Fredepa, la historia de los líderes sociales de Ayacucho acusados de terrorismo

Jair Sarmiento

Ayacucho es una de las regiones que se moviliza colosalmente contra el régimen autoritario y militar de Dina Boluarte. En respuesta, Boluarte envió policías y soldados para masacrar a sus ciudadanos. Ayacucho perdió a 10 hijos e hijas el 15 de diciembre. Los disparos se oyeron en toda la ciudad. El Frente de Defensa del Pueblo de Ayacucho (Fredepa) fue una de las organizaciones históricas que exigió justicia y convocó a toda la población a marchar, sin embargo, el Ejecutivo optó por criminalizar y deshumanizar a sus miembros a través del ‘terruqueo’ con el fin de callar las voces en contra el régimen militar y autoritario.

Rocío Leandro Melgar (53), presidenta del Frente de Defensa del Pueblo de Ayacucho (Fredepa)se encontraba en la Casa del Maestro en Huamanga cuando policías ingresaron, la detuvieron, la arrastraron por el suelo y se la llevaron. Alejandro Manay Pillaca (35) estaba cenando en un restaurante, salió a hacer una llamada y lo detuvieron intempestivamente, lo subieron a un vehículo pick up sin placa y sin distintivos de la PNP. Piero Giles Gamboa (22) se hallaba en su hogar cuidando a sus hermanos menores, y de pronto una turba de policías irrumpió en su casa, lo golpearon, su madre pedía explicaciones sin respuesta, sus hermanitos temblaban, su madre quiso subirse al carro donde lo llevaban, pero se lo impidieron. Estefany Alanya Chumbes (31) era parte de una actividad artístico-cultural en apoyo a los familiares de las víctimas de la masacre, pero unos policías llegaron y la agarraron, trató de zafarse, pero le jalaron el cabello y la arrastraron por la calle hasta subirla a un patrullero. Yulisa Gómez Ayala (21) salió a comprar su uniforme, trabajaba en una farmacia y aquel día su hermana la estaba reemplazando, estaba a media cuadra de su trabajo y en instantes la rodearon varios policías, la empujaron contra la pared y se la llevaron. Fernando Quinto Cuba (32) había cumplido diversas actividades de su profesión, estaba a cinco cuadras de su casa, pero lo interceptaron varios policías y se lo llevaron. Alex Gómez Falcón (35) conversaba con sus compañeros, a la hora de salida, estaban en la puerta de la universidad y un contingente policial lo rodeó y lo detuvo, lo hicieron frente a sus amigos que permanecían asustados y atónitos. Clido Canales Tantalean (34) fue el único que logró escapar de estas detenciones.

El 12 de enero, por la noche, fueron detenidos por orden de la Fiscalía que les atribuye ser parte de una organización terrorista además de haber organizado y financiado las protestas en Ayacucho. Sus familiares denuncian que fueron secuestrados ya que no fueron llevados a una comisaría, sino directamente a Los Cabitos, una base militar en donde se violaron derechos humanos (desapariciones, asesinatos y torturas) durante el gobierno de Fernando Belaunde Terry y la dictadura de Alberto Fujimori.

Los familiares lograron saber que se encontraban en este cuartel debido a que algunas de las ocho personas detenidas pudo llamar a través de un celular, aunque luego la comunicación fue cortada. Fueron hasta allá con abogados, pero no los dejaron entrar. Pasada la medianoche, una avioneta salió en dirección a Lima. Sus familiares no estaban ni enterados, pero ahí se encontraban Alejandro, Piero, Estefany, Yulisa, Fernando, Rocío y Alex.

En estos momentos se encuentran dentro de la Dirección contra el Terrorismo de la PNP (Dircote) en la avenida España. Las audiencias de apelación de detención preliminar por el presunto delito de terrorismo comenzaron el 23 de enero. Los motivos de detención, según los fiscales, es que pedir una Asamblea Constituyente configura como acto de terrorismo.

