Fotoperiodismo y feminismo

Raymundo Sandoval

Foto: Andrea Murcia

“Yo todo lo incendio, yo todo lo rompo

Si un día algún fulano te apaga los ojos

Ya nada me calla, ya todo me sobra

Si tocan a una, respondemos todas”

Canción Sin Miedo, Vivir Quintana (fragmento)

Durante los últimos meses se han llevado a cabo decenas de protestas de Colectivos feministas a lo ancho y largo del país. Al mismo tiempo, ha surgido un movimiento de mujeres fotoperiodistas que me atrevería a denominar feminista debido a la manera en la que han hecho suyas las miradas del movimiento y la forma en la que han ayudado a construir nuevas narrativas e imágenes del feminismo contemporáneo, encabezado por Colectivas juveniles.

La gran Francesca Gargallo en su texto “Una metodología para detectar lo que de hegemónico ha recogido el feminismo académico latinoamericano” reflexiona la relación entre el arte y el feminismo, señalando que “videoastas, artistas plásticas, performanceras se identifican con las demandas y las luchas sociales ya que su propia reflexión sobre su cuerpo y su realidad en el contexto social que les ha tocado recupera como vitales”; por ello, señala, comparten su realidad. ¿Y cómo no indignarse con los feminicidios, desapariciones y violencia extrema contra las mujeres?. Lo mismo sucede con las fotoperiodistas, que me permitiría señalar que la mirada de algunas de ellas es feminista.

Como en Atenco

Jackie Muniello, una de las fotoperiodistas a las que me refiero, describe para fotoreporterosmx las agresiones físicas y verbales contra fotoperiodistas cuando documentaban la protesta realizada durante la madrugada del 11 de septiembre en el exterior del Centro de Justicia de Atizapán.

Lo que relata Jackie es brutal: policías ministeriales rompiendo los cristales de vehículos, lanzando bancas, vaciando extintores y golpeando periodistas. No sólo se detiene a activistas, sino que se persigue a sus familiares y se agrede periodistas, todo ello es responsabilidad del Gobernador del Estado de México.

La Red Internacional de Periodistas ha señalado que en los últimos meses se han documentado 16 agresiones a periodistas durante las protestas feministas, incluidas las de León y la de Atizapán. En ambos casos, las periodistas se identificaron como medios de comunicación y aun así la agresión se consumó, por lo que se puede afirmar que hubo una clara intención por parte de policías (preventivos y ministeriales) de limitar el trabajo que realizaban. Con la agresión a las fotoperiodistas feministas no sólo se buscaba censurar la cobertura de la represión, sino que la intención es sembrar miedo.

Pero como dice Canción Sin Miedo: “Que tiemble el Estado, los cielos, las calles; que tiemblen los jueces y los judiciales”.

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