Son de rebeldía y tradición para los pueblos de Guerrero

Jaime Quintana Guerrero

“Pero anda y siembra no hay tierra pobre,

si el niño bebe, la niña come.

Que viva la libertad,

que nadie muera de hambre,

la gente sabe cuidar la tierra

que es de todos y que no es de nadie”.

(Son a San Luis Acatlán y la Policía Comunitaria)

México. “Nuestro propósito es que nuestro canto sirva para organizarse desde fuera del gobierno, que gobierna para pocos”, explica el artesano, trovador, músico y compositor de son tixtleco, Erick de Jesús. “Algún día vamos a hablar de lo que pasa en todas las comunidades de Guerrero, de sus usos y costumbres, de sus gritos de rebeldía, de sus necesidades”.

En entrevista con Desinformémonos, Erick de Jesús explica que “la música comercial no se siente. Ésa es la necesidad de cambiar. Nosotros adoptamos el son de tarima para llevarlo al campo y narrar las formas de vida de los pueblos”.

Con cuatro discos y más de 120 canciones hechas para las comunidades de los pueblos originarios de Guerrero, De Jesús y sus compañeros componen desde 2003 en náhuatl, mephaa, ñuu savi yñan´cue ñomndaa’.

Relata Erick de Jesús: “Nos pusimos a investigar y poco a poco nos adentramos a los pueblos. Conocimos a Aarón Arias,ejecutante del cántaro, que llegó hablando ñuu savi y es traductor a esa lengua de algunas letras. Después llegó mi hermana Isabel; luego, se unió Wilber, que ejecuta la segunda jarana. Todos estamos con el interés de llegar hasta donde se tenga que llegar”. Junto con Joel Leyva –albañil, plomero y tapiador (que toca el cajón de tapeo)-, este pequeño colectivo de músicos escucha lo cotidiano de las comunidades.

El sonero y trovador cuenta que recibió “las primeras palabras en náhuatl de mis padres. Retomamos las palabras en mephaa, ñuu savi yñan´cue ñomndaa’ porque la gente se acerca, nos enseña, comparte y nos dice: así se escribe, así se pronuncia, y nosotros sólo le buscamos la métrica. Así trabajamos la música, la traducción y la letra”.

Erick explica que a veces tienen material, por ejemplo, en mephaa, y la genta les pide que lo traduzcan al español. Y sentencia: “Muchas veces es imposible porque, en la letra y la música en lengua indígena, ellos marcan su tono y su sentimiento”.

Para este artista, ir a las comunidades, rescatar historias y desenvolverse ahí es sentir lo que piensa el pueblo. Estos músicos les cantan a las mujeres de Suljaa (Xochistlahuaca) porque “gracias a las mujeres de las regiones de Guerrero, se preserva la vestimenta”. Relata el cantautor que “nosotros vamos a convivir con las familias, y nos cuentan historias que nosotros hacemos canciones. En una plática con David Valtierra, de Radio Ñomndaa, nos describió la vida en Suljaa -en ese tiempo trabajaba en el gobierno tradicional-. Esas palabras y el paisaje los devolvimos en una canción”.

En las canciones de Erick de Jesús y sus compañeros se pueden escuchar muchas historias de las distintas regiones de Guerrero. Como ejemplo está el Son a Ometepetl de la Costa Chica: tecutl tonal, tlatlal totonal, in titicuica, no paquiliz (Ometepec, reina del son, la Costa Chica en ti palpita, tú eres mi ilusión).

Estos músicos le cantan a la lucha de los pueblos, a sus tradiciones, a sus alimentos, a la lluvia y a las mujeres de Guerrero. “El son no tiene límites. Si los tiene, estaría en una burbuja del folklore y nos estaríamos limitando nosotros. Nos forjamos en los fandangos y en recibir desacuerdos de los músicos tradicionales, pero eso no nos detuvo. La palabra, decíamos, tiene que llegar a las comunidades. Narrar en canto lo que vemos y lo que nos platican es el objetivo”, asegura el artesano y cantor.

Erick de Jesús es parte de una organización de artesanos de Chilpancingo, Guerrero, Calpulli Tecuanichan, que les brinda apoyo. Cuenta con un local llamado “Casino del Estudiante”, donde se realizan talleres de son de tarima, pláticas sobre la cosmovisión indígena y otras actividades más allá de solamente vender artesanías o tener un local.

Erick de Jesús cuenta una anécdota de donde nació una canción: “Atzacualoya es un lugar de tradiciones. Yo no sabía nada de este lugar y un día, Isidro Ortiz, “Chilo”, me dice que vayamos ‘para que veas, escuches y escribas una canción’. Yo siempre me voy con él porque no hacerle caso es como un pecado, él es una biblioteca andante.

“En Chilapa nos subimos a una camioneta. Anastasio, el conductor, nos explicaba que en su pueblo no había curanderos porque ‘Teomatlatlán es el lugar de las manos sagradas’. Después fuimos a tomar atole de nache y a comprar un tlaxcalli,y de ahí a platicar con la gente del pueblo, que produce cebollas y ajos para toda la Montaña.

“Nos fuimos a comer con Doña Cándida, que recibe visitantes y les ofrece de comer. Comentamos de las fiestas y de las pozas, resguardadas por las capillas religiosas. Entendimos que el agua es importante para la comunidad.

“Salimos comiendo huajes de la comunidad, y así quedó su son: Aunque no se de ti, te cantaré, y de tus manantiales calmaré la sed. Saldremos de tus brazos, de tu merced. De la sombra de amate te miraré, de la manta bordada cubrir tu piel. Morena tierna y dulce como la miel, Atzacualoya tu pueblo arranca sueños de porvenir”.

Los integrantes del grupo están agradecidos con las familias de las comunidades. Para concluir, Erick señala que “recibimos los premios de los viejos de las comunidades, y ese es el honor más grande que cualquier cantante puede tener”.

Publicado el 22 de Octubre de 2012

 

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