Fotos: Oleg Yasinsky

Dice Gloria Muñoz Ramírez (directora y productora) que su último trabajo, Flores en el desierto es un micro sitio dentro de la página de Desinformémonos. No me lo parece, más bien se trata de una lupa que agranda aquello que enfoca dirigiendo muy bien la mirada al territorio de los pueblos originarios de México, nos transporta a paisajes inmensos de gran belleza pero que, al estar al servicio de la palabra, del discurso de diez mujeres concejalas, cobran otra dimensión, tienen otro significado, dejan de ser paisajes para conformarse en la tierra de los pueblos, panorámicas que se leen diferente al participar de la emotividad que estas mujeres comunican en su discurso creando un diálogo con nosotros espectadores que nos involucra y compromete.

La cámara de Miguel Tovar (realizador y fotógrafo sabe ser testigo y no protagonista, su imagen es  suficientemente estable como para dejarnos concentrar en los rostros de estas mujeres que desde su playa, su patio, su cerro o su desierto hablan y se les ve relajadas en ese estar a gusto y en armonía con el lugar elegido.

En cada uno de estos diez cortos existe un espacio escénico donde se desarrolla el discurso de las concejalas, siempre es en exteriores, de manera que se acentúa la relación que existe, en la narrativa visual, entre el territorio, la palabra y esos rostros que cuentan sus propias historias de vida. Ellas, las concejalas y la vocera se relacionan con la cámara y con la entrevistadora, que nunca vemos, con su honestidad, con su mirada incansable, con sus ganas de comunicarnos la importante misión en que se han metido. Mirando este material se encuentran las ideas que hay detrás de la candidatura de Marichuy.

Flores en el desierto es una pieza para armar, se puede elegir cómo verlos, de corrido, uno tras otro, resulta una unidad en capítulos, al azar escogiéndolos por los nombres propios de cada una de ellas, da otro resultado, pero siempre será un mosaico de voces, un trabajo coral, cada una le suma algo al discurso anterior construyendo una polifonía, con muchos matices, muy propio de la forma de hablar de las mujeres indígenas. Rocío, Gabriela, Guadalupe, Osbelia, Bettina, Sara, Mirna, Lucero, Magda y Marichuy se presentan caminando hacia cámara  hasta un plano medio mientras nos miran de frente, al final la cámara es la que se mueve; va de un plano medio  que retrocede para mostrar grandes panorámicas del territorio de estos pueblos, la mirada de las compañeras concejalas nos llevan a las alturas para mostrarnos este México inmenso.