La figura del Papa Francisco es compleja. Es, por un lado, el “presidente” del Vaticano, cabeza de una institución en nombre de la que se han cometido innumerables atrocidades en el continente. Pero también, desde su llegada al poder ha insistido en acercarse a los movimientos sociales, particularmente Latinoamericanos.
Jorge Mario Bergoglio ha cultivado un perfil público desde que asumió como el Papa Francisco.
Su interés por ser parte de la agenda mediática, sumado a dos encíclicas que tuvieron como centro la justicia social, el ambiente y el cambio climático, pintan algunos matices en el jefe de estado. Pero a fin de cuentas ¿es el Papa un actor político al que le interese jalar hacia la izquierda?
Hay antecedentes. Mientras México se estremecía y se ponía de pie ante la noticia de que 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa habían sido secuestrados y desde la noche del 26 de Setiembre de 2014 permanecen desaparecidos, el flamante Papa Francisco se reunía en Roma con unas 250 personas provenientes de movimientos sociales de Europa, América Latina, Afrixa, Asia y Estados Unidos.
“Francisco tuvo la iniciativa de tomar contacto con distintos movimientos populares y acudió al Sindicato de Trabajadores Cartoneros de Argentina. De ahí, el contacto fue con el Movimiento Sin Tierra de Brasil que resulta en la Convocatoria de Roma”. Quien explica lo que antecede es Silvi Ribeiro, quien como directora para América Latina del Grupo ETC, suele actuar como asesora de los más variadas movimientos, sobre todo, en temas de ambiente y soberanía. A ella recurrieron para que acompañara a los integrantes de la organización Vía Campesina que acudieron a esa reunión en el Vaticano en 2014.
El “encuentro mundial de movimientos populares” con Francisco se hizo bajo el lema “tierra, trabajo y techo”. “La característica de ese encuentro es que la mayoría de los participantes son gente ‘de base’. A mi me pidieron que acudiera porque sabían que iba a haber una negociación difícil con la Academia de Ciencias del Vaticano, que se mostraba preocupada por lo que resultara de ese encuentro, particularmente en cuanto a los transgénicos y al cambio climático”
La encíclica “Laudato Si – sobre el cuidado de la casa común” fue publicada el 18 de junio de 2015, y para Ribeiro, ese encuentro tuvo mucho que ver. La periodista y activista uruguaya reconoce un parteaguas en ese documento, en que se plantea que hay que para la devastación ambiental y el cambio climático, mediante un llamado a “cuidar a nuestra hermana madre Tierra”. “Anota la conexión directa entre destrucción ambiental y social con el paradigma tecnocrático globalizado sustentado por una minoría que desde las finanzas domina las políticas nacionales e internacionales en su beneficio, en desmedro del bien común y abisando de los bienes comunes” apuntaba Ribeiro en su columna del diario La Jornada, a pocos días de parida la encíclica.
“El de Roma fue un encuentro directo de los movimientos con el Papa en dónde se hicieron paneles, hubo una confrontación de visiones, que él por supuesto conoce. Recibe todo tipo de presiones, las empresas están todo el tiempo haciendo cabildeo con el Vaticano. Él lo sabe, entonces quiso hacer un contrapeso.”
Ribeiro apunta que incluso hubo una encíclica anterior aún más contundente – siempre teniendo en cuenta que hablamos del dirigente máximo de la Iglesia Católica – “es muy radical en su primera encíclica en cuando a la justicia social y la pobreza. Es aún más contundente que en la del Medio Ambiente, salvo en el tema de mujeres y aborto, que es dónde la Iglesia no cede”
Lo que sorprende entonces es que el Pontífice afirme el rol de los movimientos sociales, campesinos e indígenas de los distintos abajos como responsables de la alimentación de la gran población de la tierra, casi sin recursos: ni tierra, ni agua ni combustible. Y que en ese papel fungen de guardianes de la diversidad biológica y cultural de los lugares en dónde habitan.
“Es muy crítico de los transgénicos, para los que tiene frases contundentes, ataca los oligopolios alimentarios, la producción de semillas transgénicas estériles, así como el desplazamiento forzada que ocasiona el modelo de producción extractivista, al progreso, al paradigma tecnocrático operante”
Ahora bien, las palabras en el papel son muy lindas de leer pero ¿le creen al Papa que pronuncia esas palabras?
“Sí le creo que en esos temas de justicia social él piensa todo lo que dice. Ya van varias veces que lo hace, también repitió eso cuando estuvo en Bolivia. Tampoco es el primer representante de la Iglesia que pide perdón por los abusos de esa institución. Él nunca se reconoció como tal, pero estas cosas lo conectan con la teología de la liberación y la prueba está en que los principales referentes de esta corriente, con Leonardo Boff a la cabeza, lo respaldan”
La ida a Bolivia fue otro momento que desafió las imaginación de unos cuantos escritores de ciencia ficción, al menos de los del siglo pasado. Sobre todo el momento, – o la foto – en que un presidente indígena entrega a un Papa un crucifijo con forma de hoz y martillo.
