Foto: @PNUD_Mexico
Ciudad de México | Desinformémonos. La organización ambientalista Greenpeace denunció las “numerosas incongruencias” en el discurso de el presidente Enrique Peña Nieto durante la inauguración de la 13 reunión del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CBD) de la ONU en Cancún, con respecto a la “mercantilización de la biodiversidad”.
De acuerdo con Greenpeace, en el territorio mexicano ya existen 176 Áreas Naturales Protegidas (ANP), pero a pesar de esto, las autoridades ambientales no implementaron los mecanismos necesarios para que fuera eficaz la protección de al menos una tercera parte.
“¿Más ANP? Está bien, pero que cuenten con Planes de manejo y líneas de ejecución efectivas y que no resulten infructuosas como en el caso de la Vaquita Marina, cuya muerte incidental de ejemplares siguió presentándose aún después de que se decretó la prohibición de uso de redes de enmalle porque no existen recursos ni infraestructura necesaria para llevar a cabo una efectiva vigilancia de la aplicación de la veda en la región”, indicó.
Aseguró que si bien Peña Nieto presumió las cuatro nuevas ANP en el país, ni siquiera mencionó que México alcanzó la meta 12 de Aichi, relativa a evitar la extinción de especies.
La organización destacó que existe un contraste entre el llamado que hizo Peña Nieto para retomar las prácticas sustentables en la agricultura y el hecho de que “la política agroindustrial del gobierno federal da un espaldarazo a las grandes industrias y vulnera a las comunidades de campesinos y de indígenas y sus sistemas tradicionales de producción de alimentos”.
Las prácticas agroindustriales implican “la extracción ilegal de agua de pozos, la contaminación de cuerpos de agua con el uso de agrotóxicos y la deforestación”, así como el despojo de los propietarios de las tierras, principalmente indígenas o comunitarios, señaló Greenpeace.
“En contraposición a la meta 18 de Aichi, la cual plantea la relevancia de los conocimientos, innovaciones y prácticas tradicionales de las comunidades indígenas y locales, pertinentes para la conservación y el uso sostenible de la diversidad biológica, la política agroindustrial del gobierno federal da un espaldarazo a las grandes industrias y vulnera a las comunidades de campesinos y de indígenas y sus sistemas tradicionales de producción de alimentos, permitiendo la extracción ilegal de agua de pozos, la contaminación de los cuerpos de agua con el uso de agrotóxicos y la deforestación e incluso, permitiendo el despojo a las comunidades de bienes naturales comunes», comentó Aleira Lara, líder del proyecto de Comida Sana de la organización ambientalista.
A pesar de esto, la organización ambientalista se mostró optimista al esperar que el discurso del presidente de México pueda traducirse en acciones, “promoviendo planes de manejo de las áreas naturales protegidas e impulsando una política pública de agricultura ecológica”.