¿Es pertinente la austeridad republicana en medio de una crisis?

Peter Rosset

En un artículo en la portada de La Jornada el día 16/06/20 (https://www.jornada.com.mx/2020/06/16/economia/016n1eco), se cuestionó si la llamada “Austeridad Republicana” de la 4T cabe o no cabe en la coyuntura actual de crisis sanitaria y económica. La economista marxista Jayati Ghosh de la India, junto con Joseph Stiglitz, José Antonio Ocampo y Thomas Piketty, señalaron que México tiene un manejo económico muy cuestionable de la crisis. Entre otros comentarios, dijeron que: “no hay argumento para la austeridad en las condiciones de hoy día, necesitamos más gasto para los más pobres y vulnerables.” Agregaron que “reducir el gasto de gobierno acarreará riesgos horribles para la actividad económica y el empleo,” lo cual “hace más lejana la recuperación,” y que “una de las causas de que la Gran Depresión se extendiera 10 años fue la política de recorte al gasto que realizó el presidente estadunidense Herbert Hoover.”

De hecho el énfasis de AMLO en la austeridad, al estilo de la más estricta ética evangélica, va en contra de toda recomendación económica menos la de los Chicago Boys, con su manía por reducir el déficit primario. Es curioso que Paulo Guedes, el Ministro de la Economía de Bolsonaro, un Chicago Boy declarado, y AMLO, prediquen y practiquen lo misma fórmula de austeridad, lo cual según la opinión de estos prestigiosos economistas, es un grave error de la 4T. Es pura receta de ajuste estructural propia del Fondo Monetario Internacional (FMI) de la década de las 1980’s. Una crisis de esta magnitud requiere un estímulo keynesiano masivo. En realidad no importa si ello incrementa o no la deuda, ya que de todas maneras la deuda nunca será pagada. 

Pero más que un error económico, la austeridad en medio de la crisis es también un error político que, según la historia, puede llegar a abrir la puerta al fascismo. Hay que recordar que un factor clave en el ascenso de Hitler fue el impacto del paquete de austeridad republicana impuesto en medio de una crisis económica por la social democracia de la República Weimar, lo cual empujó a la clase media, y gran parte de la clase obrera, hacia la demagogia de los fascistas (https://vientosur.info/spip.php?article10987). En México somos testigos del surgimiento de grupos neo-fascistas, con sus caravanas de automóviles que atacan de manera despreciable a la 4T desde la Derecha, algo que nos repugna a todos.

Este es sólo un síntoma del guion ya conocido de ‘guerra híbrida’ con fake news, tal y como se implementó en Sudamérica desde el Imperio y las Derechas, y que encontró su más clara expresión en el gobierno de Dilma Rousseff.1 Aquí la prensa nacional, entre la que se encuentra Excelsior, Sol de México, Universal, y hasta Aristegui Noticias, está en un plan muy similar, como en su momento desempeñó TV Globo y Folha de São Paulo en Brasil. La reacción de Dilma es ilustrativa de lo que no debe hacerse, pues ella respondió con una intensificación de la austeridad, lo cual terminó siendo un elemento clave en el posterior surgimiento del Bolsonarismo de tinte fascista.

Claro, en el caso de México intentan evitar el reposicionamiento de la Derecha con los programas de apoyos individualizados para los pobres. Pero fue precisamente este tipo de política individual el que desmovilizó a los movimientos populares en Sudamérica durante los gobiernos socialdemócratas (ej. Brasil bajo el PT, con “bolsa familia«), y que hizo a los movimientos incapaces de montar una oposición eficaz contra el ascenso del fascismo, como argumenté anteriormente (https://www.jornada.com.mx/2018/08/19/opinion/022a1mun).

Esta estrategia podría representar un error del mismo tamaño en México, pues los ataques a los movimientos organizados de parte del Presidente y la individualización de los programas sociales y productivos, en pro del cultivo de clientela electoral, ya están desarticulando los espacios organizativos (https://www.jornada.com.mx/2019/06/01/opinion/012a1pol), justo cuando vemos la emergencia de mini-grupos neofascistas obviamente orquestados por fuerzas oscuras.2 Grupos similares aparecieron en Brasil después de las revueltas de 2013, a los cuales nadie daba la más mínima importancia. Hoy en día han crecido enormemente, y son la fuerza de choque, las camisas pardas, del fascismo brasileiro.

Por estas razones, creo importante no callar las críticas legítimas desde “abajo y a la izquierda” a los errores de la 4T. Aunque nos ataquen desde el Poder y nos tilden de ultraizquierdistas conservadores y de liberales, como recientemente explicó Gilberto López y Rivas (https://www.jornada.com.mx/2020/06/12/opinion/019a2pol), obviar estas críticas puede estar ayudando aceitar el camino hacia un eventual neofascismo en México.

1 La llamada “guerra híbrida” se refiere al uso de tácticas no convencionales para generar “golpes suaves,” o hasta “golpes electorales,” contra los gobiernos que EE.UU. desea tumbar. Se compone de una sería de técnicas de manipulación de la sicología de masas, que se vienen perfeccionado desde las “Revoluciones de Colores,” a la “Primavera Árabe,” y más recientemente en Brasil, Argentina, Chile, y Bolivia, donde lograron sendos cambios de gobiernos, y Venezuela y Nicaragua en donde aún no lo han logrado. Casi siempre trabajada en coordinación con las Derechas de cada país, combina el uso masivo de fake news —diseminado en redes sociales y a través de campañas mediáticas de desprestigio en los medios de comunicación dominantes–, acusaciones de corrupción, comunismo, o lo que sea sensible en cada país, con la movilización de grupos de protesta – generalmente de clase media, y hasta turbas violentas como las “guarimbas” en Venezuela.

2 Las señas de Guerra Híbrida en México incluyen la campaña anti-AMLO en muchos medios de Derecha y céntricos, una campaña obviamente coordinada, y ahora las caravanas de protesta en carros, entre otros elementos. Lo más probable es que el Imperio haya querido, si, que llegara al poder en primera instancia AMLO, con su capacidad superior de contención social, para lograr el arranque de megaproyectos estratégicos y la militarización, que los gobiernos del PRI y del PAN no fueron capaces de lograr. Pero una vez cumplida esta misión, inician la campaña en contra de él y de MORENA, para intentar asegurar que el siguiente gobierno nacional sea de extrema Derecha.

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