Feminismo rima con periodismo

El Salto Andalucía

Foto: Julia Rodríguez

Equidad y respeto mutuo. Esto es, básicamente, lo que persigue el feminismo. Por eso, en un mundo como este, resulta tan complicado ser feminista de manera íntegra. Si le sumamos una postura anticapitalista y ecologista, el resultado se complica. Pero a Lucía Muñoz, periodista y activista, no le asusta. Ella busca con su trabajo y su forma de entender la vida la solución a un problema muy complejo porque, ¿quién dijo que vivir fuera fácil?
Mujer muy rural pero también muy unida al mar —su trabajo está centrado en mujeres y migraciones—, la ocupación del Sáhara Occidental fue el punto de inflexión que encaminó su periodismo hacia el activismo y, de ahí, a la migración y al feminismo. Contar historias de mujeres que no encontraban un discurso propio en los medios, “historias humanas”, como ella misma dice en su perfil de Twitter. Lucía desarrolla su labor en la productora social EntreFronteras. También en TeleSUR, Pikara Magazine y La Poderío, “una revista parida en el sur de los sures, con los aires frescos, reivindicativos, inclusivos, diversos, plurales y feministas de Andalucía” y que próximamente verá la luz.

PERIODISMO FEMINISTA, ACTIVISTA

Es feminista gracias a su madre, con quien se impuso en el núcleo familiar a lo prefijado por la educación patriarcal. Para Lucía, hacer periodismo con perspectiva feminista significa difundir una realidad más representativa de la sociedad y practicar la pedagogía: “Si abordamos el tema de las pensiones, tenemos que hablar de las no contributivas porque son las que la mayoría cobra tras toda la vida cuidando sus hogares, sus familias. Trabajo no reconocido ni valorado”.

Lucía Muñoz
Lucía Muñoz, periodista. JULIA RODRÍGUEZ

Pero hay que saber diferenciar, filtrar la información. Hablar de “mujer y salud” no tiene por qué ser feminista. El panorama mediático aprovecha el tirón y, subiéndose al carro, confunde los términos “femenino” y “feminismo”. Pero el discurso periodístico feminista persigue “la transformación social e impregnarse en las estructuras del sistema” para garantizarnos “la dignidad que nos pertenece como seres humanos”, aclara la periodista.
Por eso debe ser transversal e incluir a todas las personas, sin las exclusiones de muchas instituciones. Puede que a la Real Academia de la Lengua Española le costara tiempo “recoger términos como jueza, médica o concejala”, pero termina haciéndolo “porque la sociedad los adopta”, visibilizando así el hecho de que “son profesiones ejercidas por mujeres”, explica Lucía.

El activismo se suma al feminismo en su trabajo en el trato con mujeres migrantes que desean cruzar el Estrecho y con las que, aun compartiendo muchas violencias machistas, es difícil compararse. “No te puedes poner en los pies de una persona que ha cruzado el Estrecho, que ha tenido que prostituirse para poder montarse en una balsa” porque, continúa Lucía, aunque “las andaluzas hemos vivido esclavizadas, nuestra vida se desarrolla en Europa y eso, a pesar de todo, es muy, muy distinto”.

Y ANDALUZ

Andalucía tiene una idiosincrasia propia y muy particular, producto de determinadas circunstancias geográficas, sociales, políticas y económicas. “Esto hace que nuestra lucha feminista sea distinta” porque Andalucía ha sido, en comparación con otras comunidades, la tierra ignorada. Desde el sur “luchamos por el reconocimiento de nuestra cultura, de nuestra tierra, nuestras fiestas populares, la familia y la naturaleza”.

Y desde una tierra diferente, con unas luchas que aunque son distintas “siempre suman”, surge La Poderío: “una revista digital con el alma de nuestra tierra” que quiere trasladar esa Andalucía libre y sin fronteras más allá de las barreras que el sistema capitalista y la política imponen. Desde esta publicación tratan de dar respuestas “sin olvidar de dónde venimos y a dónde queremos ir” y teniendo en cuenta las raíces de las mujeres que conforman la sociedad andaluza.

Por eso, indica Lucía, y porque saben que hay muchas personas que no están convencidas ni satisfechas con lo que ven en los medios convencionales, desde La Poderío quieren informar sobre “cómo vive una mujer en el campo, cómo se hacen los teatros en las zonas rurales o cómo es la vida de una gitana transexual”. En definitiva, para contar todas esas realidades “que en los medios generalistas no se cuentan y forman parte de nuestra cultura y de nuestro día a día”.

 

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