Ciudad de México I “El escrutinio del poder es indispensable para mantener la gobernabilidad porque es la que nos ayuda a mantener las cosas en balance y a empoderar a los ciudadanos para tomar las mejores decisiones. Alguien tiene que vigilar a los políticos”, señaló la doctora Mireya Márquez Ramírez, coordinadora de la Maestría en Comunicación de la IBERO
Márquez Ramírez lamentó que la clase política no se acostumbre a que la función del periodismo en una sociedad democrática es escudriñar el poder.
El espionaje es reprobable y no tendría que pasar por ninguna razón. En tanto, el gobierno mexicano no tienen cómo justificar una práctica así, y es lamentable que inviertan recursos públicos para espiar periodistas y no para investigar a cárteles o funcionarios corruptos añadió la doctora
El 19 de junio, The New York Times dio a conocer que periodistas y defensores de derechos humanos en México han sido espiados en sus comunicaciones personales a través de un software conocido como Pegasus.
Ese mismo día, los periodistas Salvador Camarena, Carmen Aristegui y Daniel Lizárraga, así como John Scott, investigador de Citizen Lab; Luis Fernando García, director ejecutivo de la Red en Defensa de los Derechos Digitales; y Mario Patrón, presidente del Centro PRODH, presentaron una denuncia ante la Procuraduría General de la República (PGR).
“Es inadmisible que el gobierno se sienta más amenazado por una periodista que por los verdaderos enemigos de la población que vulneran el Estado de Derecho”, señaló la académica de la IBERO, quien ha participado en investigaciones relacionadas con agresiones contra periodistas.
Pegasus es un software malicioso diseñado por una compañía israelita para recabar información de teléfonos móviles. Se vende únicamente a gobiernos y su propósito central es vigilar a organizaciones criminales y terroristas.
Pero entre los blancos del programa se encuentran abogados que investigan la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa; un economista que ayudó a redactar un proyecto de ley anticorrupción; dos de los periodistas más influyentes de México; y una estadounidense que representa a víctimas de abusos sexuales cometidos por la policía. Los intentos de espionaje, incluso, han alcanzado a los familiares de los activistas y periodistas, incluido un adolescente, según el texto del diario estadounidense.
El primero de agosto, diputados y senadores aprobaron un punto de acuerdo para que la PGR continúe con la investigación sobre el presunto uso de Pegasus para espiar a periodistas, políticos y activistas, a través de la asistencia técnica y cooperación de instituciones nacionales e internacionales. Los legisladores solicitaron a la dependencia continuar con las investigaciones de forma objetiva, imparcial eficaz y con respeto a los derechos de las víctimas.