Explorar en femenino plural

Entrevista: David Eloy Rodríguez.

Fotos: Stefania Scamardi.

Nathalie Bellón. Una artista e ilustradora de cómic adapta los poemas de doce poetas mujeres de nuestro tiempo, y convierte sus textos en doce historias sutiles e intensas, protagonizadas por mujeres. El libro se llama “Exploradoras”. Conversamos con Nathalie Bellón, autora de este álbum de poesía gráfica que acaba de editar Libros de la Herida para inaugurar su colección Maneras de Mirar y que se está presentando en librerías y espacios culturales y sociales de todo el país. Las doce poetas cuyos textos se convierten en imágenes, destacadas autoras de diversas generaciones, son Sara Castelar, Carmen Camacho, Isabel Escudero, Laura Casielles, Miriam Reyes, Francisca Aguirre, Laura Giordani, Mª Ángeles Pérez López, Alba González Sanz, Martha Asunción Alonso, Elena Berrocal y Amalia Bautista. Aquí info sobre este elenco de poetas.

– “Exploradoras”: ¿Por qué este título?

– Pues el título es una forma de reflejar lo que tanto las autoras como las protagonistas del libro tienen en común: son mujeres y miran las cosas como si fueran nuevas. Exploran, cada una desde su propia voz y experiencia, como si se tratara de un territorio en el que hay más de lo que se ve a primera vista. Explorar así es una forma de ser y estar en el mundo, de vivir en definitiva. Explorar, entonces, en femenino y en plural.

– Conviertes los poemas en historias, en narraciones, y construyes un mundo propio a partir de los mismos… El lector no va a encontrar en el libro poemas ilustrados descriptivamente, sino otra cosa. Lo llamas “poesía gráfica”, por analogía, supongo, con la “novela gráfica”…

– Si, bueno, el término no es mío, bicheando un poco se encuentra por ahí… Me parece que define bien el libro. No se trataba de ilustrar los poemas, sino de encontrar la sincronía con las imágenes creando una nueva historia a través de cada poema. Me apropié de los versos, transformándolos en los pensamientos de las protagonistas en sus quehaceres cotidianos. Y atendiendo especialmente, dentro de esa cotidianeidad, a la aparición de lo insólito.

Nathalie Bellón. Foto: Stefania Scamardi.- Recientemente un documental como “Se dice poeta,” dirigido por la poeta Sofía Castañón, destacaba el interés de la poesía en femenino contemporánea en España y ponía el acento en potenciar su presencia, visibilidad y consideración crítica. “Exploradoras” selecciona, precisamente, poemas de doce destacadas poetas, mujeres de nuestro tiempo. Tu trabajo es de alguna manera, también, una antología de poemas… ¿Por qué estas autoras? ¿Qué crees que las une?

– Me encanta que nombres ese documental. Una preciosidad. Además, varias “exploradoras” aparecen en él: Laura Casielles, Miriam Reyes, Martha Asunción Alonso, Alba González Sanz y Carmen Camacho. Hace un par de años, cuando empecé con este proyecto, sólo tenía claro dos puntos: visibilizar los trabajos de compañeras; construir historias breves sobre poemas. Y por estas cosas de que un hilillo tira de otro hilillo, me vi secuenciando esta antología poética de mujeres. Agradezco muchísimo la colaboración y siempre sugerentes pistas de las poetas, y las atenciones, recomendaciones y acompañamiento de los editores… El placer, y la responsabilidad, de trabajar con este elenco, este caminito, ha sido una gozada… Es maravilloso contar con autoras tan interesantes, tan admiradas y reconocidas, generosísimas todas ellas, que me cedieron sus poemas sin peros ni asteriscos, dándome total libertad para interpretar. Aún hoy, miro incrédula esta primorosa edición y me pregunto: cómo hemos conseguido reunir a tanta titana.

– ¿Cómo han visto las poetas las adaptaciones que has realizado? ¿Cuál ha sido su reacción?

– ¡Qué me hubiera gustado poder asomarme a los pensares y sentires de cada una cuando recibieron los poemas secuenciados y los vieron por primera vez! Las respuestas han venido siempre cargadas de onomatopeyas, palabras bonitas y signos de exclamación. Creo que ninguna se imaginaba que pudieran verse así los versos, el enfoque. Las adaptaciones han sido, pues, muy bien recibidas. Recuerdo, por ejemplo, que esperaba con especial impaciencia la respuesta de Francisca Aguirre (“Causas” fue el último poema que dibujé, y con su respuesta cerrábamos el círculo). En el mail que me escribió Guadalupe Grande, su hija, y extraordinaria poeta también, describía como Paca “miraba con el asombro de su edad, camino de recordar a la infancia, los dibujos conversando con sus textos”… me emocioné muchísimo con esta imagen.