“Nueva Constitución, que es la bandera de lucha de los frentes de defensa o los organismos generados por Sendero Luminoso…”, mencionó repetidas veces la fiscal Mirela Coronel Molero durante una de las sesiones. En tanto, el Poder Judicial ha rechazado las apelaciones que se han presentado. Por otro lado, los abogados de los miembros del Fredepa señalan que no hay evidencias de actos de terrorismo.

Fredepa, movimiento histórico desde los 60

El Frente de Defensa de Ayacucho (Fredepa) es la central popular que agrupa, representa y dirige a las organizaciones populares de base del campo y de la ciudad de la región de Ayacucho. Fue fundado el 13 de abril de 1966. Es el primer frente de defensa del Perú. Así lo apunta la tesis “Servir al pueblo de todo corazón” de la antropóloga Mercedes Crisóstomo Meza.

Fue uno de los grupos que luchó por la gratuidad de la enseñanza durante el gobierno de Juan Velasco Alvarado. Por aquel tiempo, estudiantes universitarios, secundarios y profesores que pertenecían al Fredepa fueron detenidos y reprimidos por la Policía.

Y durante el conflicto armado interno, al igual que en la actualidad, los dirigentes antiguos o actuales fueron estigmatizados y acusados por terrorismo. En aquel tiempo, los líderes del Frente sufrieron amenazas y persecuciones de Sendero Luminoso y de las Fuerzas Armadas.

Hoy vuelven a ser estigmatizados, pero esto ya lo advertía la tesis de Crisóstomo: “Usualmente, ciertas autoridades, algunos periodistas y representantes de partidos políticos vinculados a la derecha los estigmatizan como terroristas, porque plantean la lucha de clases”.

Fredepa ha realizado actividades fundamentales. Por ejemplo, durante la pandemia, distribuyó medicinas y oxígeno a la población. 

Rocío, lideresa social de Ayacucho

Desde niña, Rocío Leandro Melgar fue una luchadora social. Desde los 21 años hacía labores sociales y pertenecía a grupos culturales. Empezó a trabajar como ambulante, luego se convirtió en una comerciante independiente, ayudaba a otros colegas de su rubro. Sus compañeros de trabajo del área de ventas de Tiendas Efe la recuerdan como una mujer laboriosa y solidaria. Desde hace dos años se convirtió en la presidenta del Fredepa por su reconocimiento social en Ayacucho. “Desde pequeña ha cultivado ese hecho de estar en lugares que la necesitan”, cuenta Jaime, su hermano mayor. 

Cuando era adolescente, participó en una actividad del grupo de teatro de la UNI en la Plaza Manco Cápac en Lima, pero aquel día Sendero Luminoso detonó explosivos y se enfrentó a la policía. La arrestaron y la inculparon. Luego fue absuelta por falta de pruebas.

En diciembre de 1992, ocurre el asesinato del secretario general de la Central General de Trabajadores del Perú (CGTP), Pedro Huilca. Unos meses después, Rocío es acusada, otra vez, de pertenecer a SL y planear el asesinato del dirigente sindical. Fue condenada por un tribunal militar sin rostro de la dictadura de Alberto Fujimori.

Sin embargo, en los 2000, en un proceso seguido ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, el Estado se allanó y aceptó su responsabilidad en el asesinato de Huilca, con lo cual se validaría la versión de que los autores fueron agentes del Grupo Colina, escuadrón de la muerte de Fujimori.

En una entrevista con Wayka, la abogada de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, Mar Pérez, mencionó que Leandro “fue condenada por un ‘tribunal sin rostro’, pasó 11 años de su vida en prisión, pero la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) anuló esa condena”

Sobre ello, el documento Demanda en el caso de Pedro Huilca Tecse (Caso 11.768) contra la República de Perú de la CIDH, menciona: “Para encubrir a los verdaderos responsables, las autoridades produjeron un montaje mediante el cual se acusó a presuntos integrantes de Sendero Luminoso (…) con lo que el Estado garantizó la impunidad de los agentes oficiales involucrados en los hechos”.

Hoy es una de las personas que ha sido estigmatizada salvajemente por la gran prensa. Ha sido tildada de camarada ‘Cusi’, ‘Edith’, o ‘Luz’. Todas informaciones provienen de la Dirección Contra el Terrorismo (Dircote), encabezada por Oscar Arriola. 

