Los 1,5 millones habitantes de la región ucraniana de Crimea deciden hoy si se escinden de la antigua república soviética y se incorporan a Rusia en un referéndum que ha exacerbado las tensiones entre Kiev y Moscú, y ha desencadenado una de las mayores crisis diplomáticas entre Rusia y Occidente desde la Guerra Fría.
Con miles de tropas rusas no identificadas en la península, las autoridades prorrusas de Crimea han hecho una fuerte campaña en favor de la anexión a Rusia y ha adelantado hasta en dos ocasiones la celebración del plebiscito.
En los centros de votación, desde las 8.00 horas (7.00 hora peninsular española), el goteo de personas ha sido continuo. El resultado del referéndum se espera que sea favorable a la escisión de Ucrania, puesto que una abultada mayoría de la población en Crimea es rusa.
Las urnas permanecerán abiertas doce horas y está previsto que los resultados provisionales se difundan a última hora del domingo. Las cifras definitivas no se conocerán hasta un día o dos más tarde. Las dos opciones incluidas en el referéndum contemplan un control ruso de la región.
De triunfar el voto a favor de anexionarse a Rusia, Estados Unidos y la Unión Europea activaría una cascada de sanciones económicas sobre las instituciones crimeas y rusas que abocarían las relaciones con Moscú en su momento más delicado desde la Guerra Fría.
Kiev y Occidente han tachado de «ilegal» el referéndum, al tiempo que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas no ha podido aprobar una resolución en este mismo sentido al ser vetada por Rusia, miembro permanente del organismo.
El presidente ruso, Vladímir Putin, ha desplegado una estrategia agresiva contra las nuevas autoridades de Ucrania, tras el derrocamiento de Viktor Yanukóvich, aliado del jefe del Estado ruso, provocado por su rechazo a firmar un acuerdo de asociación comercial con la Unión Europea.