“Cuando fue el encuentro en Roma, Evo Morales estuvo presente, pero el Vaticano sostuvo que no tenía tiempo de organizar el protocolo para recibirlo como presidente, entonces Evo participó como un mortal más. Fue realmente violento que llegara un presidente y no se le hiciera caso. Entonces Francisco lo llama a sentarse a su lado y ahí Evo lo invita a ir a Bolivia.” Cuánto de esa negligencia papal se debe a que el presidente desairado es un indígena corre a cuenta de los lectores.
El periodista, analista y ex editor de Le Monde Diplomatique Ignacio Ramonet, que estuvo presente entonces, escribió lo siguiente sobre el encuentro: “El sentimiento general de los participantes, en este inédito Encuentro, es que estas dos intervenciones confirman el enorme liderazgo político y moral, a escala internacional, del Presidente Evo Morales; y el nuevo rol histórico del Papa Francisco, como abanderado solidario de las luchas de los pobres de América Latina y de los marginados del mundo.” Sin dudas, también le cree a Francisco.
“El Papa actual no deja de ser mediático, es algo que ha utilizado muy bien desde el principio de su pontificado. Se ha mostrado interesado por revivir o recuperar la idea de la Iglesia para los pobres. Esto es un mensaje complicado para todo el mundo, incluso para los pobres”, analiza Tomás González Castillo, fraile franciscano, desde la 72, el albergue para migrantes en tránsito por Mexico, donde realiza su labor principal, en Tenosique, Tabasco, a pocos quilómetro de la frontera terrestre con Guatemala.
“No basta con lo que diga para que los pobres dejen de serlo. Es algo muy complicado. Va contra todo un sistema del que es parte. Migrantes, refugiados y jóvenes han sido temas nucleares de su Pontificado. Concretamente en México muchos están inconformes con su agenda porque no va a tener ninguna reunión privada con víctimas directas.”
Esta semana, a pocas horas de su llegada a México, trascendió que invitarán a 3 padres de Ayotzinapa a que participen de la Misa que dará en Ciudad Juárez, pero nada más.
“Creo que aunque la agenda esté tomada por el gobierno de la República, los lugares escogidos para su visita son demás paradigmáticos. Nos dicen mucho de lo que nos quiere decir el Papa, aunque no lo diga”, analiza Fray Tomás.
Algo así puede leerse de su viaje a Bolivia, del 7 al 9 de julio de 2015, días antes de la polémica encíclica verde antes mencionada.
Explica Silvia Ribeiro:
“En Bolivia ya no era 250 personas, sino 3 mil. Fue apoyada oficialmente por el gobierno de Evo, hubo gente de muchos lugares, incluso de Palestina, las mujeres libres del Kurdistán, de Grecia en un momento álgido. Recuerdo su discurso en esa reunión. Yo estaba sentada junto a Francisca Rodríguez, quien pertenece a la Asociación Nacional de Mujeres Indígenas de Chile, una comunista de toda la vida y ambas quedamos en schock. Dijo que toda esta devastación que teníamos alrededor tenía el tufo del “estiercol del diablo”. También dijo que era muy criticado por sus posturas en estos temas. “Cuando digo que la gente no tiene techo ni trabajo, y tanta otra que no tiene alimentación dicen que soy comunista, pero los que no quieran verla están ciegos”, fue palabras más, palabras menos la forma en la que eligió comenzar su discurso en Bolivia.
“Entiendo que Francisco le ha dado un aire a los movimientos de curas que trabajan desde las bases, que también significa que una autoridad moral para gran parte de la humanidad está tomando una posición clara con respecto a estos temas, pero eso no quiere decir que pueda hacer una renovación de la Iglesia como institución”, concluye Ribeiro.
“Espero que sí diga mucho cuando esté en México – anhela Fray Tomás – que pueda decir todo lo que quiera. También sé que no podemos quedarnos con eso. Es muy audaz en los discursos pero eso no significa que haya un resultado a corto plazo en las políticas públicas.”
Entonces, Fray Tomás ¿cree en este Papa de izquierdas? “No creo en nada que venga del poder. Los cambios no vienen de arriba, eso es tarea de las revoluciones, de la insurgencia, de la lucha histórica. Por supuesto que lo respeto porque yo también soy parte de la Iglesia y Francisco significa un aliento muy grande para la gente de base, pero quien tenga su apuesta en el Papa únicamente está bastante equivocado. El cambio sólo viene de abajo. ”