Foto: Cuartoscuro
Ciudad de México | Desinformémonos. Escuelas primarias y secundarias en la Ciudad de México no reanudaron clases presenciales este lunes, pues, tras una serie de reflexiones, análisis y consultas entre las comunidades educativas, maestros y padres de familia determinaron que no existen las condiciones necesarias, informaron profesores de la sección diez de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).
“Como docentes tomamos la decisión de priorizar el cuidado de la vida y la salud, por lo que la decisión que tomamos como comunidades escolares, considera situaciones reales que enfrenta cada escuela”, señaló durante una conferencia de prensa la maestra Ariadna, integrante de la coordinación oriente de Iztapalapa de la CNTE, además, afirmó que las autoridades no están tomando en cuenta la realidad de muchas escuelas.
La maestra María Concepción Marín Espinosa, se preguntó “¿cómo hablar de un regreso a clases, si existen escuelas que ni aulas tienen?”, y explica que es el caso de la escuela Juan Ramírez Márquez y de otras que están en trabajos de reconstrucción a consecuencia de los sismos del 2017. Además, dijo, también hay problemas en las instalaciones eléctricas, malas condiciones en las instalaciones hidráulicas y falta de suministro de agua, los cuales «no son recientes».
Durante la contingencia sanitaria, explicó Marín Espinosa, hubo una proliferación de fauna nociva para la salud, como roedores y plagas, y añadió que la mayoría de las escuelas no tienen servicio telefónico ni internet, lo cual no permitirá la modalidad “híbrida” para conectar por videollamada a los estudiantes que decidan no ir. Otro problema al que se enfrentaron en los últimos meses, expuso la profesora, fue el saqueo y robo de equipo, tales como computadoras. “Prevalece un panorama de deterioro y total abandono de los edificios escolares”, señaló.
Los maestros señalaron que no han recibido suficientes insumos en sus escuelas como gel, termómetros, ni materiales sanitizantes para hacer frente a la emergencia sanitaria.
“El gobierno tuvo un año para generar un plan integral que considere todos los factores que intervienen en el funcionamiento adecuado de una escuela”, advirtió Carlos Vicente Aguilar Palma, quien consideró que los recursos económicos que las autoridades no invirtieron el año pasado, se tienen que reintegrar a las escuelas. El profesor afirmó que como Coordinadora no rechazan el regreso presencial a clases y, dijo, “pensamos que el aprendizaje es un proceso social y colectivo, pero sigue siendo un riesgo regresar en este momento, exigimos un regreso responsable, planeado y no improvisado”.
Por su parte, el profesor Roberto, parte de la coordinación oriente, aseguró que mientras continúe la declaratoria de emergencia sanitaria, las autoridades no los pueden obligar a retornar a clases, por lo que esperarán a que avance en el proceso de vacunación, y en un par de meses podrán hacer otra valoración en términos de salud, recursos e infraestructura, y determinar si consideran pertinente su regreso.
Los docentes afirmaron que tienen toda la disposición para continuar el trabajo en línea y concluir el ciclo escolar, “atendiendo de la mejor manera a alumnos y padres de familia”. Y consideraron que, en tanto llega el momento de reanudar las clases presenciales, en condiciones que no pongan en riesgo la salud y la vida de las comunidades escolares, «es preciso que todas las escuelas reciban mantenimiento necesario; que se arreglen los sistemas hidráulicos, sanitarios y eléctricos; que se repongan los equipos e insumos que fueron robados durante el confinamiento; que culmine la reconstrucción de las escuelas dañadas por los sismos del 2017; así como que se erradiquen las plagas existentes en algunos planteles y se revise la infraestructura».
“Los planteles de educación básica llevan años de abandono y hemos sido los maestros y padres de familia quienes hemos trabajado para mantenerlos operando a pesar de la precariedad”, denunciaron en conferencia.
También solicitaron a las autoridades pertinentes, su intervención para evitar que directores y supervisores que ejercieron presión sobre maestros y padres de familia para regresar a clases, “continúen reproduciendo ese tipo de prácticas autoritarias”.