígenas, así como que el espacio de la Glorieta debía estar dedicado sólo a las mujeres de los pueblos originarios.
Ante ello, las colectivas respondieron que la Glorieta de Mujeres que Luchan «es de todas», y que incluso en su colocación participaron mujeres de pueblos indígenas, como la defensora mazahua e integrante del Congreso Nacional Indígena, Magdalena García Durán; y Cristina Bautista Ascencio, originaria de Alpuyecatzingo de las Montañas, Guerrero, y madre de uno de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa.
«Nosotras buscamos la consolidación del sitio como símbolo de resistencia de todas las mujeres que han luchado y siguen luchando contra las represiones policíacas, contra los crímenes del ejército, contra los despojos, contra el fracking, contra el robo del agua, contra las violencias machistas, contra los feminicidios y las desapariciones, contra la intromisión de gobiernos e iglesias en el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos, contra la inacción de las instituciones corruptas, la corrupción contra el Estado omiso», recordaron las colectivas.
Desde su pronunciamiento inicial, las colectivas explicaron que la Glorieta de las Mujeres que Luchan sería un espacio dedicado a las mujeres buscadoras y rastreadoras, a las madres que luchan por justicia para sus hijas víctimas de feminicidio y sus desaparecidos; «a las defensoras del agua y del territorio asesinadas, presas y agredidas por luchar por la vida; a las mujeres afromexicanas invisibilizadas y las mujeres de los pueblos originarios que defienden su tierra y construyen realidades alternativas con justicia, paz y dignidad; a las estudiantes indígenas que defienden la educación rural y el derecho a una vida de servicio digno a sus comunidades, a las mujeres históricas y rebeldes que han sido borradas; a las mujeres zapatistas, mujeres defensoras de derechos humanos», entre otras.
A continuación el comunicado completo:
Acerca de las declaraciones de la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México respecto a la toma de la Glorieta de las Mujeres que Luchan el sábado 25 de septiembre:
Nuevamente menciona las 5 mil firmas de mujeres indígenas a las que supuestamente se consultó para colocar la escultura del Sr. Reyes, a quien por cierto, ninguna de las 5 mil “abajo firmantes” defendió. Como respuesta al intento de imposición escultórica de un concepto sin dimensión social ni política, un representativo grupo de mujeres indígenas del país reclamaron NO haber sido consultadas y recalcaron que ninguna decisión sobre ellas, debe ser tomada sin ellas. Ante la contundente inconformidad se canceló este proyecto.
Hablar de mujeres que luchan es hablar de Mujeres Indígenas y de Pueblos Originarios. No son conceptos que puedan separarse, las mujeres indígenas llevan más de 500 años de resistencia y siguen. En la toma de la Glorieta De las Mujeres Que Luchan, estuvieron presentes, entre otras, doña Magdalena García Durán mujer mazahua originaria de San Antonio Pueblo Nuevo, municipio de San José del Rincón, Estado de México, defensora de los derechos de los indígenas, concejala del Concejo Indígena de Gobierno y reconocida por Amnistía Internacional; Cristina Bautista Ascencio madre de Benjamín Bautista uno de los 43 compañeros de Ayotzinapa, mujer indígena originaria de Alpuyecatzingo de las Montañas, municipio de Ahuacuotzingo, Guerrero.
Nosotras buscamos la consolidación del sitio como símbolo de resistencia de TODAS las mujeres que han luchado, y siguen luchando contra las represiones policíacas, contra los crímenes del Ejército, contra los despojos, contra el fracking, contra el robo del agua, contra las violencias machistas, contra los feminicidios y las desapariciones, contra la intromisión de gobiernos e iglesias en el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos, contra la inacción de las instituciones corruptas, la corrupción contra el Estado omiso
¡La lucha compañeras, somos todas!