Brasil en Rojo

Spensy Pimentel

Escuelas de lucha

Brasil avanza unos pasos más en la comprensión de que más bien se puede hacer política sin estar a remolque de las luchas partidistas o del interés en ocupar posiciones de «poder». Ahora la lección viene de los estudiantes de la secundaria en el estado de São Paulo, los cuales, desde mediados de noviembre, han ocupado cerca de 200 escuelas públicas. Se convirtieron en «escuelas de lucha», título del funk de los MCs Foice e Martelo (Hoz y Martillo) que se ha volvido en himno de las manifestaciones.

La iniciativa comenzó como una reacción a un plan anunciado por el gobierno estadual, controlado hace dos décadas por el PSDB, oponente principal del PT. La administración del PSDB había anunciado en septiembre su intención de cerrar más de 90 escuelas secundarias con el fin de «reestructurar el sistema». El cambio obligaría a 300.000 estudiantes a buscar nuevas escuelas. Los estudiantes no fueron consultados sobre la intención del gobierno.

São Paulo es el estado más poblado de Brasil, con más de 40 millones de habitantes, y su capital, nuestra metrópole más grande. Lo que pasa allí rápidamente se convierte en referencia para todo el país, gracias a los medios de comunicación. No es sorprendente que iniciativas de ocupación de ya comenzaron en el estado de Goiás, también gobernado por el PSDB. Allí, los «tucanes», como se conocen los miembros del partido, han anunciado proyecto para externalizar la contratación de maestros. En Roma, Italia, los estudiantes de la escuela Virgilio también llevaron a cabo una ocupación contra las medidas adoptadas por la dirección y se declararon inspirados por el movimiento brasileño.

Los estudiantes no solo ocupan los edificios de las escuelas en SP. Organizaron manifestaciones callejeras, y han llevado mucha paliza (la policía de São Paulo es una de las más violentas del mundo). Y también pasaron a convocar a la sociedad civil en general, a través de Internet, para promover actividades culturales, conferencias y eventos para las ocupaciones. Cientos de voluntarios – incluso artistas famosos en el mainstream – han aparecido para demostrar su solidaridad con el movimiento.

La experiencia de las “escuelas de lucha» representa fuente de enseñanza no sólo para sus propios alumnos, sino para toda una miríada de personas que los estan apoyando. En un Brasil acosado y fatigado por las disputas partidistas amargas de los últimos tiempos, los jóvenes estudiantes representan una forma de hacer política nueva y hermosa. Un grupo del movimiento estudiantil tradicional, vinculado a partidos, intentó acercarse a las movilizaciones. Fue rechazado rápidamente. Los estudiantes de las escuelas de lucha se declaran abierta y conscientemente como autónomos.

El término «autonomía» no es tán popular en Brasil de la manera que se observa en otros países de América Latina, como México. Por lo tanto, se trata de algo relativamente nuevo. Y conecta directamente la lucha de las secundarias a las grandes manifestaciones que tuvieron lugar en el país en junio de 2013. El grupo que impulsó el movimiento en Sao Paulo hace dos años, el Pase Libre (MPL), también se define como autónomo.

No son luchas estancas, como ya se está haciendo evidente para los observadores más atentos: muchas de las escuelas de lucha son lugares donde el MPL y otros movimientos hacen su trabajo de basis. Muchos de los estudiantes que hora ocupan escuelas son los mismos que salieron a las calles para luchar contra el aumento del precio del transporte.

Movimientos sociales tradicionales como el MST han realizado ocupaciones de edificios públicos, pero lo que los estudiantes de São Paulo están haciendo se parece más con lo que hace el movimiento indígena: no sólo ocupar, sino también transformar el espacio, con canto, baile y el embellecimiento del paisaje. Las escuelas se están convirtiendo em un «buen lugar», como las granjas feas de la agroindustria que los Guaranies convierten en tekoha («el lugar donde se puede vivir a gusto», en una traducción aproximada).

