La investigación del asesinato de Berta Cáceres, luchadora lenca, «es muy débil. Hace falta llegar más a más personas. Se ha imputado al gerente de la empresa DESA, pero él no actuó solo. Tampoco actuó solo el militar también imputado, ni los sicarios que cometieron el crimen. Abogados, fiscales, políticos y las familias más ricas de Honduras están involucradas, por lo cual el gobierno no quiere llegar hasta las últimas consecuencias», afirmó Gustavo Castro Soto, coordinador de la organización Otros Mundos Chiapas, único testigo del asesinato de la defensora hondureña, ocurrido el pasado 3 de marzo en la comunidad de La Esperanza.
Entrevistado durante el acto de protesta frente a la embajada de Honduras en México, en el que activistas y colectivos exigieron una investigación eficaz y creíble sobre los culpables del asesinato, Castro Soto indicó que se busca que se autorice una investigación independiente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y que cese el hostigamiento y la represión contra integrantes del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras(Copinh), del cual era coordinadora Berta Cáceres.
Este 15 de junio se movilizaron desde distintas partes de Honduras hacia Tegicugalpa, para demandar justicia para su lideresa. «El esclarecimiento de quienes perpetraron, tanto material como intelectualmente, este crimen debe ser el símbolo que ponga fin a la violencia e impunidad bajo la que operan los bancos, empresas privadas, ejércitos y Gobiernos asesinos. No podemos seguir viendo como la sangre, dentro de lo mejor de nuestra Honduras, se esparce por las calles y quedarnos calladas y callados. No confiamos en la institucionalidad que tienen en su manos la investigación de este crimen, porque es la misma que la persiguió, criminalizó, judicializó y que sigue obstaculizando la participación activa de las víctimas», señaló el Copinh en un comunicado durante la jornada de protesta.
El Copinh exigió también que «se elimine cualquier tipo de concesión sobre el Río Gualcarque de la comunidad indígena lenca de Río Blanco, en especial la dada a la empresa DESA y su proyecto de muerte Agua Zarca, proyectos como esté están diseminados por todo el territorio lenca y siguen asesinando, reprimiendo y criminalizando a nuestras comunidades».
«Quisieron asesinar a Berta pero no supieron que su sangre es semilla de miles de Bertas», señaló el Consejo Indígena.
Durante el acto frente a la embajada de Honduras en México, Esperanza Salazar Zenil, del Movimiento de Afectados por Represas y en Defensa de los Ríos (Mapder), señaló que «la empresa DESA está detrás del asesinato [de Berta]. Nos dicen en la embajada que las inversiones para el proyecto hidroeléctrico de Agua Zarca se han retirado, pero sólo están suspendidas. Esto es un juego de las empresas», dijo.
Salazar Zenil aseguró también que los proyectos hidroeléctricos que se llevan a cabo en México tienen las mismas características de los que se imponen en Honduras: Las empresas llegan y no piden permiso a las comunidades. Lo primero que hacen es dividirlas, corromper a las autoridades e imponer sus proyectos.
Durante la actividad frente a la embajada se escribieron mensajes de apoyo a los familiares y compañeros de Berta, se colocó un altar y se tapizó con flores la reja de la embajada de un país en el que, acusaron, «todos los días se violan los derechos humanos».
[…] sido publicado originalmente por Desinformemonos, el 15 de junio de 2016 en el siguiente enlace: http://desinformemonos.org.mx/exigen-en-el-mundo-justicia-para-la-luchadora-indigena-berta-caceres/ […]