Cine para ver

Alberto Cortés

Fidel, la revolución y el cine

La primera institución que se creó al triunfo de la Revolución Cubana fue el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficas, ICAIC, 83 días después del triunfo, en el mismo año de 1959. Ahi, un nutrido grupo de cineastas se pusieron a trabajar impulsados y estimulados por los acontecimientos y la efervescencia política en una isla donde todos los días pasaba algo, habían llegado los barbudos de la sierra maestra, tomaron La Habana, sedujeron a todo mundo y empezó la gran aventura de Cuba con Fidel a la cabeza. La primer película que se filmó es una coproducción con México, Cuba baila (1959) del gran cineasta y teórico de cine Julio García Espinoza, quien hizo un retrato de la sociedad habanera en esos primeros años a través del conflicto de un padre, empleado de la burocracia, que no puede costear la fiesta de quince años de su hija y al final se hace la fiesta en un parque popular sin pretensiones pequeño-burguesas.

afiches: Alberto Cortés / cine cubano

De  inmediato se le dio impulso al documental. Aparecieron los famosos noticiarios del ICAIC, cortometrajes de excelente factura y contenido que investigaban con la cámara los acontecimientos y la vida diaria de la revolución. Esos noticieros se hicieron una necesidad para el público, pinceladas de realidad antes de la película de largometraje que completaba la función. Con Santiago Álvarez a la cabeza de este trabajo, llenaron de historia fílmica las primeras décadas de la revolución.

afiches: Alberto Cortés / cine cubano

Luego vinieron muchas más películas: Historias de la Revolución, Tomás Gutierrez Alea, (1960), Las doce sillas (1962) de Tomás Gutiérrez Alea, Soy Cuba (1964) de Mihail Kalatozov, Now (1965) de Santiago Álvarez, el filme utiliza la canción Now cantada por Lena Horne y es considerado como el primer video clip cinematográfico, La muerte de un burócrata (1966) de Tomás Gutierrez Alea, Las aventuras de Juan Quinquín (1967) de Julio García Espinoza, Hanoi, martes 13 (1967) de Santiago Álvarez, Lucía (1968) de Humberto Solás.

Afiches de Alberto Cortés / Cine cubano

Alberto Cortés / cine cubano

Memorias del subdesarrollo (1968) de Tomás Gutiérrez Alea, La primera carga del machete, (1969) de Manuel Octavio Gómez, De cierta manera (1974) de Sara Gómez, La última cena (1976) de Tomás Gutierrez Alea, El brigadista (1977) de Octavio Cortázar,  Retrato de Teresa (1979) de Pastor Vega, Vampiros en La Habana (1985) de Juan Padrón,  Alicia en el pueblo de las maravillas (1990) de Daniel Diaz Torres, El siglo de las luces (1992) de Humberto Solás, Fresa y chocolate (1993) de Tomás Gutierrez Alea, Conducta (2014) Ernesto Daranás Serrano. Muchos de estos filmes contaron con la colaboración del Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC, agrupación integrada por Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Noel Nicola, Sergio Vitier, Leo Brouer, Vicente Feliú y Sara González entre otros.

Alberto Cortés / cine cubano

Lo notable de toda esa época es que toda Cuba iba al cine, crearon un público con una buena educación cinematográfica, las salas de cine se llenaban y la gente discutía lo que veía, muchas veces en la misma sala y durante la proyección. En sus mejores años las funciones se componían del Noticiero ICAIC, un corto de dibujos animados de las Aventuras de Elpidio Valdéz y la película de estreno que podía ser cubana, mexicana, latinoamericana, europea, del bloque socialista y si se burlaba el bloqueo una que otra estadounidense.

afiches de Alberto Cortés / Cine cubano

Como se puede ver en esta cronología, la calidad y número de películas se vio afectada por la crisis de los noventa, la caida del muro y la disolución de la URSS, al cine cubano le ha sido muy difícil recuperarse de aquel Periodo Especial en Tiempos de Paz que mermó la producción, sin embargo todas estas películas ahí están y nos dan una buena imagen de lo que fue y es la Cuba socialista.

También estuvieron esos años donde reunidos en La Habana en el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano muchos cineastas del continente soñábamos que era posible enfrentar al cine de Hollywood, que se podía inventar otra dramaturgía a partir de la cultura de nuestros pueblos, sin ceñirnos a las formas del cine comercial estadounidense.

En esos años, Fidel recibía a las delegaciones del Festival en el Palacio de la Revolución. También se creó la Escuela Internacional de Cine, donde Fidel visitaba a su amigo Gabriel García Márquez para hablar de cine.

A mi me deja la experiencia de esos años que es posible hacer un cine original y nuestro y que se trata de un arte necesario que como un reflejo nos devuelva la imagen de lo que somos.

Alberto Cortés

Director de cine ganador en tres ocasiones del premio Ariel. Egresado del Centro Universitario de Estudios Cinemátográficos, entre sus películas y documentales se encuentran Amor a la vuelta de la esquina, Ciudad de Ciegos, Corazón del Tiempo, La tierra de los Tepehuas, Resistencia…somos gente del maíz, entre otros.

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