Familias de jornaleros agrícolas del pueblo Me’phaa de la Montaña de Guerrero, realizan labores en los campos de Villa Unión, en Mazatlán, Sinaloa. En esta mañana, 17 de abril de 2020, varios jefes y jefas de familia con sus niños sentado sobre las brechas, por donde pasan los camiones recolectores de chile jalapeño, cargan arpillas de 30 kilos para ganar 24 pesos por cada costal que recolectan.
Son originarios de San Pedro Acatlán, Agua Dulce, Juquila, Linda Vista, San Miguel Zapotitlán y Santa María Tonaya del municipio de Tlapa. Dejaron sus casas después de la fiesta de la Virgen de Guadalupe, el 12 de diciembre en busca de trabajo en los campos agrícolas que no les garantizan ninguna prestación social alguna. Son las familias itinerantes de la Montaña que se encuentran en Sinaloa, uno de los estados que ha registrado mayor número de casos de personas contagiadas por el COVID – 19.
Los empresarios de estos campos no han tomado ninguna medida para proteger a la población jornalera y prevenir el contagio. Es la población invisible de la Montaña que por ser migrantes no son tomados en cuenta para la implementación de proyectos productivos y su incorporación a los programas sociales.
Publicado originalmente en Tlachinollan