Cine para ver

Alberto Cortés

Exhibir cine como forma de protesta

Hay que salir del edificio porque la orden es el desalojo, mujeres, niños, abuelas, hombres salen de sus apartamentos como pueden, bajan las escaleras, se ayudan, nadie duda porque algo se está resquebrajando, los muebles, la ropa, los utencilios, todo queda atrás, lo imperioso es salir aunque nadie sabe nada de lo que sucede, los vidrios de las ventanas se rasgan y rompen y las paredes crugen. La secuencia termina con una retroescabadora que remueve los cimientos del edificio, así, sin mayor explicación y pasamos a otra cosa. Asi inicia la película “El cliente” (The salesman, Irán-Francia, 2016) de Asghar Farhadi quien con una narrativa concisa y precisa no se detiene en los detalles de la trama y con una elíptica impecable hace avanzar esta historia de pareja.

Nuestros protagonistas, Emad y Rana necesitan un lugar para vivir luego del violento desalojo de la secuencia inicial. Aceptan la ayuda de un compañero actor de la compañía teatral donde actúan en la puesta en escena de la obra de Arthur Miller La muerte de un viajante y se mudan a un departamento que les ofrece sin condiciones pero tiene un problema, en apariencia menor, un cuarto está ocupado con las pertenencias de la inqulina anterior. El nuevo apartamento no les pertenece totalmente, hay un espacio tomado con una presencia ausente. La crisis de pareja que muestra la película no tiene un lugar propio donde desarrollar su conflicto, carece de territorio.

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Sin embargo, alguien transgrede el hogar para violentar a Rana sin que nadie se atreva a denunciar el hecho a la policia por el temor a la perspicacia machista de una investigación sezgada a favor del agresor por el simple hecho de exculpar al hombre ante la supuesta eterna provocación femenina.
En una secuencia paralela a la inicial, los dos hombres de este drama, Emad, el marido y Farid, el cliente y transgresor, se enfrentan en el apartamento de la secuencia inicial que agrietado y abandonado sirve de marco de un machismo muy fuerte que se resiste a morir.

Este es el Teherán de hoy que nos muestra Asghar Farhadi, director que tuvo a bien no asistir a recibir un Oscar en la reciente premiación por solidaridad con las personas que no pueden viajar a Estados Unidos a causa de las políticas de su presidente y mientras la ceremonia se desarrollaba en Los Angeles se organizó una función pública en Trafalgar Square en Londrés con más de diez mil personas que al asistir a la función manifestaban su rechazo a las normas migratorias recien implantadas. La protesta es muy interesante ya que es activa y propositiva. The salesman o El cliente se exhibe en la Cineteca Nacional.

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Alberto Cortés

Director de cine ganador en tres ocasiones del premio Ariel. Egresado del Centro Universitario de Estudios Cinemátográficos, entre sus películas y documentales se encuentran Amor a la vuelta de la esquina, Ciudad de Ciegos, Corazón del Tiempo, La tierra de los Tepehuas, Resistencia…somos gente del maíz, entre otros.

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