– Se percibe en no pocos de los libros que están llegando en las librerías en estos últimos años un meritorio empeño en intentar atrapar el espíritu del tiempo presente, el contar, con una u otra estética, lo que está pasando… Ha señalado recientemente la poeta Beatriz Viol en su reseña en el número 23 de la revista Nayagua: “A través de estas doce historias, Exploradoras nos muestra que la aventura y el viaje viven en lo cotidiano. Exploradoras nos guía hacia las mujeres que están ahí en el momento decisivo, las que día a día cambian la historia”. ¿Era tu intención hacer una obra política?

– “Exploradoras” es un libro sobre nosotras, pero sobre todo desde nosotras. Hay que seguir visibilizando. Vivimos en un mundo regido por el patriarcado y la historia ha sido escrita por multitud de hombres que no han tenido en cuenta nuestras voces. Hay que seguir reclamando nuestro sitio, nuestra historia, nuestras Maneras de Mirar, como el título de la colección en la que se incluye “Exploradoras”. La lucha feminista sigue dando pasitos en este sentido. Es nuestra responsabilidad: decir, escribir, dibujar, crear desde nuestro prisma, reparar el daño y la invisibilidad que nuestras abuelas y madres sufrieron construyendo un nuevo camino. Somos nosotras las que podemos hacer que el cambio de mentalidades sea posible y en ese sentido creo que todas las mujeres de este libro estamos comprometidas con ese cambio social.

– ¿Cómo fue el traslado del poema a la imagen? ¿Tienes algún método, digamos?

– Sí, claro, a ver: una vez que tengo la historia, que sé qué es lo que quiero contar, empiezo con el cómo. El número de versos, dependiendo también de su extensión, me da una aproximación de la extensión que tendrá la historia. Por lo general cada verso corresponde a una viñeta (y a cada viñeta una acción). Pero esto es sólo una aproximación. El poema y la secuencia de imágenes deben llevar el mismo ritmo. Si el poema pide de un silencio, pero la acción requiere un detalle, añado una viñeta sin texto. Si quiero ralentizar la lectura, agrando la viñeta, llevándola si hace falta a ocupar una doble página. Empiezo colocando todos estos tiempos componiendo viñetas vacías, casillas de diferentes tamaños que me ayudan a ir visualizando la forma que tendrá el plano. Dentro de cada viñeta aboceto la acción. Y de aquí ya vamos afinando. Esto es así en general, pero hay textos que presentan peculiaridades. “Alfileres”, por ejemplo, no es un solo poema, es una selección de coplas de Isabel Escudero, que hilé y recogí dentro de una misma historia.

– ¿Cuánto hay de Nathalie Bellón, de la persona, en este libro? Da la impresión de que haces los textos muy tuyos, que los llevas a tu terreno, y construyes una atmósfera común con ellos…

– Supongo que… todo, para ser sincera. Soy poco capaz de disociarme en ese sentido. El libro, por ejemplo, está lleno de guiños a mi entorno. Personajes y lugares que salen de mis apuntes en el cuaderno que siempre llevo conmigo. Bares que frecuento, ciudades donde he vivido. Carteles y discos de grupos amigos. Son pequeños homenajes que hago a mi cotidianeidad. Espacios y gentes que quiero, que me acompañan y me hacen. Por poner un ejemplo: los cuadros que nos encontramos en “Alter Ego” (la historia sobre el poema de Sara Castelar) son de Alejandra Freymann, amiga de la infancia, hoy una pintora que admiro por los mundos que nos regala.

– Hay un uso del color en el libro muy peculiar…

– En esta parte del proceso me permito ya trabajar más relajada. Música bien alta. Y disfrutar de ver cómo se van terminando de formar las historias. Colorear, y que vayan saliendo las formas. Gozo. La intención del color es llevar la mirada al detalle. El uso general de la escala de grises enmarca la historia para que el color nos asalte en aquellas partes de la historia que quiero señalar. Ya sea a través de un detalle constante, como los cielos que acompañan a la corredora de “La Verdadera Razón”, del poema de Laura Casielles; o resaltando, en una única viñeta, lo esencial, como esas enredaderas que se nos suben por las paredes del poema de Miriam Reyes, “No te necesito”.

– Aparecen en el libro asuntos tan diversos, e interconectados a su vez, como el amor, la relación con el cuerpo, la relación con la creatividad y el arte, el tiempo, la vejez, la miseria, el feminicidio, la represión policial, la búsqueda de la propia identidad en un mundo convulso…

– Cuando presentamos “Exploradoras” por primera vez, en Sevilla, tuve la inmensa suerte de que nos acompañara Susana Moreno (profesora de antropología de la Universidad de Sevilla), quien hizo un completo análisis del libro desde su campo. Nos presentó como ejemplo una revista, “Cultura integral y femenina”, publicada durante la II República y cuyo comité de redacción presidía Clara Campoamor. En la portada de su primer número aparecía: “Vamos a ocuparnos nosotras mismas de nosotras”. Ese plural me parece importante. Mostrar la diversidad. Poder reconocerte en ese abanico de realidades, no dejar en el olvido historias de ahora. Es obvio que una sociedad es más libre cuanto más igualitaria sea; el mundo sigue siendo un lugar muy desigual para la mayoría de su población, las mujeres lo sufrimos más. Nos toca a nosotras actuar.

