Ciudad de México | Desinformémonos. Desde medio día del 20 de septiembre, el gobierno a través de elementos de la Secretaría de Seguridad Publica, la Secretaría de Seguridad Social y de Protección Civil ocasionó caos y confusión entre los rescatistas y la sociedad civil tras difundir rumores como que se acababa de derrumbar el Centro Médico y otros inmuebles que necesitaban voluntarios en la Ciudad de México.
Adolecentes, jóvenes y adultos mayores de la capital con un entusiasmo incondicional por ayudar se vieron desilusionados por el poco valor, respeto y trato digno que las autoridades les han demostrado.
Juan Sánchez, de 30 años de edad, acompañado de familiares, amigos y vecinos de la delegación Iztapalapa, llegó desde el mediodía a la calle de Chiapas de la colonia Roma a apoyar en el rescate de víctimas, pero todos fueron rechazados por las autoridades que resguardaban el edificio derrumbado.
«Nos han traído de aquí para allá, de la Roma nos dijeron los policías que se necesitaba ayuda en la colonia obrera en la fábrica de ropa, llegamos a ese lugar y ya tenían también acordonada la zona”, dijo Sánchez. “El policía encargado del filtro de seguridad nos dijo que si él quería, nos dejaba pasar. Después de estar esperando más de tres horas para poder entrar a ayudar, un miembro de Protección Civil nos dijo que ya no se necesitaba ayuda, que mejor fuéramos al Centro Médico porque estaban desalojando a todos los pacientes por el derrumbe de uno de los edificios».
“Decidimos ir para allá en el coche que llevábamos, pero nos encontramos con qué no había existido tal siniestro, y además nos encontramos a cientos más de voluntarios que los habían sacado de las zonas siniestradas con el mismo engaño como a nosotros”, agregó Sánchez, quien aseguró que ya no sabían a dónde ir porque el control lo tomó el gobierno y no consideran a los voluntarios.
Fidel Colmenares, estudiante de la carrera en Derecho y colono de la Santa María la Ribera, afirmó: “Estoy decepcionado por la forma en que nos está tratando la policía aquí en la Obrera. Una uniformada empezó a agredir verbalmente a los que estábamos esperando a entrar, una voluntaria le pidió que no nos ofendiera porque todos habíamos llegado a ayudar, pero la policía se fue contra ella con la intención de agredirla físicamente. Varios le empezamos a gritar que no estábamos en un mítin para que nos tratara así”.
“Así como veo la situación, ya con maquinaria pesada en los lugares colapsados tengo la sospecha de que Peña Nieto y Miguel Ángel Mancera quieran hacer como el presidente Miguel de la Madrid en el 85, de ordenar demoler todas las construcciones por considerarlas un riesgo para la población y no tomar en cuenta que pueda haber todavía personas atrapadas. Ojalá y me equivoqué», finalizó Colmenares.
Por su parte otros voluntarios del barrio de Tepito pusieron a disposición de quien lo solicite traslados gratuitos en sus motocicletas. «No somos de ninguna organización, pero nos nació apoyar con lo que tenemos y las motos pueden ser útiles para el traslado de herramientas, víveres o medicamentos a donde se necesiten”, dijo Juan López, uno de los vecinos.
A un costado de la calle una cocina rodante de una empresa de comedores industriales se estacionó para ofrecer gratuitamente alimentos a los rescatistas. El negro, que ya es conocido en varios sets de filmaciones, aseguró que «es lo menos que podía hacer ante esta desgracia».
Si yo acabo de pasar por Eugenia y Division del norte y hay un buen de policías apoderándose del lugar y hasta miedo dan porque solo asustan a las personas civil que andan ayudando…..
Los «desastres naturales» y las emergencias sociales rebasan a las instituciones y a las autoridades, quienes optan por «tomar las plazas» con ejércitos y policías que lejos de ayudar, provocan que la emergencia y el desastre se multplique. Son ciudadanos quienes dirigen el tránsito, abandonado por los decenas de miles de policías que aparecen en marchas y concentraciones de protesta, pero que ahora, se dedican a acordonar grandes extensiones que servirán para alimentar al monstruo inmobiliario, eterno beneficiario de los «desastres» que él mismo provoca por su falta de planeación y mala calidad de las construcciones de viviendas, centros de trabajo y vías de comunicación, mismas que nuevamente serán pagadas por el pueblo vía préstamos internacionales y sacrificios locales por meses, años y décadas… hasta que se presente la siguiente tragedia. Hay que organizarse en contra de gobiernos espurios e ineptos.
Asi…..precisamente asi……….nos trataron en 1985…….poco les importo rescatar a personas en los edificios de la costura,en Ave. Circunvalacion,en la Merced……..y nos corrieron por que segun….»ya olia a muerto»………y entro la maquinaria…………..pero la del Mundial 86…….no cambia los hijos de puta madre….Pinche » senor autoridad»…………no se quiere ver rebadado por la sociedad civil,ni por las organizaciones sin fines de lucro……….no es de extranar ahora que es lo que viene…………….
Abusos políticos, especulación y asaltos, daños colaterales para la población. En Morelos, el gobernador Graco Ramírez es una calamidad más, por estar reteniendo el apoyo que los ciudadanos están aportando para los damnificados. Porque no les está llegando la ayuda que los voluntarios aportan. En Radio Educación el domingo dijeron que les ponen obstáculos a las personas para que les llegue el apoyo, y sólo les proporcionan un rollo de papel sanitario. Eso genera más desconfianza en las autoridades, que en lugar de ayudar buscan su propio beneficio electorero, sin importarles la desgracia de las personas. Una mujer le dijo a un reportero de formato 21 que en Jojutla le dieron el kilo de huevo a 80 pesos. Los especuladores están lucrando con el dolor de las personas. Otra mujer también refirió que la leche para su bebé cuyo precio era de 200 pesos se la dieron a 300 después del sismo del día 19. Los asaltos a transeúntes que se vieron obligados a caminar por falta de transporte y que caminaron durante dos o tres horas no faltaron. El caos vial generado por por la suspensión de energía eléctrica que conllevó la falta de funcionamiento de los semáforos y el movimiento generado por la circulación de ambulancias fue propicio para los asaltos con pistola en mano a los automovilistas en algunos puntos de la Ciudad de México. Esa es sólo son algunas de las cosas que aquejan a los damnificados pero también a la población que está triste, nerviosa, asustada e impotente, pero la vida continúa.
Es verdad cuando nosotros ayudabamos en medellin despues de cargar 2 camiones de escombro y tenernos horas en sol supuestamente porque nos dejarian entrar, gente del ejercito nos terminaron diciendo que en division del norte y calle america se habia derrumbado un edificio, cuando buscamos en maps no encontramos el lugar…entonces fui a preguntarle directamente al soldado que exactamente donde estaba a lo cual no supo responder (se puso nervioso) y dijo esperame tantito y se fue. Es muy cruel de su parte jugar con la gente de esta forma. Nunca existio tal edificio.