Guanajuato e Ibargüengoitia son uno

TV UNAM/Karina Canseco

Con las voces de Juan Villoro, Luis Palacios, Francisco Arroyo, Carlos Mata, Elba Margarita Sánchez y Víctor Díaz, entre otros, el documental Jorge Ibargüengoitia. Dice de sí mismo, dirigido por Enrique Quintero y producido por TV UNAM, recorre el contexto geográfico que fue una las materias principales en la creación del escritor guanajuatense.

En este contexto, Guanajuato es Cuévano, Plan de Abajo, Pedrones, Muérdago, Apapátaro y Ajetreo, es la querencia de Ibargüengoitia por la tierra. Allí está reunido todo lo que le interesa contar, calles, costumbres, personas, humores y tradiciones. Lugares que todavía hoy se encuentran en la ciudad y que aportan al lector una serie de coordenadas para aventurarse en la recreación de su obra. Para Luis Palacios, “García Márquez hizo su Macondo, Comala es de Rulfo y Cuévano es la ciudad literaria de Ibargüengoitia”.

Lo suyo no era hacer puentes o carreteras
Con un talento indiscutible para retratar y reinventar las costumbres de la sociedad mexicana, satirizarlas y de forma natural plasmarlas en su obra, Jorge Ibargüengoitia, escritor, periodista y dramaturgo mexicano, curso estudios de Ingeniería, pero al final se decantó por la literatura y se matriculó en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.

De humor mordaz y mirada aguda sobre lo que acontecía a su alrededor, no dejó títere con cabeza en su obra.
En Estas ruinas que ves (1974), los personajes están inspirados en gente real y es el retrato cáustico de la sociedad guanajuatense. Una comedia de enredos y amor fallido, construida a partir de lugares reconocibles y puntos de encuentro comunes.

El Atentado (1962) reconstruye el asesinato del General Álvaro Obregón, candidato a la presidencia de la República a manos de un fanático y lo vuelve una comedia para teatro.

Los relámpagos de agosto (1964), esta novela es un ejercicio de parodia demoledora que se burla de la Revolución Mexicana. Para el autor, los revolucionarios son una ronda de pícaros que se dedican al latrocinio y se benefician unos a otros.

En Los pasos de López (1981), Ibargüengoitia hace la desacralización de figuras de la Independencia como Miguel Hidalgo y Costilla, Josefa Ortiz de Domínguez, Ignacio Allende y el Pípila, se burla de las proclamas del país en medio de una conspiración tan cómica como errónea.

Las muertas (1977), a partir de testimonios sobre un caso real aderezados con elementos fantásticos narra los crímenes de Las Poquianchis, banda de madrotas que asesinó a varias mujeres y conmocionó a las sociedad mexicana.

Maten el león (1969), es una representación de las dictaduras latinoamericanas y de varios intentos de magnicidio. El león está viejo y echado a perder por veinte años en el poder, el coñac y las mujeres, pero más hábil y feroz que nunca.

“Ibargüengoitia ha ido ganando con el tiempo, se ha convertido en uno de los novelistas esenciales de la literatura. Nos dejó en su obra un acervo de ideas originales que a través de su ironía nos permiten ver nuestro país, nuestra realidad y lo que somos como seres humanos de manera gozosamente distinta”, destaca Juan Villoro.

Este material se comparte con autorización de UNAM Global

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