“Por esa condena, que es injusta, por esa condena, que fue absuelta, ahora la Dircote y las altas autoridades del Gobierno se atreven a presentarla en los medios de comunicación como una “sanguinaria terrorista”, agregó Pérez.

Alejandro, sikuri y profesor de Historia

Era usual que Alejandro Manay Pillaca se quedará estudiando y trabajando en la mesa de su hogar hasta altas horas de la noche. Así lo recuerda su esposa Judith, quien es maestra e intérprete de quechua chanka. Al despertar, otra vez lo veía leyendo, muy temprano. Tocaba la zampoña y a veces participaba ocasionalmente en la banda de sikuris 27 de Junio. Alejandro y Judith se conocieron en la universidad. Viven en Huanta e iban a cumplir 10 años de casados en agosto de este año. 

Según su esposa, Alejandro es un intelectual. Es docente de Filosofía en la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga (UNSCH). Estudió maestrías en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y La Cantuta. Participaba en debates y se hizo conocido por su sensibilización social y por eso lo eligieron como dirigente regional del Sindicato Único de Trabajadores en la Educación (SUTE) de la región. Se había unido al Fredepa desde el año pasado.

Judith señala que esta represalia contra su esposo se debe a que el Ejecutivo quiere descabezar los movimientos sociales en regiones como Ayacucho. “Quieren que nos mantengamos sin hacer nada, sin alzar la voz, es una cacería humana”, apunta.

Piero, estudiante y conductor radial

Piero Giles Gamboa era un muchacho identificado con la problemática estudiantil y por eso sus compañeros le tenían bastante aprecio. Estaba cursando el último año de la Facultad de Ciencias de la Educación, escuela de educación primaria, de la UNSCH. Trabajaba como fotógrafo, camarógrafo, editor de video y promotor educativo en la ONG Wawa Kuna Mantaq, un hogar para niños, niñas y adolescentes trabajadores de Ayacucho. Tenía un programa radial en Estación Wari. A veces se cachueleaba reparando celulares. Betty, su madre, lo describe como un joven emprendedor con pequeños negocios y oficios. 

Hace poco, Piero había sufrido una arritmia al corazón, por lo que estuvo en chequeos médicos durante el mes de diciembre. Su madre cuenta que el día de la detención de Piero, todos los vecinos gritaban y pedían explicaciones de porqué se lo estaba llevando la Policía. “Él nunca ha causado ningún mal en el barrio”, cuenta. Los vecinos hicieron una junta y la apoyaron con dinero para que pueda movilizarse. Lo buscaron, pero no lo encontraron. Se enteró a través de la televisión.“Me sentí destrozada, se llevaron mi alma, siento que me falta algo”, comenta su madre.

Estefany, psicóloga y dirigenta estudiantil

Estefany Alanya Chumbes lideraba las dirigencias escolares en su escuela primaria y secundaria. Era parte del coro de niños en la parroquia de Huanca Sancos, su tierra natal. Formó brigadas juveniles para ayudar a los más necesitados.  Desde niña acompañaba a su padre a la radio (Horizonte) y hacía locución radial. 

“Por eso se manifiesta en contra de las injusticias, en casa no tenía reparos para decir lo que estaba mal”, manifiesta Yuler, su padre. La preocupación por el bienestar colectivo era una de sus características como persona. Su hermana, Yesenia, afirma que desde pequeñas fueron inculcadas de esa manera.

Para Yesenia, han violentado el honor y dignidad de su hermana y los otros detenidos ya que los expusieron ante los medios de comunicación. “Con la detención de nuestros familiares buscan justificar la atrocidad que han cometido”, menciona. Asimismo, su hermana indica que junto a abogados han revisado todas las pruebas que les imputa la Fiscalía y no han hallado nada que sea delito o ilegal. “El ser parte del Fredepa no es delito, el ser parte de la lucha de hoy no es delito, está amparado en la constitución”, agrega.

