foto: archivo Carmen Castillo
Al anuncio de su muerte manos amigas, las de Michael Lõwy, extraen delicadamente de su agenda un pedazo de papel adonde leo una frase manuscrita:
“No ganamos. Pero no fuimos derrotados porque nunca nos rendimos”, Fernando Martínez Heredia, 10 de febrero del 2007.
El pensar de Fernando nos ilumina en todo tiempo. Ahora, Antes. Traza desde aquellos años de la revista Pensamiento Crítico, una línea para la acción, un horizonte de sentido, para nosotros los militantes del MIR de Chile y hoy para todos los que se reconocen en aquella vasta denominación de anti capitalistas. Esa frase, como tantas otras extraídas de sus maravillosos textos, nos acompañan cotidianamente desde siempre, dándonos energía y consolando nuestras tristezas.
Recuerdo esta noche la sorpresa vivida ante el descubrimiento, hace unos meses, en un barretin olvidado de un baúl que resguardaba de la represión pinochetista una parte del archivo de Miguel Enríquez. Entre múltiples documentos surgió una carta de Fernando dirigida al Comandante Manuel Piñeiro. Nadie sabe como aquel documento llegó hasta Miguel. Pero esa huella dice que, en los albores de nuestra organización, Fernando reconoce en aquel jóven al revolucionario. Esa semblanza premonitoria es el inicio del vinculo irreductible que une a Miguel con la Revolución Cubana, con Fidel, con el Che.
Fernando visionario ayer y hoy. Maestro y compañero. Amigo entrañable, inflexible y tierno.
Tu ausencia es como un peso, pero un peso hecho de palabras y sueños por cumplir, ligero y sonriente como tu mirada y tu risa contagiosa. Nos harás falta en estos tiempos de incertidumbre, pero como una brújula, como un vigía, tus escritos y tu manera de ser continuarán guiando nuestros pasos.
A Ester, tu compañera, mujer de excepción, esa promesa.
foto: archivo Carmen Castillo