El gobierno ha retirado parcialmente las intenciones de cerrar las escuelas. No está claro, todavia, cuál será la nueva propuesta, pero no hay señal de buscar diálogo. El movimiento de las Escuelas de Lucha se va enfriando parcialmente ahora en diciembre, y se teme por lo que va a pasar con las fiestas de fin de año, cuando la población tiende a ser menos atenta al noticiero. Las redadas nocturnas de presuntos delincuentes (no se descartan fines políticos, como los grupos de derecha están molestos con la proyección del movimiento) también han llevado los estudiantes a declarar el final de algunas ocupaciones.

Independientemente del resultado de esta etapa del movimiento, se han plantado muchas semillas. Para mostrar el efecto que ha causado esta interacción de las escuelas de lucha con activistas, educadores, artistas, comunicadores, selecciono a continuación los testimonios de algunos amigos que han estado desarrollando actividades en las ocupaciones en el último mes.

«Estoy orgullosa del colectivo a que pertenezco, el #Perifatividade, que ha hecho su sarau oficial allí. Me orgullo realmente de ayudarlos con los alimentos, de estar un poco allí con ellos todos los días, de nunca más dormir bien por temor a la espera de una llamada, de la sincera amistad y la mirada afectuosa hacia y desde cada uno de los niños y niñas. Literalmente de ver las FLORES DE LA REVOLUCIÓN allí en estos estudiantes! Gracias por dejarnos entrar, permanecer y vivir todo con ustedes!»- Ana Fonseca, Colectivo Perifatividade, del movimiento de la cultura periférica de São Paulo

«Los adolescentes en las escuelas ocupadas nos piden, ya que preguntan para si mismos es: ¿qué quiero yo aprender? La planificación y la especulación urbana, temas indígenas, el movimiento negro, comunicación no-violenta y cuestiones de género, taleres de playeras estampadas, periodismo y danza. ¡Guau! Oh, la alimentación, la limpieza y el mantenimiento? También son elxs que hacen. La respuesta de la televisión? Blargh. Y el Estado? Balas de caucho y gas pimienta» – Ligia Ximenes, periodista

«En esta democracia militar brasileña, aquí en nuestra Villa Clara, los chavos resisten y toman la EE João Ernesto Faggin. Empezamos una lección de historia de Brasil, la formación de la ciudad, com el paisaje y las huellas en el apellido de cada uno (…). El principio de la ciencia y la filosofía en las cuestiones más elementales de los niños. Los primeros porqués de agua, las montañas, el camino del mar. Chambas de baja categoría. Cuestionar las formas del asiento y del techo. Uno siempre se emociona con la inteligencia, ingenio, gracia la mirada ya hastiada, herida. Y se enoja con lo mucho que está oculto de ellos y de nosotros para reservar a los fresas de la élite. En plena São Paulo y la democracia militar brasileña, los chavos están quilombando con responsa, proceder y esperanza.»- Allan da Rosa, poeta y dramaturgo, historiador y educador de arte en cultura africana y afro-brasileña

“Lo que los estudiantes lograron en casi un mes de la ocupación, ningun sindicato de maestros obtuvo (…). Los niños están haciendo política en la práctica, y están “sambando” en la cara de Alckmin [el gobernador] y de muchos izquierdistas que están molestos por no poder controlar este movimiento. (…) En mi opinión este es el legado de 2013. (…) Desde entonces, la crisis de representación se impuso, el Estado y todos los gobiernos fueron desenmascarados. Esto hace que sea seguro decir que esta misma esencia está presente en las ocupaciones, ese mismo espíritu de búsqueda de la libertad autónoma, horizontal, combativo, de apoyo, sin centralización, sin entrar en trucos sucios o acuerdos espurios, donde el fin justifica los medios” – Ailton Martins, activista de la región de la Baixada Santista, autor del video #OcupaçõesBaixadaSantista: Escolas de Luta.

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