Su padre menciona que fue víctima de terrorismo al igual que los ciudadanos de Huanca Sancos, y por eso considera una burla que la tilden de terrorista. “Desconocen cómo nuestros pueblos andinos se organizan…si permitimos una injusticia contra una persona, estamos permitiendo una amenaza a toda una sociedad”, apunta.

Yulisa, enfermera y cantante

A Yulisa Gómez Ayala le encantaba cantar. Formaba parte de la orquesta femenina Farhemy. Sus canciones favoritas eran Paloma Torcaza, Mana Waylluna, Flor de Retama, entre otras. Participaba como artista en el Centro Cultural de la UNSCH, en eventos y en su propio instituto (Víctor Álvarez Huapaya) en donde estudiaba enfermería técnica. 

El año pasado había acabado su carrera y hacía sus prácticas en el Cuartel Los Cabitos, en donde fue detenida por la Policía, así lo afirma su hermana Rosmery, quien vivía junto a ella en una habitación alquilada, pero fueron desalojadas por el dueño quien dijo que no quería tener problemas por la detención de Yulisa. Hoy su hermana está quedándose en casa de sus tíos.

Su hermana cuenta que desde pequeñas, desde los 6 años, tuvieron que trabajar y estudiar ya que su madre falleció y su padre era campesino y no tenía un trabajo fijo. Así salieron adelante, y ya de grandes apoyan a otros niños huérfanos. “Les llevaba regalos, les enseñaba a bailar”, cuenta Rosmery, quien señala que no entiende por qué la acusan de terrorismo.

Fernando, músico e ingeniero comprometido con el campo

Fernando Quinto Cuba se dedicaba a investigar la problemática del agua a través de los bofedales y ojos de agua. Era ingeniero agrónomo. También se dedicaba a la difusión del arte a través de la guitarra. Hacía música junto a su hermano y hermana. Siempre estaba interesado en las necesidades del campo.

“Mi hijo tiene esa voluntad de servir a las comunidades, previniendo y educando además de la conservación y mantenimiento de estas fuentes naturales”, explica Zenón, su padre, quien habla de Fernando con orgullo y con una voz firme dice que su hijo estaba comprometido con la causa social. “Está en una situación de abuso en este sistema”, menciona.

Alex, profesor y estudiante de Derecho

Alex Gómez Falcón nació en Huánuco, pero creció desde los 2 años en Lima. De adulto se fue a vivir a Ayacucho por trabajo y estudio. Ya tenía tres años en dicha región. Postuló a la carrera de Derecho en la UNSCH e ingresó en uno de los primeros puestos.

Su madre, Dina, señala que su hijo es un joven cariñoso y caritativo en casa y con sus compañeros, por eso menciona que se quedó sorprendida cuando lo detuvieron. “Vi cuando lo presentaron en la televisión. Mi hijo no ha matado, no ha hecho daño a la gente, no es justo, es inocente, pido que liberen a todos”, sentencia su madre.

«LA FISCALÍA ESTÁ COMETIENDO MUCHOS EXCESOS»

Para Jack Diburga, abogado de Ayacucho que está apoyando los casos, mencionó que estas detenciones son absolutamente arbitrarias, por lo que junto a los familiares se estaría coordinando una denuncia por secuestro ya que no se cumplieron los protocolos de detención que están precisados en el Código Penal donde se detalla el debido actuar de la PNP y el Ministerio Público. 

“En el aspecto técnico, la Fiscalía esta cometiendo muchos excesos, hemos revisado mas de 50.000 páginas que nos han proporcionado, y puedo asegurar que esta investigación la está haciendo la Dircote, reviviendo términos y conceptos de lo que en efecto fue el terrorismo en nuestro país, lo cual repudiamos y deslindamos, pero trasladar eso al día de hoy, imaginando cosas, parece un guion de ciencia ficción”, explica.

El viernes 27 de enero a las 7:30 de la noche se venció el plazo de detención contra las siete personas mencionadas en este reportaje. Sin embargo, la fiscal provincial Ketty Garibay Mascco solicitó la continuación de investigación preparatoria por ocho meses y la prisión preventiva de los detenidos por 18 meses. La audiencia será realizará mañana 31 de enero a las 8:30 de la mañana.

Publicado originalmente en Wayka

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