– Las historias, bajo una aparente sencillez, admiten lecturas prismáticas, nada simples ni simplificadoras. No es fácil contar historias así con pocas palabras y pocas imágenes…

– No se me hizo difícil, lo contrario. Igual es la libertad que ofrece la poesía. Creo que confluye muy bien con el formato cómic, que ofrece una secuenciación más rápida, como con saltos, más intuitiva. Creo que van muy bien juntos.

Nathalie Bellón 2 Foto Stefania Scamardi.

– Las protagonistas del libro parecen buscar su lugar en el mundo, intentar una vida verdadera a pesar de las dificultades… Son luchadoras: contra las pérdidas, contra la enfermedad, contra las obediencias… No se oculta en este libro que la vida duele, pero se afirma que seguir merece la pena.

– El inmovilismo no es algo que me caracterice, tampoco a las poetas que me acompañan aquí, ni a los editores. Nuestros caminos se cruzan precisamente en esa búsqueda inquieta, en inventar otras vidas posibles, y sobre todo no limitarnos a señalar la herida, sino curar. Creo que, haciendo honor a todas sus componentes, “Exploradoras” no hubiera podido salir de otra manera.

– La violencia y la tortura, por ejemplo, asoman en los poemas de Laura Giordani, “Infancia de un torturador”, y en “Haikus de Ciudad Juárez”, de María Ángeles Pérez López, y nos muestran la posibilidad de hacer, de no claudicar ante los imperativos de la muerte.

– Han sido dos poemas especiales, por su descripción precisa de aspectos tan duros como son la tortura y el feminicidio, sí, y que he querido tratar con un especial estudio. En el caso de “Infancia de un torturador”, Laura Giordani nos cuenta una historia vinculada a las Madres de la Plaza de Mayo de Argentina. Yo acababa de ver el impresionante documental “Ciudad Morta”, y la relación entre el sufrimiento de las madres se me hizo inevitable. Incidir en el drama de los desahucios me parecía también una responsabilidad… Por otro lado los haikús de Mª Ángeles Pérez López nos sitúan claramente en una ciudad, Juárez, ciudad donde no he estado (sin embargo, el paseo de las moteras por Juárez, edificios y plazas, corresponden a un paseo real, aunque virtual, que me ofrecieron los satélites de la red) y ante una situación que he querido investigar a fondo para no caer en errores y hacer justicia a los movimientos en contra de los feminicidios en Méjico, consultando plataformas tan activas y comprometidas con los feminismos latinoamericanos como La que arde.

– Has realizado exposiciones, y también estás muy implicada en el mundo del fanzineo y la cartelería comprometida… Una de las propuestas en las que estás implicada se llama Acción Poética MiArma. ¿Qué puedes contarnos de ello?

– Me gusta hacer, sí. Procuro siempre que sean proyectos bonitos y que me lleven por caminos nuevos. MiArma, por ejemplo, cada vez se ramifica más. Hace poco estuvimos participando en las actividades de celebración del 10º Aniversario de Libros de la Herida realizando un homenaje al poeta Francisco Díaz Velázquez y a sus letras flamencas reunidas en su libro “Coplas de nadie”. Este autor, recientemente fallecido, es responsable de versos sencillos y eternos, y sus letras fueron cantadas por el mismísimo Camarón… Pues, bien: hicimos una intervención poética en el Mercado del Arenal de Sevilla ocupando el espacio del mercado con sus versos, ilustrados por el artista Patricio Hidalgo. Este año estaremos en el V Festival de las Letras del La Puebla de Cazalla (Sevilla) homenajeando a Cervantes… Que nos llamen para estas propuestas es un lujazo.

– ¿Cómo ves el panorama actual del cómic en nuestro país? ¿Y en concreto la creación femenina en esta ámbito?

– Este es mi primer cómic. Apenas estoy aterrizando en el sector, que por lo poco que he podido intuir no dista del resto. A nivel nacional creo que los pequeños festivales locales recogen mucho mejor las realidades. Que aparezcan espacios como el Cómicca Fest de Granada es algo milagroso. Y como dice Marika Vila en “Voces de Mentes Femeninas” con respecto a las autoras: “A pesar de las dificultades, ahora están emergiendo, rompiendo las costuras del cómic por todas sus bandas, por todos sus límites, y han venido a quedarse”. Esto es así, y lo vemos en los trabajos de Ana Galvañ, Clara Soriano, Sonia Pulido, Inma Serrano, Triz, Ana Belén Rivero, Carla Berrocal, Agustina Guerrero…

-Y aún nos sorprenden noticias internacionales como la polémica selección de nominaciones de este año para el Festival de la BD de Angoulême, tan discutible…

Estas cosas no hacen sino confirmar que este es el camino. Que queda camino. Y que hay que seguirlo, como hasta ahora, con constancia y empeño.

Texto original publicado en: periodismohumano.org

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