En la actualidad, alrededor de 2 millones 600 mil niños mueren al año por desnutrición en todo el mundo, y en los siguientes 15 años 450 millones de menores podrían sufrir daños irreparables en su cuerpo y cerebro a causa del retraso del crecimiento o desmedro que les provoca la falta de nutrientes.
Tal fue la advertencia lanzada por el capítulo México de la organización internacional Save the Children, que en la próxima reunión de los países miembros del llamado G-20 –integrado por los 19 países más industrializados y la Unión Europea– propondrá realizar una serie de acciones urgentes para mitigar esta situación.
María Josefina Menéndez, directora general de Save the Children en México, advirtió en conferencia de prensa que, de acuerdo con datos oficiales, el porcentaje de población en carencia alimentaria pasó de 21.7 en 2008 a 24.9 en 2010, principalmente debido al alza en los precios de los alimentos y la incertidumbre causada por la crisis económica iniciada hace cuatro años.
Asimismo, indicó que una octava parte de los 38.5 millones de niños y niñas del país sufren efectos visibles de la desnutrición; 12.6 por ciento de ellos tienen talla baja; 5.7 por ciento registran peso bajo, y 23.7 por ciento padecen anemia.
A escala global, agregó, también hay datos preocupantes, como el hecho de que los precios de los alimentos subieron 137 por ciento del año 2000 a 2012, lo cual arrastró a más de 100 millones de personas a condiciones de pobreza y a 925 millones de personas a la desnutrición, equivalentes a una séptima parte de la población del mundo, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés).
Por todo ello, Save the Children anunció que en la próxima cumbre del G-20 –a realizarse el 18 y 19 de junio en Los Cabos, Baja California– propondrá acciones específicas, entre las cuales está aumentar las inversiones rápidas de protección social dirigidas a poblaciones vulnerables ante la inseguridad alimentaria.
De igual forma, sugerirá apoyar a sectores afectados con altos grados de desnutrición; acordar una iniciativa global sobre seguridad alimentaria y nutricional; mejorar la productividad agrícola para lograr mayor disponibilidad de alimentos, y hacer una distribución más equitativa de los mismos.
Allan Gómez, director de planeación y asuntos internacionales de la organización, aseveró que la entrada de México en los mercados globales no debe implicar que el Estado abandone sus responsabilidades, entre ellas el diseño de mecanismos efectivos de protección social.